jueves, 21 de noviembre de 2024

BOLONIA. 3º DÍA

 

 

 

                 

San Francisco

           
Asinelli y Garisenda

 

         Era nuestro último día en Bolonia. Al día siguiente iríamos a Parma. Y ¿cómo no? Llovía. Cogimos el paraguas y Via Independencia arriba nos dirigimos hacia Plaza Neptuno y Plaza Mayor. Queríamos despedirnos de semejantes bellezas. Visitamos la Oficina de Información y turismo y con el folleto-plano que nos dieron, comenzamos a andar.

         Por Via Rizoli, llegamos a las dos Torres más importantes de Bolonia.  Garisenda y Asinelli. Eran una belleza, pero ¡estaban en restauración, junto a la iglesia de los Spiritus Iuntis. Estábamos muy cerca de la zona de la Plaza de la Mercancia y, por consiguiente, del imponente edificio de la Cámara de Comercio.

         Las dos torres son comúnmente reconocidas como símbolo de Bolonia y están situadas en el corazón de la ciudad en el punto de salida de la antigua via Emilia

Se construyeron durante el medioevo con una función militar (de señalización y de defensa) y representaban con su grandeza el prestigio social de la familia que había  financiado su construcción.

Al Fondo, Las dos Torres

Al fondo, Las dos Torres

TORRE DEGLI ASINELLI

La Torre se construyó entre 1109  y 1119 por la familia homónima  y ya se cedió al Ayuntamiento en el siglo siguiente. Subiendo los 498 escalones de su escalera interior, se alcanza la cima desde la cual es posible disfrutar, a una altura de 97,20 metros, de una vista espectacular sobre la ciudad.

TORRE GARISENDA

La Torre Garisenda, contemporánea con la otra, difiere por su altura inferior de 47 metros, y es conocida por su evidente inclinación debido al hundimiento del suelo y de su fundación, hasta el punto de que Dante la mencionó en el Canto XXXI del Infierno. Reducida en altura por temor a un hipotético colapso a mediados del siglo XIV, actualmente se encuentra en obras de restauración. 

Cámara de comercio

Justo en la Plaza de al lado, la de la mercancía está La Cámara de Comercio. Lo primero que llama la atención en su fachada de ladrillo visto, la que da a la Piazza della Mercanzia, es un pequeño balcón de mármol blanco. Remite a los orígenes del edificio, en 1391, cuando se alojaba allí el Tribunal Mercantil. Desde ese balconcito, y tras el tañido de una campana –la Lucardina, hoy en el Museo Cívico Medieval de Bolonia–, se anunciaban las sentencias sobre disputas mercantiles. La pena para los culpables consistía en atarlos a una estaca, frente a la columna central del pórtico, para ser expuestos a escarnio público.

Entrada principal

La Justicia

Una de las estatuas de mármol de la fachada, en una hornacina situada en la parte superior de los arcos, representa la Justicia: otra referencia, pues, al antiguo Tribunal Mercantil. El palacete también acogió la Universitas Mercatorum (Universidad del Comercio) como atestigua una placa del siglo XV visible en una de las paredes laterales, en la via Castiglione. Escrita en latín, recuerda ciertos privilegios de los estudiantes. El Ayuntamiento se hacía cargo de su comida, su ropa y sus libros de estudio.

Volvimos sobre nuestros pasos y Vía Zamboni, llegamos a la Basílica de S. Giacomo Maggiore.

S. Giacomo Maggiore

Estaba cerrada y sólo la pudimos ver por fuera. Volvimos a Strade Maggiore, pasamos por delante de las Dos Torres y por delante de la Catedral, andando y lloviendo, por Via  IV de Noviembre y plaza de Roosevelt llegamos a Porta Nova.
Al fondo Porta Nova

Y, llovía. Con San Francisco a la vista, cerrada, nos metimos en un bar, donde comimos bastante bien, por una relación calidad-precio, muy buena. La Trattoria Dai Birichini. Lo recomiendo a los que estén por esos lugares a la hora de comer.

La iglesia, primer ejemplo en Italia de estilo gótico de derivación francesa, fue erigida en el siglo XIII por iniciativa de la comunidad franciscana, que se estableció en la ciudad desde 1218 con Bernardo di Quintavalle, uno de los primeros discípulos de San Francisco.

Fachada de S. Francisco

La iglesia que se puede admirar hoy es un pastiche de diferentes estilos que van desde el románico hasta el gótico tardío y el primer renacimiento. Particularmente notables son la alta fachada de formas románico-góticas y el ábside con los dos campanarios y los arcos rampantes de las capillas radiales a cuyos pies se encuentran las tumbas del siglo XIII de los comentaristas 
Tumba de Godofredo

Tumba de Accursio

Tumba de Rolandino

Accursio, Odofredo y Rolandino de' Romanzi. En el interior de la iglesia, de aspecto austero y grandioso, se encuentra el magnífico retablo de
Retablo altar mayor

mármol del altar mayor tallado entre 1388 y 1393 por los venecianos Jacobello y Pier Paolo dalle Masegne. En particular, son dignos de mención los monumentos sepulcrales que se encuentran a lo largo de las murallas, entre los que se encuentran la tumba del papa Alejandro V y la capilla románica de Muzzarelli,
Tumba de Alejandro V.

así como el claustro (siglos XIV-XV) del convento adyacente.

 En el interior del complejo se encuentran también la Biblioteca de San Francisco, con un patrimonio de 39.000 volúmenes y folletos, el Archivo Rubbiani, el Archivo histórico de la Provincia Bolognese dei Frati Minori Conventuali y el Archivo Musical.

Detalle de la Verja

Claustro exterior

Salimos de la Basílica y volvimos sobre nuestros pasos. Andábamos buscando algún sitio donde comprar alguna cosa de recuerdo para los nietos y para nosotros. Lo encontramos al principio de Via Independencia,, cerca de Neptuno. Compramos unas camisetas, un par de llaveros y una taza pequeña de Bolonia. Y seguimos calle abajo hacia la Escalinata del Pincio y Puerta Gallera. De ahí al hotel.

Visto y dicho de esta manera, parece que no anduvimos gran cosa. Pero hicimos alrededor de 12 ó 13 km, andando. Demasiado. Cenamos y nos acostamos pronto. El día siguiente tocaba Parma.

Cándido Lorite

20/11/2024

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