martes, 30 de septiembre de 2014

VIAJE A EGIPTO. EL CAIRO Y EL RÍO NILO. 1º DÍA COMPLETO


Intinerario del 1º. Día. Maravilloso.
ª ENTREGA
                        LOS COLOSOS DE MEMNÓN Y DESCANSO EN EL BARCO.

            Estábamos llegando al fin de las  excursiones del primer día de nuestra estancia en Egipto y del crucero por el río Nilo, el Padre de Egipto. Salimos de Deir-el Bahari, continuamos hacia Medinet Habu, lugar donde los colosos de Memnon son los únicos y últimos restos, por ahora, del enorme palacio de Amenhothep III. Las gigantescas estatuas, de 18 metros de altura fueron talladas en piedra traída desde Gebel El-Almhar, por orden expresa de Amenhotep, hijo de Hapu, arquitecto del templo.
         
Los colosos de Memnón

Los colosos con nuestros amigos
   Están orientados hacia el este y son representaciones del gran rey Amenhotep III. A ambos lados están representadas la reina Mutemuia y la esposa Tiyi.
            Estos colosos son famosos desde la antigüedad, el de la derecha, llamado coloso parlante, tenía una particularidad especial. Cuando salía el sol emitía un ruido. Estrabón, en sus escritos, describe el hecho. Se decía, que este coloso era la representación del mítico guerrero Memnón, hijo de la diosa Aurora, muerto en un enfrentamiento con Aquiles. Y cada día al amanecer, saludaba con un gemido a su madre.
Parte lateral del coloso "parlante"

Al fondo, la enormidad del templo de Amenhotep III
La realidad es que la zona tuvo dos grandes terremotos, uno de los cuales, el del año 27 d.de C., se desmoronó la parte superior de la estatua, y una gran grieta en la parte izquierda. Cuando sale el sol, después de amanecer, el calentamiento de la piedra emite un sonido. Bueno, lo emitía, porque este defecto fue solucionado, con la restauración de las estatuas, en los tiempos del emperador Septimio Severo, a principios del siglo III.
            Nos hicimos las fotos de rigor, hechas esta vez por nuestro guía Rabeh Hares y pusimos rumbo al barco, que nos esperaba anclado a las orillas del río Nilo.
El río Nilo.

Comenzando el atardecer. Río Nilo
La aventura del primer día había sido una maravilla. Parecía que nos habíamos bebido, literalmente, la cultura egipcia. Quedaban muchas cosas por ver, pero era necesario descansar. Una buena comida, una mejor siesta y subir a la cubierta del barco, a la piscina, por la tarde, para admirar el atardecer sobre el río Nilo.
La luna llena, sobre el Nilo

Con Paqui. Feliz
No tiene precio hacerlo con mi mujer, Paqui, la niña de mis ojos, la mujer de mi vida. Ver pasar el día con ella a mi lado, ponerse el sol en las orillas del Nilo. Maravilloso.
            Cándido T. Lorite                                                                                                        

lunes, 29 de septiembre de 2014

VIAJE A EGIPTO. EL CAIRO Y EL RÍO NILO 4º ENTREGA


La reina Hatshetsup

Plano del Templo 

Vista general deltemplo

Con eel Templo detrás.
EL TEMPLO DE LA REINA HATSHEPSUT

            Dejamos atrás las maravillas del Valle de los Reyes. Sus pinturas, únicas. Diferentes según las tumbas. Parecidas, sin embargo. Los ojos siempre juegan malas pasadas y el dicho de “más vale una imagen que mil palabras” a veces no se cumple. En el Valle de los Reyes estos nos dejaron un legado para las generaciones posteriores que hay que cuidar y visitar. Rabeh Hares nos hizo conocer la importancia que tiene este lugar para el pueblo egipcio.
            Cogimos el autobús, abandonamos el lugar y nos dirigimos, sin solución de continuidad y sin apenas tiempo para digerir todo lo que veía nuestro cerebro. Nos condujo el autobús hacia Deir-el Bahari, el Valle de las Reinas. Allí, desde lejos pudimos contemplar la excepcional simetría y belleza de un templo, el de la Reina Hatshepsut. Considerado el más importante del lugar y único en todo Egipto.
Pinturas templo de Hatshepsut

Horus

La reina delante de Horus

                        ¿QUIÉN ERA LA REINA HATSHEPSUT?
Pintura de Hatshepsut

Pintura del templo


            Un poco de historia acerca de esta reina vendría bien para conocer quién era, cómo era y qué hizo. Perteneció a la Dinastía XVIII, desde 1490-1468 a. de C. Una de las mujeres que alcanzaron el poder en el antiguo Egipto y que ascendió como un auténtico “rey”. La muerte, antes de tiempo, de Tutmosis II fue un problema para el mantenimiento de la dinastía Tutmósida, haciendo la crisis más aguda, desde la muerte de Tutmosis I.
Pinturas del templo

Pinturas del Templo.

Pinturas del templo
Por suerte, Tutmosis II tenía un hijo varón con todos los derechos sobre el trono, pues había nacido de Isis, una de las esposas del rey. En el momento de la muerte, el príncipe estaba en el templo de Amón, donde se preparaba para su ascenso a rey. Era demasiado pequeño para rey y para tomar decisiones tan importantes, y sería la esposa del rey fallecido, Tutmosis II quién actuaría a su lado. Durante años Harshepsut tuvo cierta ambigüedad a la hora de presentarse ante su pueblo como corregente. En los primeros años aparece con el título de rey o de reina viuda. Hasta que decidió llamarse definitivamente “rey de Egipto2, tomando la titularidad con el “nombre Horus”, con el nombre en femenino y usando sus años para el cómputo de los años de reinado. De este modo una mujer se convertía en faraón de Egipto.
La herencia de la sangre divina era transmitida por la mujer. La necesidad de mantener la sucesión dio sentido y valor al papel jugado por la mujer en la Dinastía XVIII. La rena quería el trono de Egipto y es lo que hizo, alzarse con él. Las inscripciones la presentan como el único rey autentico y por eso era la única legítima heredera, única descendiente directa del Dios Amón. De esta manera Tutmosis III era considerado un hijo bastardo, fruto de la unión con una mujer secundaria sin posibilidad de acceso al trono. Como el clero de Amón era muy amante de la “buena vida”, la reina aprovechó esta circunstancia. Les dio prebendas y dinero y consiguió que se representara al dios Amón en relieve, con la apariencia de Tutmosis II haciendo el amor con la reina Amosis y, como consecuencia de esa unión, nacería Hatshepsut. 
Imagen con figura de hombre, de Hatshepsut
Pero como lo tradicional en los faraones era un hombre, ella se hizo representar como un hombre, con cuerpo de hombre y barba postiza. Como la mayoría de los faraones tiene su tumba, la KV 20 en el Valle de los Reyes.


CÓMO SE HIZO EL TEMPLO
La obra arquitectónica se debe a Senmut, que consiguió una obra de proporciones perfectas. Se encuentra excavado en la roca, con parte del mismo en el interior de la roca. Se hizo entre los años siete y veintiuno del reinado de Hatshepsut.
            El templo tiene una entrada de de treinta y seis metros de anchura, con esfinges a ambos lados y llegaba hasta el gran patio, con dos terrazas escalonadas, unidas mediante rampas, apoyadas en muros de cargas y separadas por columnatas o pórticos.
Dos plantas del Templo

Vista de las plantas del templo
Tras la entrada, se llega a la primera terraza, con muros largos y bajos, con un doble pórtico de cierre. Se encuentra decorado con pinturas que representan las grandes barcas que cruzaban el Nilo con los obeliscos desde Asuán hasta Karnak y muchas escenas de caza y pesca. Aquí había también dos grandes estanques con forma de T y con plantas ornamentales y en su pórtico dos figuras osiríacas; hoy sólo queda una.
Explanada del templo

            Una rampa ascendente, con el león que protege el nombre de la reina, nos hace llegar a la segunda planta o nivel. Tiene 2 filas con 22 pilares cuadrados, con escenas de nacimiento, educación y coronación de la reina y una excursión o viaje al reino de Punto con viaje de vuelta hasta el templo de Amón. A la derecha hay otro pórtico inacabado con 15 columnas y 4 nichos. Entre ambos, se encuentra la capilla de Anubis, con escenas de Tutmosis I y Hatshetup haciendo ofrendas a Anubis, Amón, Ra, ..
La imagen de Hatshepsut, destruida
            En el extremo izquierdo se encuentra en la roca, la capilla de Hahtor, con dos salas hipóstilas, con ofrendas a los dioses  y decoraciones celestes.
Entrada Sala del Santuario

Sala del Santuario

            La tercera y última planta tenía 22 columnas con pilares osiríacos, que fueron destruidos, totalmente, por Tutmosis III cuando accede al poder. Aquí se encuentra la cámara de la reina y la capilla de Tutmosis I. La última sala, la del templo, la del santuario, se encuentra o tiene tres salas, la primera para colocar la barca sagrada. Hay decoraciones de la reina, de Neferura y de Tutmosis III.
            Abandonamos el templo, cerca del mediodía. El calor empezaba a ser sofocante, sobre todo cuando nos encontramos cerca de la arena. Pero la mañana estaba siendo inolvidable en todos los aspectos.

            Cándido T. Lorite

viernes, 26 de septiembre de 2014

VIAJE A EGIPTO. EL CAIRO Y EL RÍO NILO. 3ª ENTREGA



Puerta de entrada  Valle de los Reyes

Tumbas vistas desde abajo

Plano tumba Valle de los Reyes
EL VALLE DE LOS REYES

            Dejamos Luxor, viendo los templos de Luxor y Karnak. Unos templos imponentes, maravillosos, únicos, vistos a la luz del alba y a primeras horas del día. Una luz especial. Por suerte para nosotros y por desgracia para Egipto, hay muy poca gente. Nuestro guía Rabeh Hares así nos lo hace notar. Y así lo pongo yo; para que quede constancia. La seguridad es total, sin ningún tipo de problema.
           
Plano tumba de Amenmeses

Plano de Merenptah

Plano Tumba Ramsés II
Salimos del Templo de Karnak y nos estaba esperando una barca, pequeña, pero coqueta, para pasar el río Nilo. A la orilla oriental; a la orilla de los muertos, como explicaré más adelante. Allí, al bajarnos, nos estaba esperando el autobús para llevarnos a uno de los lugares más increíbles de Egipto: El Valle de los Reyes.
           
Entrada a Merenptah

Entrada a Ramsés II
El río Nilo guarda muchos secretos, entre ellos el desorden de los monumentos que bordean sus orillas. Este desorden e encuentra en las tumbas y templos que tienen indicios, más que de sobra, de usurpaciones diferentes, ocurridas en diferentes etapa de la historia. Este ejemplo está claro en el templo que acabábamos de abandonar, el de Karnak. El santuario del dios Amón, usurpado por las generaciones siguientes, como Alejandro Magno, que dejó constancia en el templo, con una sala especial, la de la Barca. O la mezquita, con una característica muy singular, consistente en que la puerta de acceso está muy alta, con respecto al suelo. Es debido a que durante siglos el templo estuvo debajo de la arena y cuando se hizo estaba a ras de suelo. O la iglesia católica instalada en su interior y de la que aún quedan restos de pinturas y cruces significativas. Y como éste, otros muchos templos de las primeras dinastías.
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

            Sin embargo esto no sucede en Deir el-Medina, donde el tiempo quedó quieto, sumido en la sombra de los milenios. Las arenas del desierto se tragaron sus tumbas, hechas entre los años 1552 y 1609 antes de Cristo; durante los reinados de las Dinastías XVIII, XIX y XX.
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes
Periodo hoy conocido como El Imperio Nuevo, en este recóndito rincón, al Poniente del río Nilo y frente a la ciudad de Tebas (Uaset, en egipcio), donde vivieron y murieron los obreros que excavaron las fastuosas tumbas del Valle de los Reyes. Después estos trabajos se extendieron al Valle de las Reinas (Ta set neferu).
            La arqueología ha descubierto la vida de este pueblo., escondido en un uadi, o lecho seco de un riachuelo, y que cuando fue abandonado nunca fue ocupado por nadie, debido a su aridez. Pese la sencillez de las tumbas, estas tumbas son las más valiosas y conocidas, además de interesantes, de la orilla izquierda. Pues en la vida egipcia la parte izquierda del Nilo era el lugar de los muertos, el mundo de los muertos, el mundo de Osiris; siendo la orilla derecha, la de los vivos, la de Isis. Rara forma de ver la vida. Unos enfrente de los otros, los vivos y enfrente los muertos.
                  
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes
      CÓMO ESTÁN DISPUESTAS LAS TUMBAS
            Los egipcios no eran conscientes de la disposición de las tumbas, pues los enterramientos se hacen sin seguir unas pautas de construcción mínimas. No se dieron cuenta de la importancia del agua. Durante la Dinastía XVIII  las tumbas están situadas debajo de los muros de contención que dan forma al valle y quedan expuestas al agua de lluvia, por las hendiduras del terreno. A finales de esta dinastía y principios de la Dinastía XIX se empiezan a construir en el centro del valle, y la consecuencia es que el agua seguía en ellas, pues estaban situadas en el lugar donde el agua se embalsamaba. Por si fuera poco en la época de Ramsés II o época ramésida se cambió el sentido de la construcción de las tumbas, que dieron lugar a un deterior de las tumbas.
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes
Consistía en abandonar el sellado de las tumbas y en poner puertas a la entrada de la misma. Se hizo entonces lo que se llamó “tubo de flauta”. Las cámaras y corredores se suceden en línea recta, sin impedir de ninguna manera la entrada del agua. En la dinastía XX, al final del Imperio Nuevo, las tumbas se hacen al final de los espolones, Así estaban más resguardadas y protegidas de las aguas.
                        ¿CÓMO SE HACÍA UNA TUMBA?
          
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes
  Escogido el lugar por el arquitecto del faraón y por este mismo, los obreros comenzaban a excavar. Cuadrillas de obreros, con grandes cestos, se encargaban de sacar los escombros y otras cuadrillas de obreros los sacaban al exterior. Se iluminaban con una solución de aceite y salmuera, que apenas producía humo. Una vez excavada la galería, se alisaban los muros y se daban forma a las puertas, que hasta entonces estaban abiertas, a cielo abierto. Tras este trabajo comenzaba la labor de los pintores. Estos detallaban la historia del faraón, sus guerras, su ofrenda a los dioses propios y más queridos por el faraón y por textos mágicos.
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes
Después se sellaban las cámaras y sobre ellas se pintaba de nuevo, para que en un futuro nadie supiera que detrás había o se encontraba el mobiliario que el faraón había llevado a su tumba para el viaje eterno.
            Quedaba esperar a la muerte del faraón y comenzar los funerales, que podían durar meses. El faraón o rey era embalsamado y su momia se sometía a la Apertura Ritual de Ojos y Boca, para que renaciera en el Más Allá, con todos sus sentidos intactos. Una forma extraña, pro maravillosa de entender la vida y, sobre todo, la muerte.
           
Pintura del Valle de los Reyes

Pintura del Valle de los Reyes

Pintura del Valle de los Reyes
Las tumbas debían estar orientadas al Sur, la entrada y al norte, la Sala del Sarcófago. Lo que sucede es que las fallas del terreno y las zonas de mala calidad de la montaña hicieron inviable en muchas ocasiones esta dirección longitudinal. Por ello en las paredes se horadaban cuatro nichos y se depositaban ladrillos que tenían una misión protectora. Estos cuatro ladrillos estaban relacionados con los Cuatro Hijos de Horus (Amset, Hapi, Duamutef y Kebefsenut), con los cuatro puntos cardinales. La decoración interior tiene una simetría axial perfecta.
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

            La decoración de las tumbas reales es casi completa, con textos y pinturas relacionados con la vida del rey correspondiente y relacionado con su periplo por el Mundo Subterráneo. También con Ra, el dios sol. Esto sucede en los corredores y en la cámara funeraria. Sin embargo, la cámara del sarcófago, la que guarda la momia del rey o faraón se encuentra adornada con el color amarillo, con el color del oro, el sol, la carne de los dioses y por tanto el color que auguraba la incorruptibilidad del cuerpo.
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes

            La decoración de las tumbas eran figuras esquemáticas, como sucedía en las tumbas de Tutmosis III o Thusmet III y Amenhotep II. A partir de este rey las tumbas se pintan con relieves pintados y a partir de Ramsés II, se hacen con relieves ahuecados. Esto hace aumentar el número de obreros de Dair el-Medina, doblando para ello turnos, que no cesaban en sus trabajos.
           
Pintura Valle de los Reyes

Pintura Vale de los Reyes

Pintura Valle de los Reyes
En su muerte, el difunto tenía que atravesar un mundo peligroso que tenía la forma del Valle del Nilo. Debía pasar una serie de pruebas hasta llegar a su destino: la sala del juicio ante Osiris. Aquí se pesaba su corazón en una platillo y en el otro una pluma. El corazón tenía que ser muy ligero, tanto como la pluma, lo que indicaba que había sido bueno y complaciente en la vida. Entonces podía pasar a la vida eterna. Si no era así, si era condenado, entonces su corazón era devorado por la diosa Ammit. De esta manera no entraba en la vida eterna.
            Cuando llegamos al Valle de los Reyes, a Dair el- Medina, Rabeh Hares nos indicó que bajo ningún concepto podíamos hacer fotografías. Que las cámaras debíamos dejarlas a la entrada y que allí las recogeríamos a la salida. Nos insistió mucho, pues no eran los primeros turistas que se quedaban sin la tarjeta de la cámara. Nosotros nos quedamos con nuestras cámaras y no las sacamos. Siempre nos habían dicho que con “propina” a los porteros que había en la entrada de las tumbas podríamos hacer algunas fotos. Esto sucede en todos los lugares del mundo que hemos visitado. Rabeh Hares no entró a ninguna de las tumbas con nosotros, pues ya las conocía más que de sobra. Las fotos salieron, como solemos decir en Andalucía, solas, por arte de magia. La culpa de ellas no es de Rabeh bajo ninguna circunstancia. Él ya sabe cómo se hicieron.
            Cuando llegamos al valle de los Reyes, apenas había gente. Sólo un autobús de turistas y ya se marchaban. Los vendedores estaban esperando para vendEr toda clase de objetos y cosas, pero no lo hicimos. Íbamos pendientes de Rabet y de sus explicaciones, muy interesantes en todo momento. Cuando entramos en las tumbas, un sudor rápido nos inunda el cuerpo. Poco a poco nos acostumbramos al mismo y paseando tranquilamente, subiendo y bajando las diferentes tumbas, nos damos por ellas un paseo sosegado. Nos inundan colores, olores. Nuestros sentidos están alerta. El silencio de estas tumbas sobrecoge. Recorremos cámaras, corredores más o menos angostos y pequeños, hasta llegar en todas y cada una de ellas a la Sala del Sarcófago, el lugar dónde se encontraba la tumba del rey correspondiente. Entonces un sobrecogimiento inunda los cuerpos pensando que estamos en un lugar sagrado. Un lugar dónde durante siglos ha permanecido el cuerpo momificado de un rey, importante siempre para la vida de sus súbditos.
          
Valle de los Reyes

Valle de los Reyes

Valle de los Reyes
  Los minutos pasados en el interior de cada tumba se tornan segundos cuando salimos al exterior, al siglo XXI. El mundo de los faraones, ese mundo imaginado y pensado cuando eres pequeño, que quieres conocer, lo tenía delante mis ojos. El viaje que siempre había querido hacer lo estaba viviendo, junto a la mujer de mi vida, Paqui. Sólo quedaba esperar al sábado, cuando me encontrara cara a cara con Tutankhamon, el que siempre quise conocer en directo, cara a cara. Mis sueños de infancia se estaban cumpliendo. Era feliz y mi mujer, Paqui me lo notó. Cogiéndome de la mano, me dio un beso y sólo me miró tiernamente, como a un niño pequeño que, al fin, tiene su premio.

            Cándido T. Lorite