martes, 24 de marzo de 2015

SEVILLA, DÍA 27 (2º día) EL ALCÁZAR

Salimos del hotel temprano. El desayuno nos esperaba fuera del mismo. Dirigimos nuestros pasos por calle S. Patronas hacia calle Adriano y en el bar situado a las espaldas de la Maestranza nos desayunamos bien y fuerte. Una buena tostada, con zumo natural. Lectura de la prensa y despacio, saboreando la mañana de Sevilla, con poca gente en las calles, nos adentramos por G. de Vinuesa a la Catedral de Sevilla.
La plaza más "pequeña"
            Sin gente en los alrededores, sobre turistas en tropel y estudiantes maleducados, que también los hay, nos dirigimos hacia la Plaza Virgen de los Reyes.
Plaza Virgen de los Reyes, temprano
Solitaria, limpia, aseada con el agua de la mañana, disfrutamos de la vista de la misma, sin interferencias. Nos hicimos fotos raras de tomar, sin nadie alrededor. De camino, le enseñé a mi mujer la considerada plaza más pequeña del mundo; la que se encuentra detrás de la iglesia de Santa Marta. Tiene tres casas, los números 1, 2 y 3.
           
Reales Alcázares
Paseando y hablando, sin prisas, nos dirigimos hacia los Reales Alcázares de Sevilla. Habíamos sacado las entradas con antelación y nos quitamos las colas; entramos directamente. No teníamos prisa en verlo.
            En el año 713 la ciudad es conquistada por los árabes y construyen este alcázar, como residencia desde 720. En el año 1240, reconquistada la ciudad, vive aquí Fernando III, convirtiéndose desde entonces en residencia de los reyes de España. Aún hoy, los Reyes de España la utilizan cuando van de visita a la ciudad; incluso grandes personalidades. La UNESCO declaró el conjunto de palacio y jardines patrimonio de la Humanidad en el año 1987.
Portada de Pedro I
            Andando con tranquilidad por sus salas y galerías, decoradas con bellos azulejos y con techos mudéjares de alfarjes realmente preciosos, se llega al Patio de las Doncellas, patio principal del Palacio y obra maestra del arte mudéjar andaluz. A su alrededor se encuentran la Sala de los Reyes, la Sala de Carlos V, con grandes tapices de Bruselas, el Salón del Emperador con azulejos del siglo XV y el más que famosos Salón de Embajadores.
         
  Expliquemos un poco lo que hemos visto. Lo primero que nos encontramos fue la portada del Palacio de Pedro I, construido sobre construcciones anteriores. El interior se estructura en torno a dos núcleos, el Patio de las Doncellas, en torno al cual giraba la vida oficial y otro, el Patio de las Muñecas, dónde se hacía la vida privada.
Patio de las Doncellas
            En la fachada nos encontramos la puerta con marco adintelado y adornado con atauriques. Sobre el dintel hay una franja de arcos polibulados ciegos con ventanillas y más arriba las ventanas del palacio. Arriba del todo, en la portada, un tejaroz adornado con motivos mocárabes y una inscripción:” el muy alto et muy noble et muy poderoso et muy conqueridor don Pedro por la gracia de Dios rey de Castilla et de León, mandó fazer estos alcázares et estos palacios et estas portadas que fue fecho en la era de mill et quatrocientos y dos años"; y un friso que repite por ocho veces el lema de los nazaríes:”Y no vencedor, sino Alá”
Mi doncella, en su Patio
El Patio de las doncellas se encuentra entre en el centro del Alcázar. Es un patio de forma rectangular que presenta en la planta baja una serie de arcos lobulados sobre dobles columnas de mármol y en la planta superior, una arcada de medio punto sobre columnillas jónicas de mármol con balaustrada que fue añadida hacia 1540, bajo el reinado del rey Carlos V por el arquitecto real Luis de la Vega
En 1572, en época del rey Felipe II, se cambió la fisonomía del patio, procediéndose a enlosar el mismo y colocándose una fuente en el centro.
Habitaciones laterales


Habitaciones laterales
En los primeros años del siglo XXI, el patio ha recuperado la primitiva estructura que tenía en los tiempos del rey Pedro I, configuración que ha supuesto la desaparición de las losas del patio y su sustitución por una alberca que corre a lo largo del mismo, rodeada por arriates rehundidos.
Patio de Muñecas

Patio de Muñecas
En tres de los lados del patio se abren las habitaciones que componen la planta baja del palacio. El cuarto de los lados está adosado al palacio de Alfonso X, por lo que sólo presenta las galerías que cierran el patio.
A la derecha del patio se abre La Alcoba Real, conocidas como dormitorios de los Reyes Moros. Tiene dos salas, una abierta al patio, con celosías, es la sala real, y la interior que constituía el dormitorio del rey en verano. Se encuentran separadas por un triple intercolumnio.
Conexión entre habitaciones
Continuamos con el Salón de Embajadores. Llamado de la media naranja, era la qubba y centraba el ceremonial de la corte. Tiene su entrada por el lado menor del Patio de las Doncellas y a través de un arco con grandes puertas, hechas por carpinteros toledanos allá por 1366, hojas talladas en pino ataujeradas, con inscripciones árabes en la externa y cristianas en la parte externa.
Salón de Embajadores


Detalle Salón de Embajadores
La sala es cuadrada, de ahí su nombre árabe, qubba, con arquerías triples a los lados y sostenida por columnas de diferentes colores. Tiene una bóveda semiesférica, de 1427; destacan los paños alicatados que se rompen con los balcones construidos en 1592. En la parte superior hay una galería de retratos de reyes españoles desde Recesvinto a Felipe III. A ambos lados se encuentran salas decoradas con frisos de yeserías.
Cúpula del Salón de Embajadores
Salón de Carlos V. Aquí destacan los medallones del techo, con  medallas y escudos imperiales, de la mejor muestra renacentista del palacio.
Encontramos también el Patio de las Muñecas, cuyo nombre se debe a las pequeñas figuras visibles en muchos de los arcos; tiene una bellísima ornamentación de azulejos y arabescos de estucos. Es costumbre intentar descubrir el máximo número de caras; se dice que trae suerte el descubrirlas por uno mismo, sin ayuda. Hay columnas y capiteles procedentes del palacio de Medina Zahara en Córdoba.
Entrada Salón Carlo V


Detalle arcos
El palacio tiene otras estancias, largas de enumerar aquí, que es una visita particular. A destacar: El Salón del techo de Felipe II; el Palacio Gótico; el Patio del Crucero; la Capilla; la Sala gótica o de las fiestas; El Salón de Tapices. Aquí nos detendremos un poco; los tapices que aquí se encuentran se trajeron después de la construcción realizada tras el terremoto de Lisboa.
Sala gótica


Tapiz de su sala
Representan los tapices la Conquista de Túnez por el emperador Carlos I; son de origen flamenco. Pertenecen al Palacio Real y son parte del Patrimonio Nacional. Se exponen aquí desde el año 1740.
Y llegamos a LOS JARDINES
entrada a jardines

Subida a estanque de Mercurio
Los jardines suponen una parte fundamental del Alcázar. El paseo por los diferentes espacios constituye uno de los placeres más agradables que hay en Sevilla, pues se juntan caracteres árabes, renacentistas y modernos. Están dispuestos en terrazas, con multitud de naranjos, palmeras y pabellones donde hay tranquilidad y donde se puede descansar, sin oír siquiera el ruido incesante de la ciudad situada a escasos metros.
Estanque de Mercurio


Jardín de Vega- Inclán
Hay con muchos nombres: Estanque de Mercurio, Jardín de la Danza; Jardín de Troya; jardín de la Galera; Jardín de las Flores; Jardines del Príncipe; Jardín inglés; Jardín del Marqués de la Vega Inclán; Jardín de los Poetas. Todos ellos, alegres, con agua, con quietud y paz, para su disfrute. Para pasearlos sin prisas, pero sin pausa; para descansar; para oler; para ver; en definitiva, jardines hechos para el deleite de las personas. Antes de aquellas épocas, ahora de éstas. ¿Quién, de visita, no se ha hecho una foto en el Estanque de Mercurio?
Jardín moderno


Jardín
¿O no ha entrado en el laberinto? ¿O no se ha sentado en el jardín de Vega Inclán? Todos y cada uno de ellos tiene un algo especial que los hace, iguales, pero totalmente diferentes al mismo tiempo.
Se sale del Alcázar por el Apeadero y Patio de Banderas. El primero tiene una fachada al segundo rematada con el escudo de Felipe V.
Peadero, Patio y Giralda, al fondo.
El Patio es una gran plaza, llamada de banderas, porque aquí se colocaban las banderas de los reyes o grandes señores que señalaban su presencia en Palacio, funcionando al mismo tiempo como Plaza de Armas.
Cuando salimos del palacio nos dimos cuenta del tiempo que habíamos estado en su interior, casi tres horas, que se nos hicieron cortas, aunque cansadas.
Nos fuimos hacia la Catedral, pero eso es para otra entrada.

Cándido T. Lorite

domingo, 22 de marzo de 2015

SEVILLA, medio día (26-02-2015)

Muchas han sido las veces que hemos ido a Sevilla y nunca se me ha ocurrido hacer su parte en mi blog de viajes. Un olvido imperdonable. No voy a colocar aquí todo aquello que se puede visitar en esta ciudad; sería excesivamente largo y prolijo. Voy a hablar de lo que he visto en éste último viaje, realizado durante los días 26, 27 y mañana del 28 de febrero de 2015.

            Salimos de Bailén, sin prisas, tranquilos. El día era magnífico y aunque queríamos llegar a Sevilla, no teníamos prisa por hacerlo. Sabíamos lo que queríamos ver y el tiempo que teníamos para hacerlo. Suficiente. Llegamos al hotel a media mañana, dejamos las maletas y nos dispusimos a andar un poco. Necesitaba comprar las entradas en un centro comercial para la visita  a un Monumento Nacional. Para no tener problemas.
          

San Dimas
  Salimos del hotel y por la calle San Pablo, llegamos a la Plaza de la Magdalena. Nos encontramos abierta la Capilla de Montserrat y nos adentramos en ella. En su interior nos encontramos con una talla del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón, del siglo XVII, inicios. Tiene la forma y la expresión de cuando se dirige al Buen Ladrón, San Dimas y le dice: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
Cristo de la Conversión

El interior es de una sola nave dividida en tres tramos, con coro a los pies y presbiterio. Al exterior presenta una alta fachada de ladrillo avitolado que aparece presidida por una gran portada donde destaca, entre pilastras cajeadas, un moldurón barroco cegado en sus ángulos. A ambos lados de la puerta existen retablos cerámicos que representan a las imágenes titulares de la Hermandad, el Santísimo Cristo de la conversión y Nuestra madre y Señora de Montesrrat.
           
La Magdalena

El Descendimiento
Justo al lado se encuentra La Iglesia de María Magdalena, antigua iglesia de los dominicos, como así figura en el escudo frontal. Es un magnífico ejemplo de la arquitectura barroca sevillana del siglo XVII.
            El templo posee tres puertas, en una de ellas que comunica con el crucero, se encuentra una escultura de Santo Domingo de Guzmán atribuida a Pedro Roldán. La segunda que es la que se utiliza normalmente para acceder a la iglesia, está flanqueada por pilastras sobre las que se levanta un arco de medio punto rematado por esculturas. Es la primitiva puerta mudéjar del templo que fue remodelada en el siglo XVII.
Retablo altar mayor

Lucas Valdés

            Consta de tres naves longitudinales, una transversal, cinco capillas, y el presbiterio En la nave central, destaca la cúpula octogonal. Contiene dos lienzos de Zurbarán, dos de Lucas Valdés, y esculturas, como el Cristo del Calvario, El retablo Central, la Virgen de la Antigua, Virgen del Rosario, un Descendimiento, etc.
Murillo
Una iglesia cargada de historia y pintura. 
            Salimos de la iglesia, en la que estuvimos un buen rato, y nos dirigimos hacia la Plaza del Duque. Compramos las entradas necesarias. Mi mujer se dedicó a mirar y buscar en las múltiples tiendas de zapatos, para los eventos venideros en la casa; y, un poco cansados, buscamos un lugar cercano al hotel, donde comer tranquilamente, antes de descansar tranquilamente. Lo encontramos en La Molona, esquina a Zaragoza. Fuimos bien servidos, comimos abundantemente, barato y de buena calidad. Nos fuimos al hotel a descansar. La tarde iba a ser larga de andar, muy larga. Había que descansar.
            A las 4’30 estábamos de pie, en la puerta del hotel. Cogimos el camino de Triana. Pasamos por el Puente de Isabel II, ese puente que cuando se cruza has entrado en otro mundo, el trianero. Distinto de Sevilla.
Trina. Calle Betis

Al fondo, Triana
Esa parte de la ciudad es muy bonita, pero ¿Triana? Triana es diferente. Solo hay una palabra para definirla: Triana. No podía faltar una foto a la calle Betis. Nos dirigimos a Pureza, a la sede de la Hermandad de la Esperanza de Triana, a la ermita de los Marineros. A la hora de abrirla, a las cinco de la tarde, hora torera, como no puede ser de otra manera en este lugar, se abrió la puerta. La gente estaba esperando para ver las imágenes de la hermandad.
           
Ermita de Los marineros
E
l templo consta de tres naves longitudinales y paralelas, aunque al exterior se hace visible una sola crujía. Sobre el pórtico de la capilla se encuentra la imagen de la Inmaculada Concepción, tallada en barro cocido.
            La nave central coincide en sus medidas con las de la primitiva capilla. Se cubre con un artesonado neomudéjar procedente del Colegio Villasís. El retablo mayor es barroco y procede del Convento de la Merced de Osuna.  En la parte central del retablo se encuentra la venerada imagen de Nuestra Señora de La Esperanza de Triana. 
Esperanza de Trina

Cristo de las Tres Caídas
Al lado del Evangelio se ha habilitado una nave más pequeña acoge la imagen del Santísimo Cristo de las Tres Caídas.  El lado de la epístola se abre otra nave, en cuyo testero se levanta un nuevo retablo neobarroco dedicado a San Juan Evangelista.
           
Ante la Esperanza de Triana
Salimos de la ermita y nos dirigimos hacia el puente y en un bar cercano nos sentamos a tomarnos un café y un dulce, que le apetecía a mi señora. Había que coger energías. Por la calle San Jacinto llegamos hasta el cruce con Pagés del Corro, viendo la entrada de la Capilla de la Estrella, cerrada a estas horas; seguimos y nos dimos de bruces con el ficus enorme del colegio San Basilio, con ese mosaico dedicado a la Virgen del Rocío, maravilloso.
Mosaico de la Virgen del Rocío
Capilla de La Estrella

Ficus de San Jacinto.
Andando, andando, llegamos al final de la calle y doblamos a Ronda de Triana. Giramos hacia la derecha y con tranquilidad, con mucha tranquilidad, llegamos andando hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Salud.
           
Iglesia de La Salud

Conjunto escultórico

"El Cachorro"
En esta ermita se encuentra, quizá, el Cristo más venerado y querido de Sevilla, “El Cachorro”. Siempre ha sido trianero, siendo el origen de la hermandad la unión de dos corporaciones trianeras: la del Santísimo Cristo de la Expiración y la de Nuestra Señora del Patrocinio, con datos de 1589. Se le llama popularmente “el Cachorro”, porque dice la leyenda que el escultor escogió para su imagen la cara de un gitano conocido con ese apodo, y en una reyerta, cuando moría, esculpió su cara de esa forma magistral. Hasta 2005 no permitió la salida de mujeres vestidas de nazarenas. La iglesia tiene el título de Basílica menor otorgado por Benedicto XVI. Sale el viernes santo con uno de los recorridos más largos.
En La Salud
            A la salida. Cogimos un taxi, que nos desplazó hasta la calle Resolana, en busca de la Esperanza Macarena.

La Esperanza Macarena

            Abierta estaba la Basílica de la Esperanza Macarena. Su construcción fue iniciada en 1941, cuando el 13 de abril, Pedro Segura y Sáenz, arzobispo de Sevilla, bendijo los terrenos en los que se edificó y colocó la primera piedra del templo; y finalizada el año 1949, siendo bendecida el 18 de marzo por el mismo arzobispo y actuando como padrinos Queipo de Llano y Serafina Salcedo (ambos están enterrados en una capilla lateral), y consagrada por el cardenal José María Bueno Monreal, arzobispo de la ciudad, el 7 de octubre de 1966.
La obra fue llevada a cabo por el arquitecto sevillano Aurelio Gómez Millán, y se trata de un edificio de una sola nave con capillas laterales. El templo obtuvo la dignidad de Basílica Menor por una bula de 12 de noviembre de 1966 concedida por el papa Pablo VI, siendo de este modo el primer templo sevillano en ostentar esta dignidad. (Wikipedia).
Arco y Basílica de la Macarena
Retablo altar mayor
El retablo, neobarroco, alberga la Esperanza Macarena, anónima del siglo XVII o principios del XVIII. Tiene una altura, el retablo, de unos 12 metros, con dos cuerpos y un ático que alberga alegorías de las tres virtudes teologales.
Enfrente se encuentra el Hospital de las cinco Llagas, convertido en un faraónico Parlamento de Andalucía. Para lo que hacen, podría convertirse en cualquier otra cosa de más utilidad que la que tiene actualmente. Una foto para la posteridad, aunque no soy muy partidario de estas fotos.
Parlamento de andalucía

Cruzamos de nuevo  a la Basílica y nos dirigimos hacia la iglesia de San Gil. Del siglo XIII o casi reconquistada la ciudad por Fernando III el Santo. Tiene restos de una mezquita en la base de la torre y en la capilla del Sagrario. Es de estilo gótico-mudéjar, aunque bastante reformada en siglos posteriores. Su mayor restauración fue después de la guerra civil, pues fue saqueada y quemada. No la puede visitar por dentro, por encontrarse cerrada en la visita. Fue sede de la Macarena hasta mediados de 1949, cuando se hace la Basílica de ésta. Es Bien de Interés cultural y catalogada como Monumento.
Iglesia de Santa marina


El Resucitado de Santa Marina
Seguimos por la calle San Luis y nos encontramos a la altura de calle Macasta con la iglesia de Santa Marina. Una de las más antiguas de la ciudad, data del siglo XIII, en gótico-mudéjar. En su exterior consta de tres portadas: la principal es de piedra y tiene ocho arcos ojivales, con esculturas variadas. La portada del muro del Evangelio es un arco ojival con poca decoración y la de la epístola consta de tres arcos apuntados.
Nave Central
Tiene un ábside ochavado y ventanas ojivales geminadas. La torre es mudéjar de planta cuadrada y construida con ladrillo.
En el interior se observan tres naves. La central es la más amplia tanto en altura como en anchura. Se cubre el centro con alfarje. El Cristo Resucitado procesiona en la Semana Santa sevillana.
Iglesia de San Luis
Seguimos la calle San Luis y llegamos, no podía ser de otra manera a la iglesia de San Luis. Es un ejemplo característico de la arquitectura barroca del siglo XVIII. Tiene una fachada retablo, alternando la piedra y el ladrillo; tiene dos torres octogonales. El segundo cuerpo de la fachada tiene columnas salomónicas y en la parte superior el escudo de España.
Interior de San Luis

Cúpula de San Luis
 El interior es una planta de cruz griega, con una espléndida cúpula; quizá la más espléndida y bonita de toda Sevilla; en las bases de las columnas se encuentran las grandes virtudes, (castidad, obediencia, oración, humildad y pobreza). Lo más importante es el retablo mayor y los retablos de los santos jesuitas de un barroquismo magnífico.
Torre de San Marcos

San Marcos
La tarde se nos estaba echando encima; el cansancio comenzaba a hacer mella en nuestros pies y piernas y estábamos necesitando un descanso para tomar alguna cosa. Decidimos seguir, hasta ver, en la misma calle la iglesia de San Marcos. De estilo gótico-mudéjar; es la menos castigada en el tiempo. De planta rectangular, la nave central es de techo ochavado con bóvedas de ladrillo. Apenas tiene decoración interior, pintada de blanco, destacando un San Marcos obra de uno de los discípulos de Juan de Mesa.
Del exterior destaca su extraordinaria fachada y la torre situada a la derecha. Es de estilo gótico, en piedra y con arquivoltas; es sin duda, una de las portadas más interesantes de Sevilla. La torre tiene ventanas germinadas, parecidas a la de Omnium Sanctorum y a la Giralda, corresponde al alminar de la antigua mezquita que había en su lugar. Es Bien de Interés Cultural y Monumento desde 1931.
San Marcos trasera

Cristo yacente

Por la calle Bustos y después, Tavera, llegamos a Santa Catalina; la noche comenzaba a echarse en las calles y la luz tenue de las luces callejeras daba un aire triste a las calles; apenas había gente por estos lugares. Santa Catalina es Monumento nacional desde 1922 y es, como la mayoría de las iglesias sevillanas antiguas, de estilo gótico-mudéjar, del siglo XIV. Aún conserva parte del mirhab y del alminar. La portada gótica procede la iglesia de Santa Lucía, destruida en el XIV y trasladada aquí, tapando la antigua mudéjar. De esta iglesia sale el Jueves Santo, La Exaltación.
Por calle Gerona llegamos a la puerta del Palacio de las Dueñas, ya cerrado a cal y canto. Mi mujer se hizo una foto por aquello de demostrar el lugar visitado.
Palacio de Las Dueñas
Continuamos hacia el Convento del Espíritu Santo.
Convento del Espíritu Santo
La hora que era, las 8’30 aproximadamente hacía que el templo estuviera cerrado. Una foto nocturna nos queda de nuestra presencia en su lugar.

La Encarnación, nocturna

"Las setas"de la Encarnación
Desde aquí, por calle Regina llegamos a la Plaza de la Encarnación, la de “las setas”. Una cerveza fresquita viendo la animación en el lugar, mientras descansábamos nuestros maltrechos pies. La visitaríamos al día siguiente, despacio, junto a la Iglesia de la Anunciación. Por Vía Larana y Plaza de la Magdalena llegamos al hotel donde nos hospedábamos. Eran las nueve de la noche. Una ducha tranquila, un cambio de ropa y por la calle Zaragoza nos fuimos a cenar a un restaurante, El alabardero. Buena cena y buen precio. De vuelta al hotel, descanso y a dormir. Nuestro primer día, o mejor, tarde, había terminado con nosotros y con nuestros cansados pies. Había merecido la pena.
Cándido T. Lorite