martes, 4 de enero de 2022

SALAMANCA EN TRES DÍAS.

 


MAÑANA DEL PRIMER DÍA

Habíamos decidido viajar a Salamanca en el Puente de Todos los Santos, una prima y su marido (Pedro y Lola) que no conocían la ciudad; mi ciudad. Y allí que nos dirigimos bien temprano.

Salimos a las 4 de la madrugada, y después de hacer dos paradas, La guardia y en Villacastín, llegamos al hotel Silken, sobre las 10 horas. Dejamos las maletas en el hotel y nos decidimos a comenzar nuestro primer día de viaje a esta ciudad encantadora, universitaria, internacional, culta, limpia y llena de todo el encanto que hace de Salamanca una ciudad única.

Cogimos por calle Bordadores, encontrándonos en el camino con la Casa de las Muertes o de los Muertos, la Casa de Unamuno y el Convento de las  o ursulinas. Por aquí pasaríamos todos los días por la mañana y por la tarde. Así que ahora hablaremos de La Casa de las Muertes. fue construida en el siglo XVI y es de estilo plateresco. Fue diseñada por Juan de Álava, arquitecto de la Catedral Nueva y de la capilla de la Universidad, entre otros. Debe su nombre a las calaveras situadas en las pilastras de las ventanas superiores, aunque hay leyendas que aseguran que esta macabra denominación procede de una serie de extrañas muertes ocurridas en su interior.

Sobre la puerta, en el centro de la fachada, llama la atención un retrato del Arzobispo Fonseca con la inscripción Severísimo Fonseca Patriarcha Alexandrino. Enfrente se encuentra una escultura a Miguel de Unamuno.

Continuamos calle arriba y nos encontramos con el Palacio de Monterrey que visitaremos en la mañana del lunes. Admiramos su fachada y su forma cuadriculada, viendo situada enfrente la iglesia de la Purísima, que visitaremos el sábado a la tarde. Llegamos a calle Compañía, y nos encontramos con el primer colegio salesiano en la ciudad y enfrente, la iglesia de S. Benito. La Iglesia de San Benito fue construida en 1104.

La iglesia original era de estilo románico, pero en el siglo XVI fue reconstruida por órdenes del Arzobispo Fonseca, que había sido bautizado enella.
La familia Maldonado, que vivía en frente, también colaboró en la construcción, por lo que con el paso de los años la iglesia se convirtió en lugar de enterramiento de algunos de sus miembros. Las partes más destacadas de la iglesia son la portada gótica, el retablo mayor, del siglo XVIII y el calvario del siglo XVI. La iglesia daba nombre al Bando de San Benito, uno de los dos bandos de nobles que se enfrentaron durante años por el poder en Salamanca
. Durante las veces que pasamos por delante, nunca la encontramos abierta.

De aquí a la Casa de Las conchas y Universidad Pontificía o clerecía, hay dos pasos. La primera llamada así, por las conchas de peregrino que adornan su fachada, en un total de 312; aunque los “hablantes” de los tour que pululan por la ciudad, indican que son 335, por los días que duró el amor de sus dueños. es una mansión señorial de la época de los Reyes Católicos en la que se combinan los estilos gótico tardío, mudéjar y renacentista.
Su construcción comenzó a finales del siglo XV por orden de Rodrigo Maldonado de Talavera, aunque fue su hijo, Rodrigo Arias Maldonado, 
el que la terminó y vivió en ella. Debe su nombre a las más de 300 conchas representadas en su fachada, que están dispuestas a tresbolillo, siguiendo una composición romboidal propia del estilo mudéjar.

No se sabe a ciencia cierta por qué motivo se cubrió de esta forma la fachada, pero hay dos teorías: una que dice que fue por pertenecer los Maldonado a la Orden de Santiago y otra que cuenta que fue una muestra de amor de Don Rodrigo a su esposa Juana, cuya familia, los Pimentel, tenía como símbolo nobiliario la concha.

Sobre la puerta principal y las ventanas se halla el escudo de los Maldonado, con cinco flores de lis.
Las rejas de las ventanas del piso inferior están consideradas como de lo mejor de la rejería castellana.
Destaca también la asimetría existente entre las ventanas de mayor tamaño, algo propio del gótico. Aunque lo más destacado del edificio sea la fachada,
 llama también la atención su patio, que cuenta con un pozo en la parte central y en el que se mezclan con una gran armonía las columnas mixtilíneas típicas de Salamanca, la decoración mudéjar y las gárgolas.

Desde el piso superior, al que se accede por una escalera de tres tramos, se tiene una vista privilegiada de las Torres de la Clerecía.

La Casa de las Conchas tiene también una torre, aunque originalmente tenía dos. La que falta fue mandada derruir por Carlos I, como castigo a la familia Maldonado porque uno de sus miembros, Pedro Maldonado Pimentel, hijo de Rodrigo y Juana, fue caudillo comunero en la Batalla de Villalar.
La torre que aún se mantiene en pie fue recortada en el siglo XVIII para evitar la ruina del edificio.

La Clerecía o Universidad Pontificia la visitaremos el domingo, en el turno guiado de las 11’30 horas.

Eran ya las 11’15 horas y nos dirigimos, por aquello de que cerraban, a ver el Cielo de Salamanca en las Escuelas Menores. EL CHASCO FUE MONUMENTAL. LAS ESCUELAS MENORES Y EL CIELO DE SALAMANCA SEGUÍAN CERRADOS. La última vez que yo pude verlo abierto fue en 2014. Lo cerraron en el 2018 y ahí sigue. O es una restauración realmente complicada o se lo han tomado con demasiada calma.

Nos volvimos a Fray Luis de León y, después de explicarles, muy brevemente la fachada de Las Escuelas Mayores (que visitaremos el domingo a primera hora), les indiqué que buscaran la famosa rana. En vista de que no la encontraban, aunque ya la habían visto por internet, les tuve que indicar el lugar exacto y un “poco escondido” en que se encuentra.

La mañana se había vuelto agradable y dirigimos nuestros pasos a la Plaza Anaya. En ella, la iglesia de S. Sebastián, el Palacio Anaya y las dos catedrales. Para empezar el Palacio de Anaya, con sus Víctores por ver, se encontraba cerrado; no así S. Sebastián, la llamada parroquia de la Catedral. La iglesia de San Sebastián está situada en la Plaza de Anaya,

A veces pasa desapercibida a los turistas dado su pequeño tamaño frente a las grandes dimensiones de los monumentos que la rodean. La mandó construir el Cardenal Juan Álvarez de Toledo en el siglo XVI. Destaca su fachada, de estilo renacentista, con una imagen de San Sebastián. En el siglo XVIII fue reformada por Alberto de Churriguera.

La entrada a la Catedral Nueva la realizamos hacia las 11’45 horas. Antes estuvimos charlando un poco sobre las características de las Portadas de la Anunciación y Epifanía, así como la de la Puerta de Ramos.

Salamanca cuenta con dos catedrales, ubicadas una junto a la otra. La Nueva es de estilo gótico y la Vieja permite disfrutar de un bello monumento románico.

(DE Turismo Castilla y León) Es el "último suspiro del gótico", porque se edificó a las puertas del renacimiento. La Catedral Nueva de Salamanca es una referencia artística de la capital del Tormes y un ejemplo de densa monumentalidad que contrasta con la sobria sencillez de la Catedral románica de la que es vecina. Todo lo que hay en su interior es un cortejo de estilos artísticos: el gótico se funde con el barroco y éste se alimenta del renacimiento para materializarse en piedra, figura y cristal.






Es una catedral grandiosa y, lo más recomendable, es perderse en su interior sin mirar el reloj. Destacan los anchos pilares y la impresionante cúpula barroca que se alza sobre el crucero a 80 metros de altura. El coro, uno de los más importantes del barroco español, es obra de Alberto Churriguera.

La Catedral Vieja es uno de los monumentos románicos más hermosos de Europa, coronado por su famoso cimborrio, o torre del gallo. La ciudad monumental por excelencia no podía carecer de una magnífica catedral románica.

Sencilla y austera, su interior está preñado de pequeños detalles escultóricos que la convierten en una referencia gracias a la fuerza expresiva de sus composiciones. Armoniosa en su conjunto, cada rincón sorprende con un detalle, que hace incansable su contemplación desde todos los ángulos.

La salida de las catedrales y la subida al Ieronimus fue todo seguida, una tras la otra. Las piernas apenas nos daban, al menos a mí, para mucho más y aún quedaban ¡¡200!! Escalones para llegar a lo más alto.

         El Ierónimuss es una ascensión a las torres de la Catedral de Salamanca: La Torre Mocha y la Torre de Campanas. Un lugar privilegiado para divisar la ciudad de Salamanca y descubrir la Catedral desde un ángulo diferente.

Desde la altura podrás divisar los templos de Santa María de la Sede –lo que se denomina la Catedral Vieja– desde la Sala del Alcaide, y Ntra. Sra. de la Asunción –la edral Nueva– desde su balaustrada.

         El recorrido permite pasear por los tejados de la catedral. A través de una pasarela ubicada entre los dos templos, podrás casi acariciar la Torre del Gallo.

La ascensión se realiza por el interior de la catedral a través de pasadizos y escaleras de tramos cortos.

Dispone de varias salas con zonas de descanso, información, audiovisuales y vitrinas con objetos y documentos provenientes del archivo catedralicio.

La ascensión a Ieronimus es una experiencia única. Una forma diferente de disfrutar del patrimonio de Salamanca.

¡Una ascensión de la tierra al cielo!

 

Bueno, las piernas las teníamos hechas polvo; yo, al menos. Me parece que ésta es la última vez que subo tantas escaleras del Ierónimus. Cuando vuelva, que volveré a Salamanca, no creo las suba. Pero, ¡Merece tanto la pena hacerlo! La cuestión es que ya era el momento de descansar un poco y, pasando por el Patio Chico (una maravilla de lugar) nos dirigimos hacia el Bar- restaurante Los Dominicos; llamado así por estar situados frente a los dos conventos, masculino y femenino de frailes dominicos de Salamanca, San Esteban y Las Dueñas.

Buena cerveza, buena charcutería salmantina y un buen menú y tapeo, nos descansó las piernas para el trayecto vespertino que nos esperaba; tan duro como el de la mañana.

TARDE DEL PRIMER DÍA

Visitamos San Esteban, convento de los dominicos hacia las 5 h. de la tarde. Para mí es el monumento o iglesia más interesante de toda Salamanca. Sobre ella se puede escribir durante cuatro, cinco o más folios de Word; siempre nos quedará algo que decir de la majestuosidad de la misma; sobre todo, al caer la tarde y sol da de lleno en esa fachada imponwente, con las gaviotas posándose en sus pìcos, sin dejar ni uno solo libre de ellos; como si todas ellas, machos y hembras, supieran cuál es su sitio en el mismo. Realmente increíble.

 

El Convento e Iglesia de San Esteban es de los años1255-56 cuando los dominicos se establecieron en el solar que ahora ocupa el actual convento y donde ya radicaba la parroquia de San Esteban, anteriormente ubicada en el arrabal. Por aquí pasaron Cristóbal Colón, San Ignacio de Loyola y Santa Teresa de Jesús.

Convento e Iglesia de San Esteban - Salamanca

 

 

 El hijo del Duque de Alba, Juan Álvarez de Toledo, dominico, fue el que promovió la nueva iglesia conventual, hacia 1524. Fue obispo de Córdoba y Burgos y se terminó de construir según la traza original.

 

Fray Martín de Santiago, en 1533 dio un nuevo impulso a la nave central, con capillas entre contrafuertes; inició el crucero y la capilla mayor y le añadió dos capillas laterales

En 1533, Álava, por orden del cardenal, fue sustituido por fray Martín de Santiago, que retomaría la obra cuando los muros perimetrales sobresalían del suelo algunos metros. En su haber hay que poner la finalización de la nave y las capillas entre contrafuertes, lo que estaría hecho hacia 1540; comenzó también el crucero y la capilla mayor a la que dió mayor profundidad y a la que añadió dos capillas colaterales.



 

Hacia el año 1556 se hace cargo de la obra Rodrigo Gil de Hantañón, que terminó la obra en estilo renacentista y qquitó adornos, pináculos, etc, pero diseñço ventañas, capiteles. etc

.


 



En 1590 se dan los últimos retoques a las capillas laterales y el cimborrio y se acaba en 1609

La iglesia acabó según las normas renacentistas, con contrafuertes,  crucero con cimborrio y coro alto a los pies.


En el lado meridional se construyó el Claustro de los Reyes, pues es donde aparecen efigiados los de Israel.

El claustro tiene dos pisos; el inferior con bóvedas de crucería y arcos semicirculares y el superior, que voltean el doble de arcos y tienen medallones.




 

Ambos claustros están unidos por la imponente Escalera de Soto. Hay dos dependencias, la sacristía y la Sala Capitular de Juan Moreno. También se encuentra el Salón de profundis, donde indica la tradición que estuvo Cristóbal Colón.

Esta descripción que parece muy amplia, es somera debido a la importancia que para mí tiene San Esteban.

Salimos De San Esteban y nos dirigimos hacia Las Dueñas, dispuestos a imbuirnos del silencio y majestuosidad de su claustro y sus imponentes vistas. Por no hablar de los dulces que hacen las monjas dominicas. Un “pecado” para el paladar

El Convento de Santa María de las Dueñas, conocido popularmente en Salamanca como las Dueñas, fue fundado en 1419 para acoger a las religiosas de la Orden de Santo Domingo. Por ello, también se habla del convento como el de las Dominicas.


El edificio original, que fue donado por doña Juana Rodríguez Maldonado, estaba construido en estilo mudéjar, estilo del que quedan visibles muestras.


Con el paso de los años algunas de las partes se modificaron, por lo que el convento tiene hoy en día una mezcla de estilos en los que destacan el claustro renacentista, la iglesia gótica y la portada plateresca.

El claustro es, probablemente, la parte del convento que mayor interés despierta es el claustro, que data de 1533 y que es de una gran armonía, a pesar de su forma pentagonal. Cuenta con dos plantas. En la inferior las arcadas están decoradas con medallones, mientras en la superior, los capiteles de las columnas muestran unos magníficos grutescos (decoración formada por la combinación de elementos vegetales, figuras fantásticas, humanos, animales, etc. de forma caprichosa, pero en simetría). (de internet)

Cándido T. Lorite