sábado, 1 de noviembre de 2014

EL CAIRO. 1º DÍA. MUSEO. PIRÁMIDES. BARRIO COPTO

Teníamos dos días completos para visitar El Cairo. Una ciudad de 8 millones de habitantes, cuatro millones de coches en un caos circulatorio increíble y con ganas de ver todo aquello que nos diera tiempo y lo que no nos diera tiempo, también.
El caos circulatorio de El Cairo
O sea, todo. Para empezar indicar que el día anterior le indiqué a Mena, nuestro guía español de Image Tour que las excursiones que teníamos Paqui y yo programadas para dos días, queríamos hacerlas en un solo día. Mañana y tarde. Le cogió por sorpresa porque nos dijo que dónde pensábamos comer el domingo, que qué íbamos a hacer. Por consejo de nuestro guía Rabeh y por nuestra propia iniciativa, no le dijimos nada a Mena de que nos íbamos con otro guía, uno particular que nos iba enseñar El Cairo.
Desayunando en el Mena House
Más que nada por deferencia hacia Mena. Cuando lea este blog se estará enterando de la “jugarreta” que le hicimos. Con todo el cariño, pues queríamos conocer la ciudad.
            El sábado por la mañana, nos levantamos temprano, nos dimos un desayuno de turistas de tronío, de aúpa; en el comedor del Mena House. Con un buffet maravilloso. No le faltaba de nada. Lógico para un 5 Estrellas de Lujo Superior. A las nueve llegó Mena y nos llevó hasta la entrada de la visita de las Pirámides. Allí había otro guía y nuestros amigos Paco y Raúl. Con ellos visitaríamos las pirámides y la esfinge y echaríamos prácticamente el día.
           
Delante de la prámide de Keops

Vista de Keops
¿Qué decir de las pirámides que no se haya dicho ya en todos los idiomas y de todas las maneras posibles? Nosotros nos quedamos impresionados de la grandeza de las mismas. Sus dimensiones ya son conocidas, así que no voy  aquí a decir cosas sobre ellas. Sólo la admiración que nos produjo su contemplación. Su belleza dentro de su enormidad. Como dijo Napoleón:”tres mil años nos contemplan”. Pues a nosotros nos contemplaron algunos más. La primera Keops, nos dijeron de entrar, pero ya estábamos avisados por Alexander y Esther nuestros amigos del crucero, de que no merecía la pena.
Estampa propia en las pirámides.
Sobre todo, porque no se iba a ver prácticamente nada y porque los desniveles de subida y bajada eran tan grandes que el cansancio acumulado no nos iba a permitir hacerlo y, de hacerlo, nos iba a dejar tocados para los dos días que nos quedaban en El Cairo. Le hicimos caso.
           
Dealnte de Kefrén
Tres pirámides la contemplan
Tres pirámides me contemplan

Delante de Micerinos
Nos dimos una vuelta con el autobús por las pirámides, nos bajamos en varios sitios para hacernos fotos, y de vez en cuando nos quitábamos a los vendedores de toda clase de objetos. Realmente pesados. Que jartibles que llegan a ser, madre mía. Las fotos salieron de todas las formas posibles. Nos montamos de nuevo en el autobús y nos dirigimos a la Esfinge de Gizeh. Le estaban haciendo un pequeño lavado de cara, pero no obstante nos salieron algunas fotos realmente bonitas. Cuando nos íbamos le dije al guía que si podíamos hacernos unas fotos en el lugar por donde se entraba antiguamente.
La fotografía de años esperando hacerla
Se lo dije más que nada porque las fotos salen más bonitas; se aprecia la Esfinge de frente, con las pirámides detrás. Así lo hicimos y salieron unas fotos maravillosas. Alguna dejo aquí. Nos compramos agua fresquita, después de regatear, por 5 libras.
            De nuevo al autobús y hacia el Museo de Arte Egipcio, en el centro de El Cairo, en la famosa Plaza Tharir. Está “tranquila”. Sólo se oían los cláxones de los coches tocando incesantemente en una plaza donde el caos circulatorio es lo normal.
La Esfinge de Gizeh

La Esfinge

Gizeh
Si aquí, en Europa entras en una plaza y has de girar hacia la derecha, aquí los coches giran hacían la derecha y hacia la izquierda; en todas direcciones.
Delante de la Esfinge
Los atascos son monumentales y el ruido descomunal. Ni un solo semáforo regula la circulación. Por más que parezca difícil son pocos los golpes. Quizá porque todos saben que un golpe aquí significa más caos todavía.
Puerta de entrada al Museo de Arte Egipcio

            Entramos en el museo después de que nos registraran los bolsos e intentarán requisarnos la cámara de fotos, con la excusa de que no se podían hacer. Ninguna. Con flash o sin flash.
Egipcia casado con un enano

Escriba sentado
Pero, la “propina” ya he dicho que es algo que funciona en Egipto de manera natural. Lo que sucede es que aquí la propina ha de ser mayor y en cada sala en la que quieras hacer fotos con mucho disimulo, eso sí. Nada de hacer fotos como el que intenta ganar un concurso. Sacas la cámara, haces la foto rápidísimamente, guardas la cámara y repites la operación.
mujer casada.Arte Egipcio

Museo de Arte Egipcio
Con la mayor discreción. Menos mal que había poca gente porque si no hubiera sido prácticamente imposible hacer fotos. Mi dinero me costó, sobre todo en la zona de Tutkhamon. Aquí sí que es verdad que no se pueden hacer de “ninguna manera”, pero…. Yo no podía marcharme de el Museo de Arte Egipcio sin tener para mí solo unas fotos de este faraón. Desde muy pequeño me sentí fascinado por alguien,que siendo tan joven, había conseguido reinar en Egipto y dejar un legado, en forma de tesoro, tan importante. Eso sin contar con las reformas que hizo en cuestiones religiosas.
Ramsés II

Museo Arte Egipcio
Cuando tuve delante esa imagen, me quedé impresionado y unas lágrimas rodaron por mi mejilla. No me cuesta reconocerlo. Habían sido tantos los años queriendo ver esa figura que, cuando la tuve delante de mí, quedé maravillado ante tal belleza. La cara, el sarcófago, eran tan extraordinarios, tan exquisitos en su trabajo, y tan bien hechos, que se puede quedar uno horas mirando, embobado ese tesoro.
Tutankhamon
Yo, por fin, tenía la posibilidad de hacerlo y el hecho en sí me dejó sin habla y con la emoción sin poderla contener.
Sarcófago de Tutankhamon

1º sarcófago de Tutannkhamon
Mi mujer se quedó mirándome, como si no me conociera. Ella sabe de mi debilidad ante ciertos objetos y sabía de mi interés en conocer este sobre todo. No obstante se quedó a mi lado, mirando como yo miraba esa figura. Toda mi vida me acordaré de ese momento.

           
Corona real de Tutankhamon

Sillón real de Tutankhamon
El museo puedes estar viéndolo durante meses o años. No hay problema. Es como visitar el Prado. Cada vez que vas visitas una sala y de esta manera te conoces el museo magníficamente. Pues aquí lo mismo. Pero no puede ser; lástima. Es enorme, con varios pisos y pasillos en todas las direcciones. El guía nos acompañó en algunos momentos, nos dijo algunas cosas sobre lo que íbamos viendo y, al final, nos dejó a nuestro aire, indicándonos dónde se encontraba la salida.
Barca de Tutankhamon

2º sarcófago de Tutankhamon
Estuvimos dentro del museo tres horas, pero podíamos haber estado todo el día. Aún quedaban cosas por ver.
            Cosas como la que vimos nada más salir. La plaza era un caos auténtico; un atasco monumental. Así que el autobús, nos recogió y en un alarde temeridad inaudita, se bajó del autobús, les dijo a los demás coches y autobuses que dieran marcha atrás para salir por una calle, en dirección contraria. Así lo hicieron y ni corto ni perezoso, enfiló junto a los demás coches y autobuses que habían hecho lo mismo, dirección al barrio copto.
Vista general del sillón de tutankhamon
           
Calle del barrio copto

Calle del barrio copto
Pagamos nuestra entrada, mejor nos dieron la entrada pagada y con el guía nos dirigimos hacia el barrio copto. Según nos contó y luego supimos, los cristianos coptos son los más ricos de Egipto. Son los que manejan el dinero, los mejores colegios, las mejores universidades y el blanco de los Hermanos Musulmanes durante las reyertas del año pasado. Indicar que cuando acabaron las reyertas, con el nuevo gobierno de Sisi, la tranquilidad ha vuelto a Egipto y se puede visitar turísticamente sin problemas. Al menos hasta el momento en que estoy escribiendo este blog. Nos dijo el guía que la reyerta les costó a los Hermanos Musulmanes más de cinco mil muertos y cárcel para otros muchos más. Nadie les quiere en Egipto, por radicales.
Detalle de entrada a Santa María

            Entramos en el barrio llamado Qasr al-Sham, conocido el barrio copto de El Cairo. “copto se les llamó a aquellos habitantes que estaban en Egipto cuando los árabes conquistaron la ciudad. Eran cristianos egipcios, que pasaron a llamarse “coptos hasta nuestros días. Según el evangelio, en esta zona de la ciudad fue donde vivió la Sagrada Familia en su exilio en Egipto.
Interior de Santa maría

Altar mayor de Santa María
Sus calles están llenas de historia cristiana, pro también judía. El pueblo bizatino fue un importante contribuyente a la historia de la zona. Es el caso de las iglesias de San Jorge, de culto griego melquita y anta maría. En San Jorge destaca su planta circular y el icono del santo.
            Santa María es conocida como la iglesia colgante, por estar situada sobre la fortaleza anterior. Igual se la conoce como la “iglesia de la escalinata”, pues hay que subir unas empinadas escaleras.
           
Piscina del Mena House
Desde aquí nos fuimos a comer al restaurante Cleopatra de El Cairo. No estuvo mal la comida. La bebida fue otra cosa. De aquí nos trasladamos al hotel. Y eso fue lo que Mena, nuestro guía no entendió. Como perderíamos el resto de la tarde. Nos echamos una buena siesta y nos fuimos después a la piscina del hotel. El agua estaba fenomenal.
Piscina del Mena House
Disfrutamos de un baño reparador y nos preparamos para asistir al espectáculo de luz y sonido a celebrar en las Pirámides. Algo realmente maravilloso. Hecho por españoles, el juego de luz y sonido jugando con la Esfinge y con las pirámides, contando la historia de Egipto nos dejó una impresión magnífica. De allí a cenar en un restaurante cercano. Buena comida y a dormir. Ya teníamos habitación con vistas a las pirámides. Y bien que las disfrutamos. Unos zumos, unas golosinas, un baño reparador y a dormir. El día había sido muy intenso.
            Cándido T. Lorite
           



            

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