Teníamos dos
días completos para visitar El Cairo. Una ciudad de 8 millones de habitantes,
cuatro millones de coches en un caos circulatorio increíble y con ganas de ver
todo aquello que nos diera tiempo y lo que no nos diera tiempo, también.
|
El caos circulatorio de El Cairo |
O sea,
todo. Para empezar indicar que el día anterior le indiqué a Mena, nuestro guía español de
Image Tour que las excursiones que teníamos Paqui y yo programadas para dos
días, queríamos hacerlas en un solo día. Mañana y tarde. Le cogió por sorpresa
porque nos dijo que dónde pensábamos comer el domingo, que qué íbamos a hacer.
Por consejo de nuestro guía Rabeh y por nuestra propia iniciativa, no le
dijimos nada a Mena de que nos íbamos con otro guía, uno particular que nos iba
enseñar El Cairo.
|
Desayunando en el Mena House |
Más que nada por deferencia hacia Mena. Cuando lea este blog
se estará enterando de la “jugarreta” que le hicimos. Con todo el cariño, pues queríamos conocer la ciudad.
El sábado por la mañana, nos
levantamos temprano, nos dimos un desayuno de turistas de tronío, de aúpa; en
el comedor del Mena House. Con un buffet maravilloso. No le faltaba de nada.
Lógico para un 5 Estrellas de Lujo Superior. A las nueve llegó Mena y nos llevó
hasta la entrada de la visita de las Pirámides. Allí había otro guía y nuestros
amigos Paco y Raúl. Con ellos visitaríamos las pirámides y la esfinge y
echaríamos prácticamente el día.
|
Delante de la prámide de Keops |
|
Vista de Keops |
¿Qué decir de las pirámides que no
se haya dicho ya en todos los idiomas y de todas las maneras posibles? Nosotros
nos quedamos impresionados de la grandeza de las mismas. Sus dimensiones ya son
conocidas, así que no voy aquí a decir
cosas sobre ellas. Sólo la admiración que nos produjo su contemplación. Su
belleza dentro de su enormidad. Como dijo Napoleón:”tres mil años nos
contemplan”. Pues a nosotros nos contemplaron algunos más. La primera Keops,
nos dijeron de entrar, pero ya estábamos avisados por Alexander y Esther
nuestros amigos del crucero, de que no merecía la pena.
|
Estampa propia en las pirámides. |
Sobre todo, porque no
se iba a ver prácticamente nada y porque los desniveles de subida y bajada eran
tan grandes que el cansancio acumulado no nos iba a permitir hacerlo y, de
hacerlo, nos iba a dejar tocados para los dos días que nos quedaban en El
Cairo. Le hicimos caso.
|
Dealnte de Kefrén |
|
Tres pirámides la contemplan |
|
Tres pirámides me contemplan |
|
Delante de Micerinos |
Nos dimos una vuelta con el autobús
por las pirámides, nos bajamos en varios sitios para hacernos fotos, y de vez
en cuando nos quitábamos a los vendedores de toda clase de objetos. Realmente
pesados. Que jartibles que llegan a ser, madre mía. Las fotos salieron de todas
las formas posibles. Nos montamos de nuevo en el autobús y nos dirigimos a la
Esfinge de Gizeh. Le estaban haciendo un pequeño lavado de cara, pero no
obstante nos salieron algunas fotos realmente bonitas. Cuando nos íbamos le
dije al guía que si podíamos hacernos unas fotos en el lugar por donde se
entraba antiguamente.
|
La fotografía de años esperando hacerla |
Se lo dije más que nada porque las fotos salen más
bonitas; se aprecia la Esfinge de frente, con las pirámides detrás. Así lo
hicimos y salieron unas fotos maravillosas. Alguna dejo aquí. Nos compramos
agua fresquita, después de regatear, por 5 libras.
De nuevo al autobús y hacia el Museo
de Arte Egipcio, en el centro de El Cairo, en la famosa Plaza Tharir. Está
“tranquila”. Sólo se oían los cláxones de los coches tocando incesantemente en
una plaza donde el caos circulatorio es lo normal.
|
La Esfinge de Gizeh |
|
La Esfinge |
|
Gizeh |
Si aquí, en Europa entras en
una plaza y has de girar hacia la derecha, aquí los coches giran hacían la
derecha y hacia la izquierda; en todas direcciones.
|
Delante de la Esfinge |
Los atascos son
monumentales y el ruido descomunal. Ni un solo semáforo regula la circulación.
Por más que parezca difícil son pocos los golpes. Quizá porque todos saben que
un golpe aquí significa más caos todavía.
|
Puerta de entrada al Museo de Arte Egipcio |
Entramos en el museo después de que
nos registraran los bolsos e intentarán requisarnos la cámara de fotos, con la
excusa de que no se podían hacer. Ninguna. Con flash o sin flash.
|
Egipcia casado con un enano |
|
Escriba sentado |
Pero, la
“propina” ya he dicho que es algo que funciona en Egipto de manera natural. Lo
que sucede es que aquí la propina ha de ser mayor y en cada sala en la que
quieras hacer fotos con mucho disimulo, eso sí. Nada de hacer fotos como el que
intenta ganar un concurso. Sacas la cámara, haces la foto rápidísimamente,
guardas la cámara y repites la operación.
|
mujer casada.Arte Egipcio |
|
Museo de Arte Egipcio |
Con la mayor discreción. Menos mal
que había poca gente porque si no hubiera sido prácticamente imposible hacer
fotos. Mi dinero me costó, sobre todo en la zona de Tutkhamon. Aquí sí que es
verdad que no se pueden hacer de “ninguna manera”, pero…. Yo no podía marcharme de el Museo de Arte Egipcio sin tener para mí solo unas fotos de este faraón. Desde muy pequeño me sentí fascinado por alguien,que siendo tan joven, había conseguido reinar en Egipto y dejar un legado, en forma de tesoro, tan importante. Eso sin contar con las reformas que hizo en cuestiones religiosas.
|
Ramsés II |
|
Museo Arte Egipcio |
Cuando tuve delante esa imagen, me quedé impresionado y unas lágrimas rodaron por mi mejilla. No me cuesta reconocerlo. Habían sido tantos los años queriendo ver esa figura que, cuando la tuve delante de mí, quedé maravillado ante tal belleza. La cara, el
sarcófago, eran tan extraordinarios, tan exquisitos en su trabajo, y tan bien hechos, que se puede quedar uno horas mirando, embobado ese tesoro.
|
Tutankhamon |
Yo, por fin, tenía la posibilidad de hacerlo y el hecho en sí me dejó sin habla y con la emoción sin poderla contener.
|
Sarcófago de Tutankhamon |
|
1º sarcófago de Tutannkhamon |
Mi mujer se quedó mirándome, como si no me conociera. Ella sabe de mi debilidad ante ciertos objetos y sabía de mi interés en conocer este sobre todo. No obstante se quedó a mi lado, mirando como yo miraba esa figura. Toda mi vida me acordaré de ese momento.
|
Corona real de Tutankhamon |
|
Sillón real de Tutankhamon |
El museo puedes estar viéndolo
durante meses o años. No hay problema. Es como visitar el Prado. Cada vez que
vas visitas una sala y de esta manera te conoces el museo magníficamente. Pues
aquí lo mismo. Pero no puede ser; lástima. Es enorme, con varios pisos y
pasillos en todas las direcciones. El guía nos acompañó en algunos momentos,
nos dijo algunas cosas sobre lo que íbamos viendo y, al final, nos dejó a
nuestro aire, indicándonos dónde se encontraba la salida.
|
Barca de Tutankhamon |
|
2º sarcófago de Tutankhamon |
Estuvimos dentro del
museo tres horas, pero podíamos haber estado todo el día. Aún quedaban cosas por
ver.
Cosas como la que vimos nada más
salir. La plaza era un caos auténtico; un atasco monumental. Así que el
autobús, nos recogió y en un alarde temeridad inaudita, se bajó del autobús,
les dijo a los demás coches y autobuses que dieran marcha atrás para salir por
una calle, en dirección contraria. Así lo hicieron y ni corto ni perezoso,
enfiló junto a los demás coches y autobuses que habían hecho lo mismo,
dirección al barrio copto.
|
Vista general del sillón de tutankhamon |
|
Calle del barrio copto |
|
Calle del barrio copto |
Pagamos nuestra entrada, mejor nos
dieron la entrada pagada y con el guía nos dirigimos hacia el barrio copto.
Según nos contó y luego supimos, los cristianos coptos son los más ricos de
Egipto. Son los que manejan el dinero, los mejores colegios, las mejores
universidades y el blanco de los Hermanos Musulmanes durante las reyertas del
año pasado. Indicar que cuando acabaron las reyertas, con el nuevo gobierno de
Sisi, la tranquilidad ha vuelto a Egipto y se puede visitar turísticamente sin
problemas. Al menos hasta el momento en que estoy escribiendo este blog. Nos
dijo el guía que la reyerta les costó a los Hermanos Musulmanes más de cinco
mil muertos y cárcel para otros muchos más. Nadie les quiere en Egipto, por
radicales.
|
Detalle de entrada a Santa María |
Entramos en el barrio llamado Qasr
al-Sham, conocido el barrio copto de El Cairo. “copto se les llamó a aquellos
habitantes que estaban en Egipto cuando los árabes conquistaron la ciudad. Eran
cristianos egipcios, que pasaron a llamarse “coptos hasta nuestros días. Según
el evangelio, en esta zona de la ciudad fue donde vivió la Sagrada Familia en
su exilio en Egipto.
|
Interior de Santa maría |
|
Altar mayor de Santa María |
Sus calles están llenas de historia cristiana, pro también
judía. El pueblo bizatino fue un importante contribuyente a la historia de la
zona. Es el caso de las iglesias de San Jorge, de culto griego melquita y anta
maría. En San Jorge destaca su planta circular y el icono del santo.
Santa María es conocida como la
iglesia colgante, por estar situada sobre la fortaleza anterior. Igual se la
conoce como la “iglesia de la escalinata”, pues hay que subir unas empinadas
escaleras.
|
Piscina del Mena House |
Desde aquí nos fuimos a comer al
restaurante Cleopatra de El Cairo. No estuvo mal la comida. La bebida fue otra
cosa. De aquí nos trasladamos al hotel. Y eso fue lo que Mena, nuestro guía no
entendió. Como perderíamos el resto de la tarde. Nos echamos una buena siesta y
nos fuimos después a la piscina del hotel. El agua estaba fenomenal.
|
Piscina del Mena House |
Disfrutamos de un baño reparador y nos preparamos para asistir al espectáculo
de luz y sonido a celebrar en las Pirámides. Algo realmente maravilloso. Hecho
por españoles, el juego de luz y sonido jugando con la Esfinge y con las
pirámides, contando la historia de Egipto nos dejó una impresión magnífica. De
allí a cenar en un restaurante cercano. Buena comida y a dormir. Ya teníamos
habitación con vistas a las pirámides. Y bien que las disfrutamos. Unos zumos,
unas golosinas, un baño reparador y a dormir. El día había sido muy intenso.
Cándido T. Lorite
No hay comentarios:
Publicar un comentario