miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL CAIRO. 2º DÍA. 1ª PARTE: EL CAIRO ISLÁMICO

Ciudad de los Muertos

Barrio copto antiguo

Mezquita de Muhamad Ali
MEZQUITA DE BEN ALÍ. CIUDAD DE LOS MUERTOS. BARRIO COPTO VERDADERO.

            Domingo, día 14 de septiembre de 2014. Nos levantamos bien temprano; desayunamos en abundancia en el hotel; hicimos provisiones para un día que prometía largo y cansado, pero muy provechoso.
            Esperamos en la puerta del hotel a nuestro guía particular, Ali M. Fathy. Por si necesitan en algún momento un guía que os enseñará El Cairo desde la vista de un cairota, no desde la vista de un turista os dejo aquí su teléfono y su correo electrónico. Telefono: (002) 012 6609740- 011 3669097.
            Espero Ali que te llame mucha gente porque la forma que tienes de enseñar El Cairo es totalmente diferente. Enseñas cómo viven, viajan, transitan, qué comen, etc, los cairotas. Gracias por todas las indicaciones que nos hiciste en cada momento, para poder sacar las mejores fotos. El precio no lo digo y que cada persona que quiera llamarte lo trate contigo en persona. Yo solo digo que mereció la pena.
           
Ciudadela de Saladino

Murallas de la ciudadela de Saladino
Nos dirigimos de primeras a visitar la Ciudadela de Saladino y en su interior la Mezquita de Muhamad Ali y, por otro lado, la Mezquita de An Nasir Muhamad. La primera nombrada es conocida como la mezquita de alabastro, por estar construida con este material. Se hizo como una copia de la de Santa Sofía en Estambul.
            Se empieza a construir entre los años 1830 y 1848 en lo alto de la colina, en el interior de la Ciudadela de Saladino.
Bóveda central de Muhamad Ali

Bóveda central de Mohamad Ali
Está compuesta por una bóveda central inmensa, un domo de 21 metros de diámetro y 52 metros de altura rodeada de otras cuatro bóvedas, que le sirven de soporte. Posee dos minaretes gemelos de origen turco y con una longitud de 82 metros. Las decoraciones no son tan finas como las mezquitas más antiguas de los mamelucos.
           
Torre de reloj de Luis Felipe

Fuente de las abluciones de la mezquita
Hay una torre del reloj, regalo del rey Luis Felipe de Francia; data de 1845 y nunca ha funcionado. Siempre está en reparación. Como contrapartida a este obsequio, los egipcios regalaron a Francia el Obelisco de Luxor, que ahora se encuentra al final de los Campos Elíseos de Paris. Un cambio mal hecho. Resaltan los contrastes de las ondulaciones del alabastro que lo recubren todo, el suelo está totalmente alfombrado, predominando el color rojo.
Escuchando a Ali

Escuchando a Ali
Las cúpulas y bóvedas están ricamente decoradas, al igual que el púlpito y la tribuna.
            La mayor parte se construyó en piedra caliza, pero hay determinados lugares que están hechos de alabastro; de ahí su nombre. Es impresionante y se ha convertido en uno de los lugares turísticos de Egipto más visitados. Y con razón. La otra mezquita, la de An Nasir Muhamad tiene una arquitectura más islámica y destacas por su influencia mongol persa que tiene,
Subida al pípito de Muhamad Ali

Tumba de Muhamad Ali
que queda reflejada en los elementos faraónicos, romanos y coptos que tiene. No es tan espectacular pero sí de una extraordinaria belleza. En su interior se encuentra, así mismo, la tumba de Muhamad Ali, un sepulcro de mármol blanco con flores pintadas.
            Estas mezquitas están construidas en la ciudadela fortificada edificada por Salah eddin Al- Ayoubi (Saladino), quién abolió el poder fatimí y restableció el Islam como religión oficial en Egipto en 1171. Fue residencia real y aunque no queda nada del palacio de Saladino, si abundan las mezquitas, con su atractivo turístico y religioso.
Entrada a la sala principal de Muhamad Ali

Bajo la cúpula de Muhamad Alí. El Cairo

            Un paseo tranquilo y unas vistas maravillosas de El Cairo por la ciudadela nos dio la imagen de un lugar tranquilo, pero al mismo tiempo lleno de gente heterogénea y diferente. A la entrada nos descalzamos y Paqui se colocó un pañuelo en la cabeza, en deferencia a su religión. Lo que nosotros hacemos en su país que ellos no hacen en el nuestro. Así nos va.
Vista general de la mequita de Muhamad Ali

Vista de la mezquita de Muhamad Ali
Cuando nos disponíamos a dejar la ciudadela, le pagamos a un hombre el agua que habíamos cogido y que como él no estaba, decidimos pagarle a la salida. Así lo hicimos. Compré una bebida isotónica, para mi salud; el precio me pareció, no abusivo, sino realmente de robo a mano armada. Me estaba pidiendo 30 libras por algo que costaba 5 libras. Mi mujer se empeñó en que la comprara, cuando yo no estaba dispuesto a pagar más allá de 8 libras. Ali se quedó admirado de cómo regateaba y de cómo al final pagué más por culpa de mi mujer. Así nos lo hizo saber. Desde ese momento, Paqui, aunque tarde me dejó hacer los regateos pasara el tiempo que pasara con ellos.
          
Cúpula de la mezquita de An Nasir Muhamad

Vista parcial de El Cairo
  Salimos de allí, contentos. Alí se dirigió al aparcamiento donde había dejado el coche y otra discusión acerca del pago. Quería cobrarle más dinero del que acostumbraba a pagarle, porque era domingo. Le pagó lo que consideró justo y nos montamos. Nos llevó a lo alto de una colina para ver mejor El Cairo. La visión de la ciudad desde ese lugar fue magnífica. Pudimos ver la Ciudad de los Muertos, que acabábamos de visitar junto a él. Una extensión de 20 km2. Una ciudad de muertos, habitada por vivos. Me explico.
           
Ciudad de los Muertos

Ciudad de los Muertos
La Ciudad de los Muertos. Nos llevó  Ali a un lugar extremadamente extraño para un europeo. Un cementerio. Nos habló del lugar como el sitio donde están enterrados príncipes, jeques, nobles y personas normales y corrientes. Los musulmanes son enterrados sin ataúdes, envueltos en una sabana o palio blanco y con la cabeza mirando a la Meca. En el suelo. Porque de la tierra vienes y a ella vuelves. Más o menos como los católicos, pero sin tanta parafernalia. Encima del lugar donde se entierran se hacen una casa. Cuando van a visitar a sus muertos, hacen fiesta, beben, duermen, rezan y cuando termina se marchan. Cierran la casa construida y se van a la suya propia. Es una ciudad de muertos habitada por vivos, en determinados momentos.
           
Mezquita de la Ciudad de los Muertos

Mezquita de la ciudad de los Muertos

Mezquita de la Ciudad de los Muertos
Cuando la gran llegada de palestinos venidos desde Gaza, en la Guerra de los Seis Días, no tenían dónde instalarse y lo hicieron en este lugar, en las casas que estaban “deshabitadas”. Cuando pasó el tiempo, el gobierno egipcio les concedió pisos dónde vivir, pero ya se habían acostumbrado a la vida de “okupas” sin pagar agua, ni luz, ni vivienda. Ahorraron lo suficiente, con la venta de los pisos concedidos y se volvieron al mismo lugar. Los hijos de aquellos primeros “okupas” terminaron sus estudios, se marcharon del país; otros viven en El Cairo y otros siguen viviendo en esta ciudad. De vivos, pero con muertos.
           
Casa o tumba de los Muertos

Casa o tumba de los Muertos
Tienen su propia organización. Los sábados o domingos organizan un mercadillo de objetos que es muy visitado por la gente de El Cairo. Están distribuidos en barrios, del que se encarga una persona que cobra una especie de canon por vivir allí. Si alguna familia no puede, pues no la paga y no pasa nada. Se les ha prometido siempre, por parte de todos los mandatarios, una vivienda digna. En algún momento, como he dicho más arriba, se les concedió; pero la vendieron y volvieron a este lugar. Es su lugar de vida entre los muertos. A ellos no les da miedo. A nosotros, sólo ver el lugar, sí. Nos dimos un paseo, en coche, por el lugar, hicimos unas fotos y nos fuimos con una sensación rara. Una sensación que no sé explicar.
Tumba de la ciudad de los Muertos

Tumba de la Ciudad de los Muertos

            Para rematar el momento, Ali dijo de llevarnos al barrio copto y le dijimos que ya lo habíamos visto el día anterior, el sábado. Nos dijo que no iba a enseñarnos ese barrio copto, sino el barrio copto dónde viven los coptos; dónde trabajan, descansan, juegan, oyen su misa, se relacionan. Etc. O lo que es lo mismo, el verdadero barrio copto; no el turístico.
            El verdadero barrio copto
            Nos llevó por calles y avenidas hasta llegar a un barrio realmente paupérrimo, lleno de basura; con la gente andando por la calle, en unas condiciones que nos llamaron la atención. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando nos dijo Ali que ese barrio, en su pobreza exterior, era habitado por las gentes más ricas de Egipto: los coptos.
Trabajo en domingo de los coptos

Recogida de basura.
Nos explicó cómo. Recogían toda la basura de las calles de Egipto que, por cierto, es mucha y en gran cantidad, tirada en cualquier lugar y de cualquier forma. La llevaban a su zona y allí cargada en camiones la mandaban a china. Éstos la reciclan para Europa en forma de chanclas, bolsas de plástico, monederos, toda clase de objetos. A ellos la basura les sale barata.
Entrada al túnel
Nos contó Ali y en esto coincidió con Mena, el otro guía que una empresa española se hizo cargo de la recogida de basura en todo El Cairo;
Iglesia copta

Montaña con la historia de la iglesia
subió el precio del recibo que pagaron gustosos los cairotas. Pero la empresa quebró y la basura ya no la recogía nadie y el recibo seguí siendo el mismo. La consecuencia fue que los cairotas tiran la basura en un lugar determinado, o en cualquier sitio, y ahí se queda hasta que la recogen los coptos. Son ricos recogiendo asura. Increíble, pero cierto.
          
¿miseria? No. Riqueza
  En la parte alta de este barrio es dónde se reúnen los coptos para jugar, buscar pareja o tomar una pipa, una cola o un refresco. Nos pareció, pasando el túnel, que la vida era totalmente distinta a un lado y al otro. Eso sí, Ali nos dijo que no tomáramos muchas fotos pues son muy celosos de su intimidad. Y así era, al final comenzaron a mirarnos como a bichos raros; y los éramos, pues allí no había más europeos que nosotros dos. Cogimos el coche y nos fuimos hacia el centro de El Cairo. A Kam Al- Jalili y la calle Al Moez y alrededores. Para la 2ª parte de este día.
            Cándido T. Lorite
             






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