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Museo Guggeheim. Bilbao |
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Catedral de Bilbao |
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Teatro Arriaga de Biblao |
El día 3 de
mayo hacíamos la visita a Bilbao. La última, y única, vez que estuve en esta
ciudad se me quedó un regusto muy amargo. La ciudad era fea con avaricia, sucia
con ganas, ennegrecida, con un aire contaminado en demasía y, sobre todo, un
enorme problema, ETA. Cuando la vi me dije para mis adentros que no volvería a
esta ciudad. No me había agradado en absoluto. De esto hace la friolera de casi
40 años. Mucho ha llovido desde entonces. Tanto como…
La ciudad ha cambiado como un calcetín.
Limpia, radiante, con los edificios arreglados, con sus siete calles visitables
y visibles y una ría que no olía a mierda, como hacía años. Otra ciudad. Y no
estaba, o no se la esperaba, a ETA.
Llegamos en autobús desde San
Sebastián. La estación la teníamos a pie de hotel, así que llegamos rápido, sin
prisas. Estábamos en Bilbao hacia las 9’30, bien temprano. Cogimos el tranvía,
sacando el billete en la estación de San Mamés. Uno diario que nos serviría
para todo el día, validando el mismo cada vez que nos subíamos al mismo; no hay
que arriesgarse a las multas correspondientes, por no hacerlo.
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Puente sobre la ría de Bilbao |
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Puente del Arenal. Ría de Bilbao |
Nos bajamos en
la estación del Mercado de la Ribera. Allí nos echamos al “coleto” un buen
desayuno en uno de los bares de las siete calles. Volvimos sobre nuestros
pasos, buscando la Oficina de Información turística, situada en la Plaza
Circular. Allí nos informaron de lo más importante a visitar en un día, de la
ciudad de Bilbao.
Enfrentamos el día, cruzando el
Puente del Arenal, donde por cierto, fuimos captados por las imágenes de la
Sexta y salimos en las noticias en toda España, paseando y haciendo fotos, como
turistas que éramos.
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Teatro Arriaga |
Nos encontramos el
Teatro Arriaga, obra de Joaquín Rucoba, de 1890, perteneciente al eclecticismo.
Está dedicado al compositor bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga. Justo enfrente
se encuentra La Estación de Santander, conocida como la Naja y la Estación de
Abando Indalecio Prieto, político bilbaíno de la República.
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Iglesia de San Nicolás. Bilbao |
Llegamos a la
iglesia de San Nicolás situada justo enfrente del teatro Arriaga. Es de estilo
barroco, inaugurada en 1756, con planta de cruz griega, en cuadrado y con una
cúpula que la corona. Tiene una pequeña rareza: posee dos campanarios con sus
correspondientes campanas y una espadaña situada justo en el centro de las dos.
La capilla mayor las cuatro exedras son de estilo barroco-rococó, encargadas
por el Regimiento Bilbao a Juan Pascual de Mena. Saliendo de la iglesia nos
dirigimos hacia Plaza Nueva. De estilo neoclásico y del siglo XIX.
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Iglesia de los Santos Juanes. bilbao |
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Cristo de la villa. Santos Juanes. bilbao |
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En Los Santos Juanes. Bilbao |
Nos dirigimos por la calle La Cruz
hacia la iglesia de Los Santos Juanes. Iglesia de estilo barroco clasicista del
siglo XVII. Hasta el siglo XVII fue la iglesia del Colegio de San Andrés,
regido por los jesuitas. En 1767 con la expulsión de los jesuitas el
ayuntamiento de Bilbao se quedó con el colegio; la residencia con el claustro
se dedicó a cuestiones asistenciales y la iglesia se dedicó a los Santos Juanes
(San Juan Bautista y San Juan Evangelista). Cuando llegamos estaba en
exposición, situado delante del altar mayor, el Cristo de la Villa. Situado
allí por primera vez, en muchos años. Más de doscientos, según los feligreses a
los que preguntamos el motivo de su estancia en el lugar privilegiado. Es talla
del imaginero franco-flamenco Juan de Beaugrant, del siglo XVI. La talla de La
Piedad en el lado izquierdo es del siglo XVIII.
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Calle La Cruz de bilbao |
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Pórtico sur de la Catedral de bilbao |
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Entrada sur de la Catedral de Bilbao |
Salimos de los Santos Juanes y
siguiendo la calle nos llegamos hasta la Catedral de Bilbao. Está dedicada al
apóstol Santiago. Entramos por el Pórtico sur, la puerta sur. Fue levantado
este gran pórtico por el general Villegas,, en el lugar que ocupaba un antiguo
cementerio. Tiene siete pilares que sostienen seis arcos de medio punto; el
pilar de la calle Tendería tiene grabado las armas de la villa como símbolo de
posesión. La puerta de acceso al templo es un vano gótico carente de tímpano,
con arquivoltas abocinadas: Por la parte interior el tímpano de la portada está
ocupado por una talla de la Inmaculada del año 1783.
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Nave central. Catedral Bilbao |
El interior es de planta basilical
con tres naves; la central de mayor altura, separadas por una serie de pilares
circulares con columnillas adosadas con fajas-capitel lisas.
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nave lateral de Catedral de Bilbao |
Su descripción la
pueden hallar en cualquier lugar de internet. Si indicar que en un momento
determinado tuve que llamar la atención a un grupo de turistas españoles y
extranjeros, que en vez de hablar en voz baja, lo hacían en un tono de voz muy
elevado. Risas y juegos.
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Catedral de Bilbao |
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Relicario de piedra. Catedral de Bilbao |
Me pareció oportuno, pues no era el lugar oportuno.
Salimos a la plaza, sin poder visitar el claustro por encontrarse en obras. Una
pena pues tenía confirmado que es un claustro muy bonito. Otra vez será.
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Piedad en la Catedral Bilbao |
En el lado norte se sitúa la puerta de acceso al claustro, la
llamada Puerta del Ángel que toma su nombre de un retablo dedicado al
arcángel San Miguel que había en el claustro. Su hermosa portada gótica florida
es de los primeros años del siglo XVI y fue restaurada a finales del siglo XX.
Un parteluz separa las dos puertas de entrada cobijadas bajo arcos carpaneles
deprimidos, sobre los cuales se extiende un amplio tímpano decorado con
relieves flamígeros inspirados en el símbolo vasco del lauburu.
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Puerta del ángel. Catedral Bilbao |
Las arquivoltas, que flanquean dos
pilares decrecientes, presenta en la parte superior un trasdós conopial,
rematado en florón y que enmarca una venera o concha de peregrino, reflejo de
la tardía incorporación de esta iglesia a la tradición jacobea. Por este motivo
la Puerta del Ángel recibe también el nombre de Puerta de los Peregrinos.
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Mercado de La Ribera |
Cogimos
camino por la calle Harategi (vaya nombrecitos en vasco) y llegamos hasta La
Ribera. Allí nos encontramos con un mercado totalmente nuevo, remozado; no
tenía nada que ver con el que yo recordaba, sucio, maloliente, húmedo, con olores
poco recomendables, debido sobre todo a la cercanía de una ría excesivamente
sucia.
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Carnicería en la Ribera. Bilbao |
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Pescadería en La Ribera. Bilbao |
Realmente Bilbao estaba cambiado. Lo visitamos en su interior.
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En La Ribera. Bibao |
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San Antón desde La Ribera. Bilbao |
Limpio,
con unos puestos ordenados, llenos de toda clase de carnes y pescados. Las
verduras en otro lugar. Lo dicho, todo distinto. Salimos y más arriba, nos
adentramos en la iglesia de San Antón.
La iglesia
tiene un horario de visitas y un precio de entrada. Durante la misa no se
permite la entrada de turistas, fácilmente reconocibles por la persona encargada
de la entrada. Fue construida a fines del siglo XV, no
es la más antigua de Bilbao, pero sí la más popular ya que su historia está
estrechamente relacionada con la de la villa, al estar junto al mercado, al
Ayuntamiento, al Consulado y al puente sobre la ría que permitía los accesos y
las comunicaciones.
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Entrada a San Antón. bilbao |
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En el lateral de San Antón. bilbao |
El
templo actual, construido en estilo gótico, es de tres naves escalonadas,
divididas en cinco tramos, cubiertos de bóveda de crucería No pertenecen al
estilo gótico ni la portada principal ni el campanario. La portada es un
bellísimo ejercicio arquitectónico en clave renacentista.
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Retablo central de San Antón.Bilbao |
El buque del templo
lo completan tres capillas -del preboste Leguizamón, Recalde e Ibaseta-
abiertas en el segundo tercio del siglo XVI, en estilo gótico-renacentista.
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Nave central de San antón. Bilbao |
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La Piedad en San Antón. bilbao |
Dos
de ellas están comunicadas hoy día entre sí, y dos van cerradas con rejas de hierro.
Desde sus orígenes y hasta el siglo XIX, el interior de la iglesia fue
utilizado como cementerio conserva alguna pieza de interés como el retablo
plateresco de la Piedad un San Antón
gótico de mediados del siglo XV y un San Antonio de Padua, rococó. Bajo el coro
dos figuras de San Cosme y San Damián -titulares de la Cofradía de los
cirujanos de Bilbao- labradas en 1664 por el escultor Antonio de Alloitiz.
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Estación de Atxuri |
Andando
por calle Santos Juanes, llegamos hasta la estación de Atxuri. El inicio del
ferrocarril en Bilbao, como pone en su fachada “Ferrocarriles Vascongadas” y
cerca el Museo Diocesano. Desde luego no era nuestro día, porque se encontraba
cerrado, al igual que el claustro de la catedral.
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Museo Diocesano. Bilbao |
Nos volvimos andando sobre
nuestros pasos; pero aprovechando el billete que nos habíamos comprado de tranvía
para todo el día, cogimos en Atxuri el tranvía y con él nos dirigimos hasta el
Teatro Arriaga. Enfrente de nosotros otra vez la estación de Santander.
Cruzamos el puente de nuevo y nos dirigimos hacia la oficina de turismo,
situada en la Plaza Biribila.
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Ayuntamiento de Bilbao |
Nos dieron unos folletos explicativos de lo que
hay que ver en Bilbao. Salimos y andando por la calle Buenos Aires, aparecimos
en la plaza situada enfrente del Ayuntamiento. Nos hicimos unas fotos y
volvimos a cruzar el puente. Andando hacia el Guggenheim, nos encontramos con
un barco que daba un paseo por la ría.
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Iglesia en la ría de bilbao |
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Restos de astilleros. Bilbao |
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Épocas pasadas. Bilbao |
Nos montamos en él y nos dimos una
vuelta por la ría de Bilbao. Durante este viaje, vimos el Guggenheim desde una
perspectiva diferente a la que lo íbamos a ver en tierra firme. También nos
dimos cuenta de la ruina que tenía ría. Muchos de los astilleros y casas que en
ella hay están derruidos, abandonados y herrumbrosos.
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El Guggeheim desde la ría |
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Magnífica vista del Guggeheim. |
Asimismo vimos el nuevo
campo de fútbol de San Mamés. Una obra de ingeniería moderna; al menos desde
fuera.
Nos
abajamos de paseo en barco por la ría de Bilbao y andando por el Paseo de Uribitarte
llegamos hasta el Museo de Bilbao, el Guggenheim. Su estructura ya nos había
llamado la atención desde el barco, pero de cerca aún era mejor; distinto;
novedoso; en definitiva una estructura increíble; algo que ha cambiado la vida
de la ciudad de Bilbao, un antes y un después de su construcción.
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Delante del Guggeheim. Bolbao |
Es obra del
arquitecto estadounidense, Frank Ghery y representa el ejemplo de la
arquitectura más vanguardista del siglo XX. Es una estructura escultórica,
totalmente integrada en el paisaje de Bilbao.
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Entrada al Guggeheim. Bilbao |
La entrada es un poco cara, 13
euros general y 7’50 para pensionistas. Según las exposiciones que haya merece
la pena pagar ese dinero o no. Hay algunas que son realmente extrañas para
mucha gente. Lo vimos por fuera y nos dirigimos a comer.
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Un símbolo del Guggeheim. Bilbao |
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Delante del perro del Guggeheim |
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Un helado rico, rico. Guggeheim |
Lo hicimos en un
restaurante situado en la calle Iparraguirre, en la cafetería Restaurante El Vienés.
Buena comida, abundante y buen precio. Y una atención acorde, familiar. Y a
cien metros del museo. Comimos tranquilamente, un cafelito, un rato de charla
con la mujer sobre lo que habíamos visto y de nuevo al museo. A verlo bien y a
hacernos fotos de rigor. Cuando terminamos nos sentamos en un banco situado
enfrente del museo; hacía una tarde espléndida, con un sol que se agradecía.
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Desde la ría el Guggeheim. Bilbao |
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Una vista diferente del Guggenheim. Bilbao |
Cuando
nos levantamos y miramos a nuestro alrededor el número de ertzantzas que había
era muy grande. Los había normales y antidisturbios. Cogimos el tranvía en la
estación de Guggnheim, enfrente de la Biblioteca Universitaria de Deusto y a
medida que avanzaba el tranvía, lentamente, las calles alrededor del Palacio
Euskalduna estaban tomadas literalmente por los geos antidisturbios. Había una
manifestación de gente en los alrededores y en contra de la visita del
Lehendakari al Palacio. Ese era el motivo. El tranvía también llevaba policías
dentro, por si acaso. Nos bajamos en San Mamés y estuvimos un rato esperando a
nuestro autobús, que salía sobre las 5’30 hacia San Sebastián, nuestro destino.
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Una foto final en Bilbao. |
La
ciudad que habíamos visitado era totalmente distinta a la que me encontré hacia
los años 70. El alcalde de muchos años, Atucha, la había cambiado como a un
calcetín al que se le da la vuelta. Totalmente. Llegamos a la estación de San
Sebastián, al lado del hotel. Nos bajamos, nos duchamos, nos cambiamos de ropa
y salimos a ver San Sebastián de noche. Un espectáculo, a pesar de la lluvia
que nos acompañó.
Cándido
T. Lorite
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