sábado, 10 de noviembre de 2012

PRAGA: 3º DÍA. ¡¡¡NIEVE!!!.STAROMESKÉ. AYUNTAMIENTO. PLAZA S. VENCESLAO. CASTILLO Y SAN VITO. 1ª PARTE



                        Cuando nos levantamos nos dimos cuenta, por cómo estaba el cielo ese día, lloviendo y con mucho frío, que podría nevar. Y lo hizo. Y ¡cómo lo hizo! Desayunamos fuerte pues hoy no podríamos disfrutar de la siesta, corta, pero reparadora. A las 15'30 de la tarde habíamos quedado con Jana y la mañana que nos quedaba era larga, de ver muchas cosas. Lo que no sabíamos es lo que nos íbamos a encontrar durante el día.
Oficina de Información de Praga.
Reloj astronómico. Praga
                        Para empezar y nada más salir del hotel, comenzó a caer agua nieve, así que en unos almacenes cercanos al hotel nos compramos un paraguas para mí, pues Paqui ya llevaba el suyo y presentíamos que lo íbamos a necesitar. Guantes, bufanda, pies abrigados, gorra para la cabeza y comenzó a nevar nada más llegar a la Plaza de la República. Paqui aprovechó el momento para entrar y salir de las tiendas que veía y mirar algunas cosas para llevar de regalo. Algo que haríamos el domingo por la mañana, tranquilamente; pero ella ya iba mirando, por si acaso.
Starométské náméstì. Plaza Ciudad Vieja. Praga
Iglesia de Týn, desde la Torre del Ayuntamiento viejo. Praga
Inicio calle Karlova. Praga
                        Llegamos a la Plaza de la Ciudad Vieja. Compré las entradas para ver por completo el Ayuntamiento. Desde la Torre hasta el sótano. Subimos hasta la torre en el ascensor y nada más llegar el espectáculo era increíble. La nieve estaba empezando a caer con una fuerza tremenda y los copos se iban adueñando poco a poco de los tejados  y de los edificios de Praga. Desde la parte superior no pudimos ver el Castillo pero sí muchas cosas. La niebla o las nubes que había sobre el mismo nos lo impedían. No obstante desde lo alto de la Torre del ayuntamiento, la plaza y la gente, junto a los monumentos se veía de forma diferente a cómo se ven desde el suelo. Y más aún si nieva. En algunos momentos tuvimos que taparnos la cara pues nos azotaba con fuerza, pues en lo alto hacía viento. Espero que las fotos sirvan de ejemplo de lo que estoy escribiendo. Dejo algunas de ellas como testimonio.
Apóstoles del reloj del ayuntamiento. Praga
Detalle capilla gótica del ayuntamiento. Praga
Detalle Sala del Consejo. Praga
Restos románicos ayuntamiento de Praga
Restos románicos ayuntamiento de Praga
Restos románicos ayuntamiento de Praga
                        Cuando bajamos nos detuvimos en las salas que están abiertas al público, previo pago, del ayuntamiento. Allí tuvimos a ocasión de hacer unas fotos de los apóstoles que salen al exterior cuando dan las horas. Nos encontramos con una capilla gótica, visible desde el exterior. Unas esculturas adornan el exterior, tiene una Madona con un Niño Jesús en brazos, del siglo XIV. Es una de las capillas góticas más bellas de Praga. A continuación pasamos a ver la Sala de Consejo, lugar de reunión de los concejales de la ciudad en conmemoraciones importantes. Igualmente hay una sala privada del alcalde, para recibir a personalidades importantes que visiten la ciudad.                    A continuación y con un guía comenzamos la visita del sótano del ayuntamiento. Está situado a 8 metros bajo el nivel de la calle y es debido a que en los siglos XII y XIII, el pavimento de la ciudad estaba situado a ese nivel. El conjunto es románico. Es quizá la única parte de la ciudad de Praga que tiene conservada, aunque en mal estado, una parte románica. En realidad es la antigua ciudad; son antiguas casas en las que se ha podido conservar algunos elementos como pozos, entradas o calles, así como algunos saneamientos. Hay algo que no me gustó y fue que el ayuntamiento ha colocado una exposición de fotos en lugares que no podíamos ver en su totalidad. Incomprensible. Cuando salimos a la calle nos encontramos con una boda. Nevando y la novia pasando un frio tremendo. Los pies enfundados en unas botas contra nieve. Alucinante.
Calle Melantrichova. Praga
Wenceslas Square. Nevado. Praga
Avenida San Venceslao en Praga.
San Venceslao y el Mueo Nacional de Praga
San Venceslao en el Pasaje Lucerna. Praga
                        Cogimos la calle Melantrichova, situada enfrente de la Oficina de Turismo y lo primero que nos encontramos fue con el museo del sexo, totalmente lleno de gente, viendo los artilugios que desde la misma calle se podían ver. Seguimos por Na Mústiku y en la esquina de Na Prikopé y Wenceslas Square nos paramos en unos bares y bazares. El vino tinto caliente no estaba malo y nos calentó un poco por dentro. Wenceslas Square estaba totalmente nevado. Las baldosas eran pistas de patinaje, así que decidimos andar por el interior de la calzada, con mucho cuidado. La mayoría de la gente así lo hacía igualmente. Los jardines ya estaban empezando a ponerse blancos y la imagen de la avenida era muy bonita. El edificio del Museo Nacional de Praga y la estatua de Venceslao se erguían imponentes entre la nieve. Indicar que el Museo Nacional de Praga estaba cerrado, por obras y mantenimiento y no pudimos visitarlo. Ni siquiera acercarnos debido a las vallas protectoras contra posibles intentos de entrar o visualizar el interior. Aprovechamos unos momentos para llegarnos al Pasaje Lucerna donde nos encontramos con el caballero en la montura muerta. San Venceslao es el jinete. Muy original la estatua.
Wenceslas Square. Praga
Ante San Venceslao. Praga
                        Václavské Námestì (Plaza de Venceslao), es el centro comercial y administrativo de la ciudad, lugar de acontecimientos sociales e históricos importantes. Surgió durante la fundación de la Ciudad Nueva por Carlos IV en e laño 1348. Lo más importante de la plaza es el Museo Nacional de Praga y el Monumento a San Venceslao del año 1912, obra de Myslbek. La estatua ecuestre de bronce del príncipe Venceslao está rodeada de cuatro estatuas de santos checos, Santa Ludmila, San Procopio, Santa Inés y San Adalberto. A pesar de la nieve que caía, con mucha fuerza, la gente no dejaba de acercarse a la plaza, todo un símbolo de la ciudad checa. Volvimos sobre nuestros pasos y como era hora de comer nos dirigimos por la calle Narodní hacia el Teatro Nacional, lugar donde habíamos quedado, a las 15’30 horas con Jana.  Encontramos un restaurante, el Jan Paukert, danés, donde comimos una sopa caliente y unos filetes empanados, junto a unos pinchos realmente buenos. La cerveza, una Pilsner Urquell bien fresca y grande, nos dejó una sensación magnífica. Afuera nevaba con ganas. Y aún nos esperaba la subida al Castillo y alrededores.

            Cándido T. Lorite

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