Cuando nos levantamos nos dimos cuenta, por
cómo estaba el cielo ese día, lloviendo y con mucho frío, que podría nevar. Y lo hizo. Y ¡cómo lo hizo!
Desayunamos fuerte pues hoy no podríamos disfrutar de la siesta, corta, pero
reparadora. A las 15'30 de la tarde habíamos quedado con Jana y la mañana que nos
quedaba era larga, de ver muchas cosas. Lo que no sabíamos es lo que nos íbamos
a encontrar durante el día.
|
Oficina de Información de Praga. |
|
Reloj astronómico. Praga |
Para empezar y nada más salir del hotel,
comenzó a caer agua nieve, así que en unos almacenes cercanos al hotel nos
compramos un paraguas para mí, pues Paqui ya llevaba el suyo y presentíamos que
lo íbamos a necesitar. Guantes, bufanda, pies abrigados, gorra para la cabeza y
comenzó a nevar nada más llegar a la Plaza de la República. Paqui aprovechó el
momento para entrar y salir de las tiendas que veía y mirar algunas cosas para
llevar de regalo. Algo que haríamos el domingo por la mañana, tranquilamente;
pero ella ya iba mirando, por si acaso.
|
Starométské náméstì. Plaza Ciudad Vieja. Praga |
|
Iglesia de Týn, desde la Torre del Ayuntamiento viejo. Praga |
|
Inicio calle Karlova. Praga |
Llegamos a la Plaza de la Ciudad Vieja.
Compré las entradas para ver por completo el Ayuntamiento. Desde la Torre hasta
el sótano. Subimos hasta la torre en el ascensor y nada más llegar el
espectáculo era increíble. La nieve estaba empezando a caer con una fuerza
tremenda y los copos se iban adueñando poco a poco de los tejados y de los edificios de Praga. Desde la parte
superior no pudimos ver el Castillo pero sí muchas cosas. La niebla o las nubes
que había sobre el mismo nos lo impedían. No obstante desde lo alto de la Torre
del ayuntamiento, la plaza y la gente, junto a los monumentos se veía de forma
diferente a cómo se ven desde el suelo. Y más aún si nieva. En algunos momentos
tuvimos que taparnos la cara pues nos azotaba con fuerza, pues en lo alto hacía
viento. Espero que las fotos sirvan de ejemplo de lo que estoy escribiendo.
Dejo algunas de ellas como testimonio.
|
Apóstoles del reloj del ayuntamiento. Praga |
|
Detalle capilla gótica del ayuntamiento. Praga |
|
Detalle Sala del Consejo. Praga |
|
Restos románicos ayuntamiento de Praga |
|
Restos románicos ayuntamiento de Praga |
|
Restos románicos ayuntamiento de Praga |
Cuando bajamos nos detuvimos en las salas que
están abiertas al público, previo pago, del ayuntamiento. Allí tuvimos a
ocasión de hacer unas fotos de los apóstoles que salen al exterior cuando dan
las horas. Nos encontramos con una capilla gótica, visible desde el exterior.
Unas esculturas adornan el exterior, tiene una Madona con un Niño Jesús en
brazos, del siglo XIV. Es una de las capillas góticas más bellas de Praga. A
continuación pasamos a ver la Sala de Consejo, lugar de reunión de los
concejales de la ciudad en conmemoraciones importantes. Igualmente hay una sala
privada del alcalde, para recibir a personalidades importantes que visiten la
ciudad. A continuación y con un guía comenzamos la
visita del sótano del ayuntamiento. Está situado a 8 metros bajo el nivel de la
calle y es debido a que en los siglos XII y XIII, el pavimento de la ciudad
estaba situado a ese nivel. El conjunto es románico. Es quizá la única parte de
la ciudad de Praga que tiene conservada, aunque en mal estado, una parte
románica. En realidad es la antigua ciudad; son antiguas casas en las que se ha
podido conservar algunos elementos como pozos, entradas o calles, así como
algunos saneamientos. Hay algo que no me gustó y fue que el ayuntamiento ha
colocado una exposición de fotos en lugares que no podíamos ver en su
totalidad. Incomprensible. Cuando salimos a la calle nos encontramos con una
boda. Nevando y la novia pasando un frio tremendo. Los pies enfundados en unas
botas contra nieve. Alucinante.
|
Calle Melantrichova. Praga |
|
Wenceslas Square. Nevado. Praga |
|
Avenida San Venceslao en Praga. |
|
San Venceslao y el Mueo Nacional de Praga |
|
San Venceslao en el Pasaje Lucerna. Praga |
Cogimos la calle Melantrichova, situada
enfrente de la Oficina de Turismo y lo primero que nos encontramos fue con el
museo del sexo, totalmente lleno de gente, viendo los artilugios que desde la
misma calle se podían ver. Seguimos por Na Mústiku y en la esquina de Na
Prikopé y Wenceslas Square nos paramos en unos bares y bazares. El vino tinto
caliente no estaba malo y nos calentó un poco por dentro. Wenceslas Square
estaba totalmente nevado. Las baldosas eran pistas de patinaje, así que
decidimos andar por el interior de la calzada, con mucho cuidado. La mayoría de
la gente así lo hacía igualmente. Los jardines ya estaban empezando a ponerse
blancos y la imagen de la avenida era muy bonita. El edificio del Museo
Nacional de Praga y la estatua de Venceslao se erguían imponentes entre la
nieve. Indicar que el Museo Nacional de Praga estaba cerrado, por obras y
mantenimiento y no pudimos visitarlo. Ni siquiera acercarnos debido a las
vallas protectoras contra posibles intentos de entrar o visualizar el interior.
Aprovechamos unos momentos para llegarnos al Pasaje Lucerna donde nos encontramos
con el caballero en la montura muerta. San Venceslao es el jinete. Muy original
la estatua.
|
Wenceslas Square. Praga |
|
Ante San Venceslao. Praga |
Václavské Námestì (Plaza de Venceslao), es el
centro comercial y administrativo de la ciudad, lugar de acontecimientos
sociales e históricos importantes. Surgió durante la fundación de la Ciudad
Nueva por Carlos IV en e laño 1348. Lo más importante de la plaza es el Museo
Nacional de Praga y el Monumento a San Venceslao del año 1912, obra de Myslbek.
La estatua ecuestre de bronce del príncipe Venceslao está rodeada de cuatro
estatuas de santos checos, Santa Ludmila, San Procopio, Santa Inés y San
Adalberto. A pesar de la nieve que caía, con mucha fuerza, la gente no dejaba
de acercarse a la plaza, todo un símbolo de la ciudad checa. Volvimos sobre
nuestros pasos y como era hora de comer nos dirigimos por la calle Narodní
hacia el Teatro Nacional, lugar donde habíamos quedado, a las 15’30 horas con
Jana. Encontramos un restaurante, el Jan
Paukert, danés, donde comimos una sopa caliente y unos filetes empanados, junto
a unos pinchos realmente buenos. La cerveza, una Pilsner Urquell bien fresca y
grande, nos dejó una sensación magnífica. Afuera nevaba con ganas. Y aún nos
esperaba la subida al Castillo y alrededores.
Cándido T. Lorite
No hay comentarios:
Publicar un comentario