La
llegada a la ciudad de Praga se produjo en vuelo de Iberia, procedente de
Madrid y llegada al aeropuerto de Para, Vaclal Háved, hacia las 13’30 del
mediodía. Dejamos las maletas en el hotel, nos aseamos un poco y con un mapa en
la mano nos dirigimos a “visitar” la ciudad. Entrecomillo porque aún no
conocíamos nada de la misma y andábamos desorientados. Lo primero que hicimos
fue llegarnos a cambiar un poco de dinero pues en España nos había sido
imposible encontrar moneda checa, la corona. Nos cobraron, en un banco, un 2%
de comisión, pero no teníamos más remedio que hacerlo si queríamos comer antes
de seguir andando.
Ayuntamiento nuevo.Praga |
Torre de la Pólvora.Praga |
En
la calle Na Poricí estaba este banco. Desde allí nos dirigimos, siempre andando
hacia la Plaza
de la República ,
Namesti Republika, donde nos encontramos con el ayuntamiento nuevo y la Torre de la Pólvora. Andando
por la calle Celetná llegamos a la Plaza
Vieja o Staroméstské. Muchas cosas por ver. Llegamos hasta la
calle Kaprova y allí hicimos el cambio de moneda para los días de estancia. No
nos cobraron nada de comisión y nos dieron el cambio oficial. Eso sí, como
indico en el primero de Praga, no admiten tarjetas de crédito, con lo que hay
que llevar dinero. Volvimos sobre nuestros pasos y nos dedicamos a buscar un
lugar donde comer con tranquilidad, antes de darnos otro paseo, esta vez
nocturno, por la ciudad de Praga. Comimos en un restaurante de la Plaza de la República , una ensalada con un escalope y patatas
y eso sí, acompañada de una pìvo (1/2 litro) de buena cerveza. Teníamos mucha
sed. Hasta ese momento lo que habíamos visto nos había gustado.
Sinagoga vieja.Praga |
Muy
cerca, por la calle Na Poricí llegamos al hotel, El Yuris Inn. No es costumbre
mía el indicar el nombre de los hoteles donde vamos pero, en este caso, lo hago
porque el hotel merece la pena para siguientes clientes o personas que vayan a
Praga. Se encuentra muy cerca del centro, a diez minutos paseando y está nuevo.
Reloj astronómico.Praga |
Bien,
pues en el hotel, descansamos un poco y esperamos la llegada de Jana, una guía
checa que habla perfectamente español, profesora del mismo en la Universidad de Praga y
guía. Su identidad nos fue facilitada por un amigo nuestro que ha estado nueve
años en Praga y conoce la ciudad perfectamente. El precio que nos ha cobrado ha
sido realmente magnífico y nos ha supuesto el no tener que ir con un grupo, que
nos hubiera resultado más caro. Indicar que los tours cobran unos 80 euros por
persona para un grupo de cuatro personas por tres horas de trabajo. Muy caro, a
mi parecer. Jana nos ha enseñado casi toda la ciudad de una manera diferente,
con los ojos de una praguense y, eso, no se paga. Nos juntamos en el hotel y
nos dimos una vuelta por el centro y barrio judío. Nos iba indicando todo lo
que íbamos a ver al día siguiente.
Puente Mánesút.Praga |
Un
buen paseo, pues llegamos andando hasta el Rudolfinum y el Puente Mánesùt,
después de lo anterior visto. Volvimos sobre nuestros pasos y en un bar, cerca
de la calle Plátnerskà, nos tomamos una cerveza, bien fresquita acompañada por
esas patatas fritas con una salsa picante, muy buena. De aquí a Staroméskè y
nosotros al hotel, a descansar. El día había sido fructífero y la impresión de
Jana, muy buena. El viaje había empezado prometedor.
Cándido
T. Lorite
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