La inmejorable situación de nuestro hotel,
situado en la Plaza Mayor, nos permitió andar sin problemas por toda la ciudad
de Segovia, aunque fueran las 4 de la tarde, hora de apertura de algunos
conventos e iglesias. Lo primero que hicimos, después de visitar el arrabal,
con sus impresionantes iglesias, como la de Vera Cruz, fue dejar las maletas y
adentrarnos por la calle Marqués del Arco y Daoiz, camino de El Alcázar. Había
una visita guiada a las 12’30 y nos
interesaba verlo con los ojos del guía, aparte de los nuestros.
A la entrada al mismo te entregan un tríptico
con la historia y guía, para sacar el máximo rendimiento a la visita. No
obstante, yo voy a poner aquí lo que creo más interesante, según mi opinión,
acerca de El Alcázar. Su historia se remonta a un documento del siglo XII. En
la Edad media se convierte en la residencia preferida de los reyes castellanos.
De aquí salió Isabel la Católica para ser proclamada Reina de Castilla. Felipe
II realizó su cuarta boda con Ana de Austria. Con la Corte en Madrid, el
Alcázar se transforma en prisión. Carlos III funda el Real Colegio de
Artillería en 1762. En 1898 se instala el Archivo General Militar. A grandes
rasgos es la historia de este edificio.
En este edificio es importante la Sala del
Palacio Viejo con sus ventanas germinadas del reinado de Alfonso VIII. La
portada de la Sala de la Chimenea conserva intacta la decoración mudéjar
original. La Sala del Trono del Solio tiene tronos bajo dosel del siglo XX y en
las paredes los retratos de los mismos reyes. El de Isabel obra de Madrazo y el
de Fernando por Montañés. La sala de la Galera recibe este nombre porque el
artesonado tiene forma de galera. Fue construida por la reina Catalina de
Lancaster en 1412; el friso es mudéjar, con una inscripción doble: la primera
con una oración en latín y la segunda, con la fecha de ejecución de la sala.
Tiene vidrieras con Felipe III y familia y, Enrique II. En el suelo hay una
alfombra turca, resguardad de las pisadas de los visitantes, del s. XVII. La
Sala de las Piñas, llamada así por la decoración, con un friso gótico-mudéjar
de 1452. Hay dos tapices flamencos del s. XVI y un escritorio del s. XVII. La
Cámara Regia tiene portadas neo mudéjares y reproducen las existentes en el
barrio de S. Martín de Enrique II.. L
a Sala de Reyes, fue la sala más
importante del Alcázar. Están representados los reyes de Asturias, Castilla y
León. El orden es realizado por Felipe II. Desde sus ventanas se divisa un
impresionante paisaje y se puede ver la Fuencisla, la Vera Cruz, El Carmen, el
barrio de San Marcos y el Monasterio del Parral. La Sala del Cordón llamada así
por el cordón franciscano que adorna sus paredes y que fue mandado colocar por
Alfonso X “el Sabio”. En una sala contigua llamada “el tocador de la Reina” se
inició el fatídico incendio de 1862. La Capilla, donde se celebró la misa de
velaciones de Felipe II con Ana de Austria. El artesonado es mudéjar y en el
retablo mayor, del siglo XVI, se representa la Anunciación, el Nacimiento, la
Adoración de los Reyes y la Presentación. En el banco, los cuatro evangelista.
Culmina la Crucifixión y Santa Bárbara, patrona de Artillería. Hay una
antecapilla adornada con azulejos de Talavera. La Sala de Armas se encuentra
bajo la Torre del Homenaje y tiene una colección de diferentes épocas, con una
ballesta del s. XVI con incrustaciones, similar a la que tiene Carlos I en el
cuadro de Lucas Cranach; tras una reja románica, del s. XII se encuentra una
estancia para acuñar monedas y dos cajas de caudales, muy curiosas.
Hablar del Museo del Real Colegio de
Artillería, sería extender demasiado el comentario sobre El Alcázar, diré
solamente que tiene 3 salas, referentes a diversas etapas. 1ª Etapa:
Fundacional (1746-1790) .Sala 1; 2ª Etapa, El esplendor de la ciencia
(1790-1808). Sala 2; 3ª Etapa, Artillería, Química e Historia Natural
(1814-1823); 4ª Etapa, Regreso definitivo del Colegio al Alcázar (1823-1862).
Torreón semicircular. Historia de algunos artilleros. Este museo es una buena
muestra de lo que representó la artillería y el ejército en el pasado.
Para los que quieran divisar una magnífica
vista de Segovia y su entorno pueden subir las 152 escaleras que hay, aparte de
una entrada especial, a la torre de Juan II, de arquitectura gótica, que se
comenzó con Juan II y se terminó con Enrique IV. Fue prisión de estado mucho
tiempo.
Volvimos sobre nuestros pasos pero por la
calle Ronda de Don Juan II para poder ver la Puerta de San Andrés y la Casa del
Sol. Museo de Segovia. La entrada al adarve, por ser jueves, era gratuita, pero
ni a Paqui ni a mí nos quedaban muchas ganas de subir más escaleras, así que
nos dimos el paseo por la calle del Socorro y por Martínez Campos llegamos al
centro de interpretación de la Judería y al Convento del Corpus Christi,
antigua Sinagoga Mayor; hoy cerrada a los visitantes. Por Isabel la Católica
llegamos ala Plaza Mayor y de aquí a la calle Infanta Isabel donde, en el
restaurante nos dimos un merecido homenaje, en forma de cerveza bien fresquita
y una abundante comida. Para la primera hora de la tarde, quedaba la vista a la
catedral de Segovia, abierta de 9’30 hasta las 18’30 en horario ininterrumpido.
Eso es cuidar a los turistas.
Cándido T. Lorite
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