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Atendiendo las explicaciones |
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Poblado nubio. Mi mujer en cabeza. |
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Recordando viejos tiempos |
Después de
llegar de Abu Simbel, cansados de autobús y repletos de imágenes de los colosos
de Ramsés II y Nefertari, descansamos un poco después de comer y a las 4 de la
tarde nos dispusimos para la visita de un poblado nubio, situado cerca de la
presa de Asuán. Es uno de los “lugares más curiosos” que nos podemos encontrar
en todo el recorrido desde Luxor hasta Asuán.
Nubia fue una región situada al sur
de Egipto y al norte de Sudán, pueblo de donde se supone que era la reina
Nefertari. Por eso los Templos de Abu Simbel y Nefertari. Lo que en la
antigüedad fue un reino independiente, hoy son poblados o grupos que se sitúan
a los lados del río Nilo, entre la primera y la sexta catarata.
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Camino del poblado nubio. Río Nilo. |
Tras la colonización iglesa, Nubia fue
separada en dos partes, una en Egipto y otra en Sudán. Cuando comienzan las
obras de la gran presa de Asuán, muchos de estos poblados fueron obligados a
desperdigarse y separarse aún más, de sus lugares de origen. Hoy en día se
encuentran poblados nubios al norte del río Nilo y cerca de la isla Elefantina.
En esta excursión que hacemos visitaremos los poblados nubios de Koti.
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Tumba del Aga Khan camino del poblado nubio |
Para llegar a ellos, se hace una
travesía en barca, desde los barcos de la orilla izquierda hasta la parte
derecha. Durante la travesía nos encontramos con otra de las cosas que llamaron
nuestra atención: muchachos en tablas de surf, que cantando en español, el
aserejé, viva España, Achilipún, etc, nos pedían de esta manera unas libras
egipcias. Cuando las conseguían abandonaban los laterales del barco donde se
habían cogido con una gran habilidad. Llegados a nuestro destino, los que
quisieron se dieron un baño en la playa, mientras los demás mirábamos a nuestro
alrededor, admirando la belleza del desierto, los camellos para nuestro viaje y
a los vendedores. No tan “cansinos” como en otros lugares, pero a los que me
acerqué pidiendo y regateando unas figuras de nubias, de ébano.
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Mi mujer en cabeza. Detrás, corriendo, el camellero |
Me salieron por
un buen precio, al igual que dos collares de hueso de camello, muy bonitos para
mi mujer. El guía Rabeh Hares cada vez estaba más pendiente de mis regateos,
admirando la forma en que lo hacía. Llegó a decir:”Por ti corre sangre árabe,
lo haces muy bien”.
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Cómo llevar un camello |
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Llegada al final. |
Cuando llegó nuestro turno, nos
montamos en camellos. Ninguno de los allí presentes sabía cómo hacerlo, excepto
yo por mi servicio militar entre ellos. Me subía a uno de ellos, con
tranquilidad, crucé mis piernas por delante del cuello del camello y me dispuse
a “camellear” hasta el poblado nubio. Mi mujer iba detrás de mí, pero en un
momento dado se le soltó el amarre del camello delantero y su dueño no pudo
sujetarlo. Así que al trote, el camello se dirigió a su lugar tranquilamente,
mientras se oía a mi mujer, gritar:”Cándido, Cándido, el camello que va solo”,
y le decía:”No te preocupes que el sabe dónde tiene que ir”. Así fue.
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Mi mujer en el poblado nubio. Ya más calmada. |
Ella
llegó la primera al poblado y me hizo una foto cuando yo lo hice,
tranquilamente, en el mío.
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Casa del poblado nubio |
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Casa del poblado nubio donde estuvimos. |
De allí, callejeando fuimos hasta
una casa Nubia, que pudimos visitar tranquilamente, dónde nos ofrecieron una
pipa de “chircha”, que fumamos tranquilos; un té caliente que nos vino muy bien
y algunos, como Paqui y yo que nos hicimos un dibujo con henna. Ella se hizo un
escarabajo, animal de la suerte en Egipto y yo un escorpión, mi signo del
zodiaco; que luego resultó ser el signo de Ramsés II. Sería por eso que desde
el principio Rabeh se dirigía a mí como “el jefe”. La visita al poblado nubio
se hace siempre desde el respeto que merece un pueblo celoso de sus costumbres.
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Foto del grupo con Rabeh Hares, el guía |
No es aconsejable que las chicas o mujeres lleven “pantalones culeros”, porque
son mal vistos, tanto por los hombres como por las mujeres nubias.
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Objetos en venta |
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Haciéndome el escorpión con henna. |
Los niños te
piden algún dinero de propina, o sea una limosna; no es conveniente dársela, el
pueblo nubio vive del mercadeo y del trabajo, no de la limosna que se le pueda
dar. Una pulsera, si la regateas bien, sale por unas 5 ó 7 libras y un collar
entre 15 ó 20 libras.
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Fumando una "chircha" |
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Fumando la "chircha" |
En el poblado puedes comprar toda clase de especias,
camisetas, figuras, etc. Todo hay que regatearlo, nada tiene precio fijo; así
que si estás cansado o no sabes hacerlo, no lo intentes, porque saldrás
malparado en cuestión de precio.
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En la terraza de la casa nubia, de noche |
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El día acabó con la luna llena. |
Acabada la pipa, que ponen bastante
cargada y siendo ya de noche, nos volvimos de nuevo al barco. El día había sido
muy completo, desde las 3 de la madrugada hasta las 9 de la noche. Y aún nos
esperaba una fiesta nubia en el barco. Eso sí, voluntaria. Quizá por eso cuando
cenamos, nos subimos un rato a la cubierta del barco, nos sentamos
tranquilamente en las hamacas y estuvimos viendo el Nilo bajo la luz de la
luna. Fue una forma magnífica de terminar el día.
Cándido T. Lorite
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