martes, 20 de mayo de 2014

UN VIAJE AL PAÍS VASCO, CON PARADA EN MADRID

En el puente de Mayo, aprovechando la festividad de San José Obrero, pusimos rumbo al País Vasco. Antes paramos, de ida y de vuelta en Madrid. Esta vez no utilizábamos el coche, pues Paqui se empeñó en subir en tren, algo que había en muy pocas ocasiones. Así inauguraba también el AVE.
           
Monumento a Colón. Madrid
Salimos de Córdoba a las 8’03 de la mañana llegando puntualmente a la estación de Atocha a las 9’55. Cogimos el metro, sin salir de la estación y pusimos rumbo al hotel Husa Chamartín, pues al día siguiente salíamos desde estación. Dejamos las cosas en la habitación y nos dispusimos a patear Madrid, como siempre que venimos a la capital.
Biblioteca Nacional. Madrid
Nos dirigimos, en metro, hasta Colón. Aquí nos hicimos una foto, poniéndonos el monumento por “montera”. Andando por la Biblioteca Nacional, llegamos al Museo de Arqueología Nacional, situado en la calle Serrano a espaldas de la Biblioteca. Compramos la entrada de Paqui, pues la mía es gratis, por ser jubilado (alguna ventaja tengo que tener), por un valor de 3 €. El lugar ha sido inaugurado recientemente después de más de siete años cerrado por reformas y obras. Tan es así que la última vez que lo visité fue allá por 1996. Mucho tiempo.
           
Ante Livia

Dama de Elche
De entrada decir que las indicaciones existentes en el interior del museo acerca de la ubicación de las diferentes épocas y cosas más interesantes que ver, están o son bastante difíciles para neófitos en escudriñar mapas o planos.
Con la Dama de Elche. Entre damas
Yo tuve que preguntar una vez dónde se encontraba la Dama de Elche y acababa de pasar casi por delante de la sala. Así que para los que tengan dificultades, ármense de paciencia. Es prácticamente imposible ver el MAN en toda su extensión en un día. Así que recomiendo que personalicen la visita a los elementos más precisos  e interesantes para cada visitante.
Dinos de Tetis y Peleo.

Cristo de Don Fernando y Doña Sancha
En la entrada dan un folleto con lo más “bonito e interesante” de visitar. Ya digo que el que tenga tiempo, le dedique una mañana a cada sala o un día completo a cada planta. Es la mejor y única manera de visitar este espléndido museo. Yo dejo aquí, un plano y las fotos más interesantes que nos pudimos hacer ante los objetos más valiosos, al menos para nosotros.
          
Ábaco neperiano.

Mosaico con los trabajos de Hércules
  Dejamos el MAN hacia las 13 horas y nos tomamos una cerveza en la cafetería, pues empezaba a hacer un calor bochornoso para la época en que estábamos, 30 de abril.
La Dama de Baza.
Andando cogimos de nuevo el metro en Colón y nos bajamos en Plaza de España. Allí a las 14’45 nos esperaba nuestro amigo Mariano y su hijo Luis Mariano, para comer y charlar un buen rato. La compañía lo merecía y la comida, así como la sobremesa fue magnífica. Hablamos de miles de cosas y vimos y anduvimos bastante.
Puerta del cuartel del Conde-Duque.

         
Descansando en el Templo de Debob.
   Dejamos el bar y nos dirigimos a la Plaza Guardia de Corps, dónde se encuentra el cuartel del Conde-Duque de Lerma, no de Olivares. Allí, Mariano nos estuvo explicando el origen del mismo, las características del cuartel y la guardia que hizo el año pasado ante sus puertas. Todo un honor. Después, con tranquilidad, anduvimos hasta el Templo de Debob. Allí nos despedimos de ellos y nosotros nos echamos al césped, a descansar un rato. Aún nos esperaba un buen tute.
           
Palacio Real de Madrid
A las 17’45 nos fuimos, andando, hasta el Palacio Real. La entrada al mismo, los miércoles, es gratis para todos los habitantes de la UE a partir de las seis de la tarde. La cola, según el portero que repartía la entrada estaba llena de extranjeros.
La Almudena desde el Patio de la Armería.
Tantos, que cuando llegamos nosotros a recoger las nuestras, hasta se alegró de ver, por fin, a españoles en la cola. Entramos al Palacio Real, donde están prohibidas las fotos, y con tranquilidad, nos dispusimos a ver las diferentes salas del mismo. Estuvimos en su interior hasta las 8 de la tarde, más o menos. Cansados de estar de pie y andar, nos sentamos un poco en el patio de la Armería y allí nos hicimos algunas fotos, con la Catedral de Madrid, La Almudena, al fondo. Pongo lo de Patio de la Armería para que mi amigo mariano no se enfade conmigo, pues lo llamo Patio de Armas. Parece lo mismo, pero no lo es.
           
Mi Dulcinea de Bailén.
Andando nos dirigimos hacia la Plaza de España, de nuevo. Allí nos hicimos unas fotos ante D. Quijote y Sancho Panza. Y nos echamos un rato en el césped, esperando a dos antiguas alumnas Ángela y Mari Nieves, a las que Paqui y yo habíamos invitado a cenar y charlar un rato.
Con las amigas, camino del descanso
Lo hicimos en la Gran Vía, en el Vips situado a la altura del número 43. La cena, abundante y regada con una buena cerveza. Un rato de charla animada y variada con dos grandes mujeres. Estudiantes pero animosas antes su futuro. Como se decía hace unos años, chicas JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparadas). Tarde, hacia las 11’30 cogimos el metro en Gran Vía y directos hasta Chamartín.
            El día había sido largo aunque bien aprovechado. Estuvimos con gente que merece la pena y eso es lo mejor que uno puede hacer en esta vida. Rodearse de gente buena. Nos esperaba otro día agotador, como así se demostró.

            Cándido T. Lorite

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