sábado, 17 de agosto de 2013

ZARAGOZA. ÚLTIMA TARDE.

La última tarde en Zaragoza la echamos con una mujer magnífica, grande en todos los aspectos. Nuestra querida amiga Mari Cruz, cantinera de los Voluntarios de Aragón y parte esencial de los mismos. Alegría por donde va y huella que deja por los sitios que visita. Gracias por la extraordinaria tarde que pasaste con nosotros y las anécdotas que nos contaste sobre algunos de los lugares que visitamos, relativos igualmente a Los Sitios de Zaragoza.
Cristo de la Cama
Sta. Isabel de Portugal
            Comenzamos andando, como no podía ser menos, por la Plaza Del Justicia de Aragón. En ella se encuentra la iglesia de Santa Isabel de Portugal que, gran casualidad estaba abierta, pues se celebraba una boda en ella. Entramos y le pude hacer unas fotos al Cristo de la Cama. Curios historia la de este Cristo, salvado por una mujer de la destrucción durante Los Sitios, según nos contó Mariano y nos ratificó Mari Cruz. Nos disponíamos a andar durante un buen rato, como podrán comprobar. Nos dirigimos hacia el mercado Central o mercado de Lanuza, que inserta en su interior parte de las murallas de Zaragoza. Hecho en estilo modernista.; continuamos por la Avda. Cesar Augusta, en dirección al palacio de los condes de Morata o de Luna, actual Audiencia;
Antigua Capitanía de Palafox. hoy Audiencia
edificio característico por sus dos titanes. En la Guerra de la Independencia fue sede de la Capitanía General de Aragón. Por sus escaleras subió la marea patriótica que arrastró a Guillemi a la Aljafería y proclamó a Palafox.
           
Iglesia de S. Ildefonso
Continuamos el camino hacia la Plaza Salamero e iglesia de San Ildefonso. Se llama así la plaza en honor a Miguel Salamero, comerciante que con su dinero, armó una pequeña brigadilla y defender de esta manera el Convento de San Miguel y la calle Azoque. La iglesia está en el lugar de la antigua de Santo Domingo y en ella se conserva la capilla dedicada a los Fieles Defensores de Zaragoza. Lefevre quiso hacerla sede de su Capitanía General cuando entrara en Zaragoza. En la fachada oeste se encuentran huellas de los disparos de cañón y fusilería durante Los Sitios.
            Subiendo por la misma avenida llegamos hasta la emblemática Puerta del Carmen. Las huellas de fusilería y cañón son bien patentes, más en la parte interior que en la exterior, pues los aragoneses combatieron por ella. El asedio fue constante durante los primeros Sitios.
Puerta del Carmen

Puerta del Carmen. Zaragoza

Puerta del Carmen
La puerta cambió hasta tres veces de bando. El primer asalto, conocido como La Batalla de Las Eras, el 15 de junio fue magistral. Los franceses pensaron que entrarían de manera fácil y se encontraron que, espalda con espalda, los defensores los rechazaron hasta Casablanca. El joven general no daba crédito a lo que veían sus ojos.
            A través de la Plaza Aragón llegamos hasta la iglesia de Santa Engracia. Es u n templo de portada renacentista, aunque tras los Sitios fue demolida ene su casi totalidad. Tiene en su interior restos paleocristianos.
Santa Engracia. Zaragoza
Fue pieza importante en la defensa de la ciudad. Los combates del 4 de agosto llevaron la lucha al interior del templo. El monasterio fue conquistado, aunque consta la brava defensa de la Cripta de los Innumerables Mártires, del monje Pedro Bretón, que con los galones de sargento sobre el sayal, llevó a cabo junto a ocho de sus compañeros de religión.
Cripta de Santa Engracia
Los hechos acaecidos en Bailén (derrota de Dupont por el general Reding), hizo que los franceses desistieran del Primer Sitio de la ciudad; en su retirada los franceses destruyeron Santa Engracia aún con 200 soldados franceses en su interior. Siguiendo la calle Joaquín Costa llegamos a la Plaza de los Sitios.
          
Rememorando la historia. Plaza de Los Sitios
 
Plaza de Los Sitios. Zaragoza
Plaza especialmente significativa. En ella se realizan cada año una serie de actos en homenaje a todos aquellos héroes de la Guerra de la Independencia. El monumento que aquí se encuentra fue hecho por Agustín Querol y se concibió como un homenaje a todos los héroes, sin distinción; especialmente a las mujeres, pues ellas, las aragonesas fueron más partícipes de la batallas que los propios hombres. Alrededor de la plaza se encuentran tres edificios magníficos: La actual Escuela de Artes Aplicadas, obra de Félix Navarro.
Escuela de Artes Aplicadas. Zaragoza
Su fachada es un completo memorial de los asedios de Zaragoza, fechas, militares, ciudadanos ejemplares, alusiones al honor y al sacrificio, a la gratitud de la ciudad, etc.; el Museo Provincial, entonces llamado Palacio de Museos, obra de Magdalena y Bravo. El tercer edificio, en la calle Moret, el de La Caridad, obra de La Figuera y Yarza. La grandeza del monumento queda suficiente explicada en la página de La Ruta de los Sitios.
Museo Provincial. Zaragoza
            Siguiendo por la calle Magdalena Catalina, atravesamos el Coso y llegamos hasta Cesar Augusta, el teatro. Aquí vimos el circo romano en todo su esplendor, junto a la iglesia del Sagrado Corazón y su Rosario de Cristal. Cansados, bastante cansados, decidimos tomarnos un refrigerio en la Plaza del Mosaico.
Teatro romano de Zaragoza. Plaza del Mosaico
Qué rica estaba la cerveza que nos tomamos junto a un dulce que se tomaron Mari Cruz y mi señora. Yo opté por una tapa más jugosa. Saliendo de la plaza nos topamos con el capitán de Los Voluntarios de Aragón, Luis Sorando Muzas, que festejaba el cumpleaños de su señor padre. Que cumpla muchos más le deseamos. Andando, andando, llegamos hasta el lugar donde habíamos comenzado, la Plaza del Justicia. En ella degustamos una serie de raciones, tapas y cerveza bien fresquita, hasta bien entrada la noche.
Final de la jornada. La Basílica
            De allí en un taxi, por aquello de los controles de alcoholemia, llevamos a Mari Cruz hasta su casa. Allí nos encontramos con sus hijos y nueras a los que saludamos, especialmente a Rubén, tambor de Los Voluntarios de Aragón y amigo desde hace años.
Terminamos de madrugada la charla y nos fuimos, acompañados por uno de los hijos de Mari Cruz hasta el hotel donde nos alojábamos. Como verán los lectores, la tarde-noche había sido muy productiva en todos los aspectos.

Cándido T. Lorite

No hay comentarios:

Publicar un comentario