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Entrada a los silos |
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Torre de los Aliatares |
Salimos de la Catedral
y nos decidimos a seguir andando por la calle Cabreros y calle Alta para llegar
hasta la antigua iglesia de San Juan Bautista, de la que sólo queda el ábside y
de la que hemos hablado en este blog sobre Baeza. Volvimos sobre nuestros pasos
hasta la Universidad y por la calle Barbacanas llegamos hasta la entrada los
antiguos silos de grano de la ciudad, situados a la espalda de los portales de
Mercaderes. Aún conservan una magnífica portada; continuamos andando un poco
más y salimos justo al lado de la Torre de los Aliatares. Constituye esta torre
una de las pocas manifestaciones del recinto amurallado, mandado tirar por
Isabel la Católica en 1476. Su nombre va ligado a la familia musulmana que la
poseyó hasta la conquista de la ciudad. Tiene una altura de 25 metros y su
reloj, del s.XIX, es el más importante de la ciudad. Sus almenas fueron
construidas en el siglo XX, a imitación de las de El Arco de Villalar. Esta
torre está situada al lado de la calle San Pablo, lugar donde se encuentran
ubicados las cosas solariegas y palacios de los nobles. La dejamos a un lado
para continuar por la calle San Francisco.
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Iglesia de La Encarnación.Antiguo Hospital |
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Fachada principal de San Francisco |
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Vista de San Francisco |
Lo primero que encontramos en esta calle es
la iglesia de la Concepción. Es antiguo hospital y tiene una portada de arco de
medio punto, flanqueada por dos pilastras y todo dentro de otro arco de medio
punto, también con dos pilastras. La iglesia es de una sola nave. Al lado se
encuentra el Mercado de San Francisco, mercado de la ciudad, con una portada y
entrada magnífica.
Subiendo la calle unos 25 metros nos
encontramos con la Iglesia de San Francisco. Desacralizada y restaurada. Tuvo
que sufrir un terremoto en el siglo XIX, las siguientes inundaciones por graves
temporales, la ocupación por los franceses que lo convirtieron en cuadra y el
abandono posterior. La restauración llevada a cabo durante los años 70 y 80 ha
dado lugar a un bodrio, para mi gusto personal. Yo la conocí de pequeño, en
estado ruinoso, llegué a jugar en su interior como todos los niños baezanos;
pero la restauración, mediante concurso internacional de ideas, ha dado lugar a
un bodrio., vuelvo a repetirlo. Las imágenes hablan por mí.
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Lateral de la Capilla mayor de San Francisco |
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Parte superior, de San Francisco |
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Reconstrucción de la Capilla mayor de San Francisco |
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Paramento de la Capilla Mayor |
La iglesia en sí, está considerada como la
obra maestra de Andrés de Vandelvira. Éste volcó todo su ingenio en la cabecera
del templo o Capilla Mayor, ya que solo esta parte es obra del autor pues
aunque sigue haciéndose, Vandelvira muere y su obra la sigue labrando su
sucesor, aunque no tiene el tono de la Capilla Mayor. La fachada principal
tiene un gran arco con pilastras y hornacinas entre ellas; en el centro la
puerta con un arco de medio punto y columnas dóricas dobles con fuste liso. En
la parte alta un friso con un altorrelieve muy bien franqueado. Pero lo que
realmente llama la atención, por ser completamente visible desde la calle, es
la Capilla mayor. El retablo lateral, de piedra, se halla enmarcado en
altísimas columnas corintias y hornacinas. En la parte baja tres nichos entre
columnas corintias y sobre los laterales, más bajos, dos magníficos relieves
representando la Adoración de los Reyes y la de los Pastores: encima un gran
escudo en manto con dos soberbios guerreros romanos por tenantes y más arriba
una ventana triple. Del paramento del altar mayor solo queda la parte inferior
constituida por tres capillas con bóvedas de casetones. Decorados con cabezas.
Sobre estas se encontraba el altar mayor. En definitiva una magnífica obra de
Vandelvira, por desgracia destruida por mil avatares, el tiempo, las
personas y los concursos de ideas.
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Iglesia de la Encarnación |
Calle San Francisco arriba, camino de San
Andrés, nos encontrábamos casas solariegas, de nobles con sus escudos en el
dintel o en los laterales de las casas. En todo lo alto de la calle está la
iglesia de la Encarnación, de monjas carmelitas. Aquí descansó San Juan de la
Cruz, camino de Úbeda, donde murió al poco de llegar. La portada de acceso
tiene un vano de medio punto entre pilastras y un altorrelieve de la
Anunciación con tímpano y escudos carmelitanos. Es difícil encontrarla abierta;
ha de ser en hora de misa. Justo enfrente se encuentra una fuente de agua,
limpia y fresca en la que bebía agua cuando era pequeño y llegábamos hasta aquí
jugando o paseando. Tiene más de 300 años. Andando por la calle San Andrés
llegamos a la iglesia del mismo nombre. La iglesia parroquial de Nuestra Señora
del Alcázar y San Andrés constituye la obra maestra del plateresco en Baeza.
Fue Colegiata hasta mediados del siglo XIX.
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Portada de San Andrés |
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San Andrés |
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Órgano barroco de San Andrés |
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Escudos de infanzones en San Andrés |
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La Virgen del Alcázar |
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Retablo altar mayor de San Andrés |
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Relieve funerario en San Andrés |
Destaca la portada sur con el arco de medio
punto y su abundante decoración de cuernos de la abundancia, candeleros y
grutescos. Encima la imagen del patrono, San Andrés, enmarcada en una
hornacina. La torre calada en crestería y con gárgolas. El interior tiene la
nave principal con techumbre a dos aguas, de madera. En el lado del evangelio
se abre la sacristía y en el lado opuesto las capillas se abren directamente.
Destaca el imponente órgano barroco. Igualmente se encuentran en la nave los
escudos de los infanzones que llegaron a Baeza después de la Batalla de Las
Navas de Tolosa y que se quedaron en la ciudad. Asimismo a la derecha del coro observamos
el relieve funerario del obispo Don Rodrigo Fernández de Narváez, nueve tablas
góticas e imágenes de la Virgen del Alcázar y San Andrés, patrones de la
ciudad. Estos elementos proceden de la Colegiata de Santa maría, mucho más
antigua y destruida.
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Portada del Salvador |
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Torre del Salvador |
Salimos de allí y nos dirigimos por la calle
Campanario hacia la iglesia del Salvador. Cerrada a la hora que estuvimos allí
sólo pudimos verla por fuera. Volviendo sobre nuestros pasos bajamos hasta lo
soportales y subimos por la calle Gaspar Becerra hasta el Ayuntamiento. Aún se
encuentra en esta calle la que fuera Droguería y ahora Superlimpieza de Lorite,
un primo mío. Pasé a saludarlo y no lo puede hacer por encontrarse fuera de la
ciudad. Una pena. Muchas tardes pasé en esa droguería, vendiendo, haciendo y
oliendo los perfumes que allí se encontraban y hacían. Los recuerdos infantiles
afloraron una vez más a mi mente. Justo enfrente se encuentra el ayuntamiento.
Es de estilo plateresco y declarado Monumento Nacional, mezcla el italiano y el
español en un todo completo de belleza.
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Ayuntamiento de Baeza |
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Cariátides de la Justicia y la Caridad |
Consta de dos pisos, separados por una
imposta acanalada de hojas de acanto. Se accede al primero por dos puertas
separadas por dos ventanas platerescas. La primera puerta es de medio punto y
da acceso a la antigua cárcel; tiene una artística dovela central y dos
cariátides que representan la Caridad y la Justicia. La puerta de la derecha es
la entrada a la Casa de la Justicia; en ella encontramos columnas platerescas
exentas. En la parte superior se ven cuatro balcones de estilo italiano (el
quinto fue una ampliación y es distinto totalmente). Cada uno tiene un arco y
dos huecos adintelados y sobre estos dos óculos que equilibran el balcón. Hay
una rica ornamentación plateresca con adornos antropomórficos.
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Techo salón de plenos |
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Escudos en el Salón de Plenos |
Tres hermosos escudos adornan el exterior: en
el centro el de Felipe II, a la derecha el del Corregidor Juan de Borja y a la
izquierda el de la ciudad. Todos ellos eran policromados y aún tienen algo de
color. El segundo piso queda terminado con una rica decoración, con rosetas
diferentes y ménsulas con figuras diferentes, con niños, animales, esfinges,
quimeras, leones, etc.
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Soportales |
El interior tiene el salón de sesiones, con
un magnífico artesonado, de época renacentista, policromado, de estructura
plana y vigas vistas y los escudos de los infanzones en lugares preferentes. El
techo fue trasladado desde la iglesia de San Antonio.
El paseo había sido magnífico, en compañía de
mis amigos, por la ciudad que vio mis correrías y andanzas de niño y menos
niño. Las vivencias se acumularon y, aún ahora, escribiendo estas líneas me
asaltan recuerdos y ganas de volver cuanto antes a esta maravillosa ciudad. Pasear
y disfrutar de esos lugares que nunca se quieren ni se deben olvidar. Aquí
quedaron amigos de niñez como Andrés, Mayte, Juan, Antonio, Seve, El gafas (no
me acuerdo de su nombre), Lucía, Pepi, y otros tantos que se pierden en la
memoria del tiempo. Gracias a ellos y a la ciudad que siempre recordaré con
mucho cariño.
¡Ah! Se me olvidaba. Unas cervecitas en los
soportales nos vino bien para suavizar el largo recorrido hecho.
Cándido T. Lorite
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