Como indicaba en el apartado de Villanueva de los Infantes, Ciudad Real ha cambiado poco en lo referente a los monumentos a visitar. Otra cosa es lo sucedido en la parte moderna. Lo ha hecho y de qué manera. Es una ciudad moderna, limpia, de amplias avenidas, jardines, etc. En definitiva una ciudad renovada.
Llegamos casi de noche y nos fuimos a la Plaza Mayor por ver si podíamos cenar un poco. En este aspecto sigue siendo una ciudad pueblerina. La plaza estaba casi vacía; era sábado noche y a las 10’30 de la noche apenas si había un centenar de personas en ella. La mayoría de los bares y terrazas estaban cerrados, así que nos tuvimos que con formar con unas tapas frías y una cerveza helada, eso sí. Pero poco más. Al hotel, después de una heladito para la señora y a descansar, pues llevábamos un día bastante ajetreado.
Nos levantamos temprano y un reparador desayuno, a base de churros y chocolate en la Plaza Mayor, nos sirvió para comenzar nuestra andadura por Ciudad Real. Fundada por Alfonso X El Sabio, cuya estatua se encuentra justo delante del antiguo ayuntamiento de la ciudad y al lado del Reloj del Carillón que, cuando da las doce, hace aparecer a D. Quijote y Sancho Panza.
Andando llegamos a una plaza pequeña, arbolada, con el Casino a un lado y la catedral de Santa María la Mayor, en otro. Cerrando la plaza se encuentra la casa donde nació Hernán Pérez del Pulgar, hoy dedicada a Museo y con una colección de obras de Villaseñor que nos llamó la atención, por sus diferentes estilos, según épocas de la vida del mismo. El Gran Casino es una construcción del siglo XIX, clasicista, realizada por el arquitecto Santiago Rebollar.
La Catedral de Sta. María la Mayor fue comenzada en el s. XIII, aunque tiene diversas remodelaciones. La primera la sufre durante el reinado de Alfonso X el Sabio. La torre nueva se terminó de construir hacia mediados del s. XIX. Tiene cuatro cuerpos labrados en piedra. Al inicio se hizo sobre la iglesia de Santa María del Prado, después fue Prioral, luego Basílica y al final, Catedral, en 1980. Debido a los años que tardó en construirse tiene elementos del gótico, del barroco, del renacimiento. En la puerta del mediodía aparece un escudo una placa con los cuatro escudos de las órdenes militares, Calatrava, Santiago, Montesa y Alcántara. Sobre el interior y el exterior, así como todos los detalles que quieran de la misma los encontrará el lector de este blog en la página Ciudad-Real.es Continuamos por calle de los Infantes y llegamos a la Puerta de Santa María. En realidad es lo poco que queda del antiguo Convento de las Dominicas, del s. XVII, totalmente destruida en la actualidad y que ocupaba el lugar de una de las seis puertas del recinto amurallado de la ciudad-
Por la calle del Ciprés llegamos a la iglesia o Convento de las Carmelitas, del s. XVII, de influencia barroca y caracteres renacentistas. Está construida en piedra co una entrada de arco de medio punto con columnas adosadas que sustentan el arquitrabe. Al final de la calle del Carmen nos encontramos con la Iglesia y Antiguo convento de La Merced. Antiguamente era conocida como Convento de Mercedarios. Barroca, con aires herrerianos y pinturas en sus muros interiores. Se encuentra entre los muros de la Diputación y un instituto, aunque antiguamente ocupaba todo el lugar.
Andando la calle Jacinto Benavente nos dirigimos hacia la Iglesia de Santiago, del s. XIII, que junto con la Catedral y Santiago, configuran el triángulo religioso de la ciudad en la antigüedad. Comenzó a construirse hacia finales del s. XIII. Es de pequeñas dimensiones y de mampostería en las esquinas, puertas y ventanas. Tiene un sólida torre que le da carácter dentro de su sencillez. Tiene tres naves, aunque las dos laterales son de dimensiones más pequeñas que la central. Prácticamente al lado y cruzando la calle Calatrava nos encontramos con la iglesia o Convento de las Concepcionistas Franciscanas, del s. XVI, con claustro y celdas bien conservadas. Son conocidas como “las monjas terreras” por estar en unos terrenos que eran focos de infección en tiempos antiguos. Calle Calatrava hacia el hotel llegamos hasta la iglesia de S. Pedro. Es del s. XIV, aunque la llamada Puerta del Perdón tiene reminiscencias románicas, con siete arquivoltas de formas geométricas. Tiene tres naves, la central más alta y ancha que las laterales, con seis enormes pilares, tres a cada lado.
La Puerta de Toledo, una vez que salimos del hotel en dirección a Las Tablas de Daimiel nos despidió de la ciudad; eso sí dando un pequeño rodeo alrededor de la misma. Pero mereció la pena, pues es uno de los pocos restos que quedan de la ciudad amurallada que fue; está construida entre los s. XIII- XIV en un espléndido gótico-mudéjar.
Cándido T. Lorite
Llegamos casi de noche y nos fuimos a la Plaza Mayor por ver si podíamos cenar un poco. En este aspecto sigue siendo una ciudad pueblerina. La plaza estaba casi vacía; era sábado noche y a las 10’30 de la noche apenas si había un centenar de personas en ella. La mayoría de los bares y terrazas estaban cerrados, así que nos tuvimos que con formar con unas tapas frías y una cerveza helada, eso sí. Pero poco más. Al hotel, después de una heladito para la señora y a descansar, pues llevábamos un día bastante ajetreado.
Nos levantamos temprano y un reparador desayuno, a base de churros y chocolate en la Plaza Mayor, nos sirvió para comenzar nuestra andadura por Ciudad Real. Fundada por Alfonso X El Sabio, cuya estatua se encuentra justo delante del antiguo ayuntamiento de la ciudad y al lado del Reloj del Carillón que, cuando da las doce, hace aparecer a D. Quijote y Sancho Panza.
Andando llegamos a una plaza pequeña, arbolada, con el Casino a un lado y la catedral de Santa María la Mayor, en otro. Cerrando la plaza se encuentra la casa donde nació Hernán Pérez del Pulgar, hoy dedicada a Museo y con una colección de obras de Villaseñor que nos llamó la atención, por sus diferentes estilos, según épocas de la vida del mismo. El Gran Casino es una construcción del siglo XIX, clasicista, realizada por el arquitecto Santiago Rebollar.
La Catedral de Sta. María la Mayor fue comenzada en el s. XIII, aunque tiene diversas remodelaciones. La primera la sufre durante el reinado de Alfonso X el Sabio. La torre nueva se terminó de construir hacia mediados del s. XIX. Tiene cuatro cuerpos labrados en piedra. Al inicio se hizo sobre la iglesia de Santa María del Prado, después fue Prioral, luego Basílica y al final, Catedral, en 1980. Debido a los años que tardó en construirse tiene elementos del gótico, del barroco, del renacimiento. En la puerta del mediodía aparece un escudo una placa con los cuatro escudos de las órdenes militares, Calatrava, Santiago, Montesa y Alcántara. Sobre el interior y el exterior, así como todos los detalles que quieran de la misma los encontrará el lector de este blog en la página Ciudad-Real.es Continuamos por calle de los Infantes y llegamos a la Puerta de Santa María. En realidad es lo poco que queda del antiguo Convento de las Dominicas, del s. XVII, totalmente destruida en la actualidad y que ocupaba el lugar de una de las seis puertas del recinto amurallado de la ciudad-
Por la calle del Ciprés llegamos a la iglesia o Convento de las Carmelitas, del s. XVII, de influencia barroca y caracteres renacentistas. Está construida en piedra co una entrada de arco de medio punto con columnas adosadas que sustentan el arquitrabe. Al final de la calle del Carmen nos encontramos con la Iglesia y Antiguo convento de La Merced. Antiguamente era conocida como Convento de Mercedarios. Barroca, con aires herrerianos y pinturas en sus muros interiores. Se encuentra entre los muros de la Diputación y un instituto, aunque antiguamente ocupaba todo el lugar.
Andando la calle Jacinto Benavente nos dirigimos hacia la Iglesia de Santiago, del s. XIII, que junto con la Catedral y Santiago, configuran el triángulo religioso de la ciudad en la antigüedad. Comenzó a construirse hacia finales del s. XIII. Es de pequeñas dimensiones y de mampostería en las esquinas, puertas y ventanas. Tiene un sólida torre que le da carácter dentro de su sencillez. Tiene tres naves, aunque las dos laterales son de dimensiones más pequeñas que la central. Prácticamente al lado y cruzando la calle Calatrava nos encontramos con la iglesia o Convento de las Concepcionistas Franciscanas, del s. XVI, con claustro y celdas bien conservadas. Son conocidas como “las monjas terreras” por estar en unos terrenos que eran focos de infección en tiempos antiguos. Calle Calatrava hacia el hotel llegamos hasta la iglesia de S. Pedro. Es del s. XIV, aunque la llamada Puerta del Perdón tiene reminiscencias románicas, con siete arquivoltas de formas geométricas. Tiene tres naves, la central más alta y ancha que las laterales, con seis enormes pilares, tres a cada lado.
La Puerta de Toledo, una vez que salimos del hotel en dirección a Las Tablas de Daimiel nos despidió de la ciudad; eso sí dando un pequeño rodeo alrededor de la misma. Pero mereció la pena, pues es uno de los pocos restos que quedan de la ciudad amurallada que fue; está construida entre los s. XIII- XIV en un espléndido gótico-mudéjar.
Cándido T. Lorite
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