domingo, 20 de septiembre de 2015

PONFERRADA. LA CAPITAL DE EL BIERZO. LAS MÉDULAS

El sábado 5 de septiembre teníamos una cita con un gran amigo, Toni, de Ponferrada. Habíamos quedado con él y su familia (esposa e hijas) para pasar el día juntos y conocer Ponferrada y sus alrededores. Salimos del Parador de Turismo, después de un copioso desayuno. Falta nos iba a hacer con el día que nos esperaba.
Ayuntamiento de Ponferrada, engalanado por fiestas

Otro templario más pequeño

el maragato

            Salimos de León por la carretera dirección Trobajo del Camino y Virgen del Camino, a coger la autovía dirección a Ponferrada, de aquí a la autopista que pasa por Astorga; por cierto, una de las caras que he pisado con el coche, legando a Ponferrada, Plaza del ayuntamiento, después de dejar el coche en los alrededores, zona azul, media mañana, por 1’5 Euros, sobre las 11 de la mañana.
            Nos dimos un paseo por la Plaza del ayuntamiento y allí vimos que estaban en fiestas. Había un mercado medieval, muy bien montado. Nos hicimos unas fotos en la misma plaza y junto a los gigantes que saldrían en la cabalgata dos días después. Entretanto llegaron nuestros amigos, Toni y Raquel con sus tres encantadoras hijas Carolina, Carlota y Daniela. Guapas, traviesas y educadas, como ellas solas. Unos primores que nos enamoraron a Paqui y a mí desde el primer momento.
           
entrada lateral a la Basílica

escudos de los pueblos de la comarca de El Bierzo

Virgen de la Encina, Patrona de El Bierzo.
Lo primero que hicimos fue dirigirnos desde la Plaza del ayuntamiento por la calle del Reloj, para llegar a la Oficina de turismo, situada en las dependencias del Castillo de Ponferrada. Toda la calle era un hervidero de gente, en un ir y venir constante del mercadillo a la Plaza. Un mercadillo realmente bonito, bien montado y con toda clase de productos. Llegamos hasta la Plaza de la Virgen de La Encina, patrona de Ponferrada y de El Bierzo, venerada por todos los berzianos.
La piedad de la Basílica

El misterio de la Cruz en Ponferrada.
La Basílica tiene planta de cruz latina, con medio hexágono en su cabecera y un crucero de brazos cortos y anchos. En el testero se encuentra el camarín de la Virgen de La Encina. La iglesia en sí es del siglo XVII y su singularidad estriba en que en su interior se encuentra la Patrona de El Bierzo. Enfrente del altar mayor se sitúan todos los escudos pertenecientes a los pueblos de la comarca, situándose en la parte del altar el estandarte o escudo del pueblo que tiene en ese año el privilegio de hacer la ofrenda a la Patrona.
Torre y entrada principal de la Basílica
Hicimos algunas fotos para el recuerdo, en la plaza y en la iglesia o Basílica, porque Aunque han puesto todo su empeño, no han podido hacerla Colegiata. Desde aquí cogimos la calle Gil y Carrasco, totalmente llena de puestos medievales. Aquí nos dieron información sobre Ponferrada y comarca. Dirigimos nuestros pasos hacia la iglesia de San Andrés.
Mercado medieval

Torres del Castillo templario

De ésta sólo pudimos hacer unas fotos exteriores por encontrarse cerrada en esos momentos. Algo raro, por ser en ese instante las 12 de la mañana, más o menos. Después de hacernos unas fotos con los halcones, búhos, lechuzas y demás aves que se encontraban en el mercado, comenzamos la visita al Castillo de Los Templarios. Pequeña historia del mismo.
Algunas aves de cetrería
El Castillo fue inicialmente un pequeño poblado con una cerca de cantos y barro (s. XII), sentado sobre el primitivo poblado de la Edad del Hierro y, posteriormente, reforzado por los templarios, con un muro de cal y canto (s. XIII).
Entrando al Castillo

Vista de la entrada principal
Tras ser confiscado a la Orden del Temple en el siglo XIV, el nuevo señor, Pedro Fernández de Castro, levantó un castillo en un extremo opuesto. Durante el siglo XV perteneció al Duque de Arjona, a su hermana, al marido de ésta, Conde de Lemos, que hizo grandes obras convirtiéndolo en un lujosos y fuerte palacio que se llamó Castillo Nuevo. El siguiente Conde de Lemos se subleva contra los Reyes Católicos que toman posesión del mismo en 1507.
Paseando por su muralla.

El Castillo templario de Ponferrada.
Entre sus muros se guarda una extraordinaria exposición de libros, la llamada Exposición Templaria, Templum Libri, que muestra la grandeza y belleza de los libros medievales, hasta hace poco en manos privadas, bibliotecas, universidades, monasterios y museos. Los libros han sido cedidos por D. Antonio Avalle García, berciano de pro, que junto a otros muchos, que se conservan en la Biblioteca Templaria, han convertido a la fortaleza en el Castillo de los Libros, donde poder admirar la belleza y lectura de los mismos. (Datos cedidos por la Información del Castillo).
Tres diablillos encantadores.
Nos quedó una sensación muy agradable de un castillo que, aunque con avatares, conserva el misterio de lo templario. Fácil de visitar y recomendado.
Ya se había hecho la hora de la comida. Así que dirigimos los pasos a un bar restaurante cercano, que eligieron nuestros anfitriones. Allí bebimos, comimos en abundancia y charlamos sobre las cosas más dispares.
Foto realizada por Daniela, la peque de la familia
Lo que suele suceder durante la sobremesa. Eso sí, la comida fue abundantísima para todos, con entremeses, morcillas, carne, etc. Típicas de Ponferrada y El Bierzo. Muchas fotos nos hizo la pequeña del clan, Daniela, empeñada en ser fotógrafa en cada momento de la comida. Quede constancia de ello y del propio selfie que se hizo.
Otro momento de la comida
Un encanto de niña, al igual que sus dos hermanas; a estas alturas, un poco cansadas ya de tanto trajín. El Bar se llama, por si van por la zona, Las Cuadras. Magnífico.
Aparatos de radio

la antigüedad en un aparato de radio

Después de la tertulia correspondiente a la sobremesa, dirigimos nuestros pasos hacia el Museo de la Radio, de Luis del Olmo. Está situado justo enfrente. En la llamada por los ponferradinos “Casa de los Escudos”, casona de estilo barroco que perteneció a la familia García de las Llanas. Restaurada, se dedicó al Museo de la Radio. En su interior guarda una de las colecciones de radio más completas de España, superior a los 200 aparatos.
Un aparato algo "más moderno"

Aparato de radio
El museo ofrece la posibilidad de conocer la historia de la radio a través de numerosas audiciones que se han recopilado gracias a las diferentes cadenas de radio, donde ha trabajado Luis del Olmo.
Iglesia de San Agustín, en Ponferrada.
Salimos de allí dirigiendo nuestros pasos hacia Santo Tomás de las Ollas, iglesia con reminiscencias mozárabes y románicas.
Santo Tomás de las Ollas

entrada a Santo tomás de las Ollas
Posiblemente la iglesia más vieja de la zona. Declarada Bien de Interés en el año 1931, es del siglo X con elementos románicos, posteriormente remozados. Toma su nombre de la profesión de los lugareños.
Doble arco de entrada

Altar principal
Es de planta rectangular; dos capillas sobresalen en la cabecera. Interiormente está
Arcos centrales (8)

Pila bautismal.
articulada por una sucesión de arcos de herradura, hasta ocho y un singular y extraordinario arco doble.
Plaza con iglesia de Sta. María de las Ollas

Desde allí fuimos hasta Las Médulas. Es un entorno paisajístico español formado por una antigua explotación de oro romana situada en las inmediaciones de su localidad homónima, en la comarca de El Bierzo. El trabajo de ingeniería realizado para la extracción del mineral supuso la alteración total y completa del medio ambiente, con un paisaje de arenas rojizas, cubierta, en la actualidad, de castaños y robles.
Una imagen para guardar

Las Médulas desde Orellán
Paisaje de Las Médulas
El sistema utilizado para la extracción del oro era el de Ruina Montium. El agua de los riachuelos de montaña se canalizaba y embalsaba en la parte superior de la explotación; la montaña se horadaba con una cuidadosa red de galerías muy pendientes, soltando el agua a través de ellas.
Las Médulas

Maravilloso paisaje de las Médulas
La fuerza del agua deshacía la montaña y arrastraba las tierras auríferas hasta los lavaderos. El sistema hidráulico de las Médulas es el más espectacular de los conocidos, por la cantidad de agua utilizada y la longitud y el gran número de ramificaciones de sus canales. Actualmente se conoce todo este trazado, visitable en parte con la compañía de un guía. (Wikipedia).
El cansancio ya se notaba

El mirador de Orellán, al fondo superior
El llegar hasta el Mirador de Orellán nos supuso una buena caminata hacia arriba de la montaña. Los años no pasan en balde y se notó la subida y,¡ la bajada! Pagamos nuestra entrada para ver una de las galerías visitables. Una experiencia sensacional. Nuestros cascos de minero, y ¡andando por la mina! El espectáculo es sensacional. Dentro de la mina había lugares excesivamente bajos y otros en los que se podía caminar perfectamente erguido. Las fotos dejaron para el recuerdo, el lugar y magnífico rato que pasamos con la familia de Toni.
el extremo de una mina.
No se asusten. es que era muy estrecho. jajajajaja

Al fondo el Mirador de Orellán. Subir y bajar.

Una visita a Las Médulas es obligatorio para todos aquellos que pasen por la comarca de El Bierzo y aún para los que, como nosotros, estábamos en León. El lugar merece, y mucho, la visita.
Cuando terminamos la visita, allá de las 8 de la tarde, la noche comenzaba a echarse y nos despedimos de las niñas, de Raquel y de Toni. El día pasado con ellos fue excepcional en todos los sentidos. Nuestro más sincero agradecimiento a esta familia, encantadora. Esperamos volver a verla, más pronto que tarde, aunque la distancia geográfica es grande. Pero…
Volvimos sobre nuestros pasos, cogimos la autopista hacia Astorga y León, y nos plantamos en el Parador de noche cerrada. Una ducha y a descansar de tan magnífico día. Al día siguiente nos esperaba el retorno a Bailén, con paso por Madrid y parada en la misma.
Cándido T. Lorite



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