miércoles, 16 de septiembre de 2015

LEÓN. UN DÍA DESPUÉS

Un buen desayuno, de esos que dan en paradores de España, nos dio los suficientes ánimos para afrontar el día que nos esperaba en León, complemento de la tarde-noche anterior.
           
Catedral León

Con la catedral al fondo
Con un taxi que cogimos enfrente del Hostal nos dirigimos hacia la Catedral de León. Eran las 10’30 de la mañana y Paqui se dedicó con tranquilidad a ver tiendas para comprar los regalos a los niños y para ella. Llegada las 11 nos plantamos en el claustro de la Catedral para la visita guiada que nos dijeron el día anterior. No se lo pierdan. Y no hablo de la visita sino de la falta de vergüenza de las responsables del Museo y claustro.
Escultura de la fachada

Escultura de la fachada

Escultura de la fachada
Por la tarde anterior me dijeron una cosa y las que había, al día siguiente por la mañana, me dijeron otra. ¡Qué no habían visitas guiadas!. Mi enfado fue mayúsculo. Si no es porque me acompañaba mi mujer, armó la de San Quintín. Dejamos de visitar el Museo de León por la Visita Guiada y ¡ahora no había visita guiada! Lo dicho. Enfado monumental. Falta de educación, civismo, vergüenza y tomadura de pelo a los turistas.
Los apóstoles

Tumba acompañada de La Justicia
Resulta que debido a la falta de personal, durante los meses de verano NO HAY VISITAS GUIADAS y a ¿estas señoras o señoritas?, se les olvidó decírnoslo.
            Se empeñaron en que sacáramos entradas para el Museo que ella nos iba a “indicar” brevemente lo que allí se encontraba, como haciendo un esfuerzo personal. Mi enfado subió a tal tono que se sentó, me vendió las entradas del claustro, solamente, y le dije que las entradas del museo se las guardara para otro visitante. No les puse una reclamación y una queja porque mi mujer me sujetó. Pero ahora, en este blog, no me sujeta nadie y la dejo bien patente. Si fueran trabajadores a mis órdenes, estarían despedidas de forma fulminante. Así aprenderían para el siguiente trabajo.
           
Virgen románica del XI

Autofoto
Entramos en el claustro de la Catedral de León, realmente magnífico. La catedral de León fue diseñada sin claustro, pero finalmente se levantó entre finales del siglo XIII y principios del siglo XIV. Esta construcción cubrió la entrada norte que, desde entonces, quedó resguardada. Este claustro tiene una planta cuadrada de 30 metros de lado, posee 6 intercolumnios por lado y 24 pilares en total, respondiendo a las proporciones establecidas en los claustros cistercienses.
Paisaje con figura

Tumbas en el claustro de León
A su alrededor se agrupan diversas dependencias, entre ellas, el actual Museo Catedralicio. Los arcos apuntados y capiteles del muro interior presentan escenas bíblicas y de la vida cotidiana, mostrando de nuevo el diálogo de lo divino y lo humano, típico del gótico. Los murales entre las arcadas del claustro fueron pintados con los episodios de la vida de Cristo por Nicolás Francés en los años 60 del siglo XV, aunque algunos de ellos son obra posterior de Lorenzo de Ávila y otros.
Vista del claustro

Detalle del claustro

A comienzos del siglo XVI, Juan de Badajoz "el mozo" rehizo las bóvedas del Claustro. Aprovechó los lienzos y los arcos formeros y montó 28 bóvedas de crucería complicadas y decoradas. Filacterias y medallones presentan un complejo programa iconográfico también vinculado con la Virgen de Regla. Bajo las bóvedas puede observarse una completísima colección de sepulcros que revelan las etapas de la actividad escultórica catedralicia, pero siendo en su mayoría obras tanto del siglo XIII como del siglo XIV. En el centro del patio y por diversos lugares del claustro se conservan restos de los hastiales oeste y sur, que fueron desmontados durante las restauraciones del siglo XIX por los arquitectos "purificadores" de la catedral.
Pantocrator románico

Puerta de entrada con la virgen

Detalle de la puerta y virgen

Se han trasladado al claustro de la Catedral muchas de las imágenes escultóricas que se encontraban en las entradas principal y lateral de la catedral. Lo están para su rehabilitación. Viene bien al visitante porque así puede fotografiar las esculturas a gusto y sin prisas.
Salimos del Claustro, que no del Museo, y nos dirigimos con tranquilidad, paladeando león, hacia el Húmedo. A visitarlo y callejearlo. Además para ver sus iglesias, ermitas y zona de parque. Cogimos la calle Mariano D. Berrueta, donde vimos la Librería de lance, pero no encontramos ningún libro que nos interesara. Seguimos por Azabachalería hacia la iglesia de San Martín.
Fachada de San Martín

Capilla de las Ánimas
Se remonta su origen al siglo XI, aunque se rehabilitó, en parte, en los siglos XII y XVI. Tiene planta románica y se encuentra muy cerca de la Plaza Mayor y rodeada de bares y restaurantes. Con la llegada del cister se reforma el templo. Su cabecera es gótico primitivo, poligonal, con grandes ventanales. Se admira en su interior la talla de La Piedad de 1750, salvada de un incendio en el siglo XX. Enfrente se sitúa un retablo barroco con un buen relieve de la Virgen del Carmen.
Detalle Cristo altar Mayor

Retablo barroco

San Martín

Al exterior del edificio nos encontramos con la “capilla del Cristo de fuera de San Martín” o “Cristo de la Buena Muerte”. Este Cristo da nombre a la calle Plegarias, por la que familiares rezaban deseando una “buena muerte” a sus familiares. Al lado, en la Plaza de S. Martín, se encuentra la Casa de las Carnicerías, típica de León, Por calle Zapaterías y Coria llegamos a la calle Carbajalas, donde nos encontramos con la iglesia o Monasterio de Santa maría de Carvajal, de clausura.
Plaza del Grano
A su salida nos encontramos de frente la magnífica y sensacional Plaza del Grano. Conserva todo el encanto de los siglos pasados por ella. Conservando, en perfecta armonía, la iglesia, las casas y la plaza, todo un conjunto realmente maravilloso de ver, pasear y descansar.
Plaza porticada

Plaza porticada del Grano
Se llama del grano porque aquí se vendía todo el grano y otras semillas para la ciudad, en un mercado. Es porticada en algunas cosas, pues otras se han perdido por edificaciones modernas y en el centro se encuentra una fuente con dos niños, que representan los ríos Bernesga y Torío, juntos en la ciudad. Arriba tiene una espadaña y dos escudos de León. Al lado hay otra cruz, más pequeña, de piedra, donde los cofrades cantaban los sábados, la Salve, a la virgen del Mercado, aparecida un 9 de febrero.
Los dos niños de la fuente

Descansando un rato

Dirigimos nuestros pasos hacia la iglesia. Iglesia ubicada en pleno centro de León. Si bien la fábrica más antigua es románica, siglo XII, experimentó importantes reformas y añadidos en los siglos XV, XVI y XVIII.
Parte posterior de la Iglesia del Mercado

Detalle cornisa románica

De los tres ábsides primitivos sólo quedan los dos laterales, con sus bóvedas de horno, capiteles románicos y líneas de imposta decoradas con taqueados, así como los típicos canecillos de la época en la cornisa exterior. El ábside central se demolió en la primera década del siglo XVIII para realizar en su lugar un camarín que permitiera entrar al templo por la parte de atrás, para la veneración de la imagen de la Virgen del Camino, obra del siglo XV. Las naves no conservan la cubierta primitiva, que se supone originalmente de madera.
Puerta principal

Cristo en su interior

Los tramos occidentales se cubrieron con bóvedas de crucería en el siglo XV. Han persistido dos portadas románicas, una en la fachada septentrional y otra al oeste, que quedó englobada en la torre levantada a finales del siglo XVI. Arcos laterales, capilla mayor y campanario de estilo gótico. Su planta es basilical, con una nave central más ancha y dos ábsides laterales. En su exterior, destacan sus formas vegetales, una moldura ajedrezada perimetral y las rejas románicas en los vanos. Tiene una forma original: la altura de las naves va disminuyendo desde la cabecera hasta los pies.
En su interior destaca el retablo barroco, la imagen de la Virgen del Camino, una piedad del siglo XV, el órgano y algunas vidrieras. Tiene planta más ancha en la cabecera que en los pies, lo que puede deberse a ocupar el solar de un edificio anterior o al hecho de levantarse entre las casas de una calle (el aislamiento actual del edificio es producto de derribos fechados entre 1691 y 1976).
Nave central
Entre los años 1366 y 1484, en estilo gótico, se renovaron los arcos de las naves laterales, la capilla mayor, el campanario y el portal que hay bajo el mismo. Aquí se conserva una ménsula representando un obrador de panadería, que se repite en el claustro gótico de la catedral de León.
Detalle figuras

León de la entrada

Durante el Renacimiento construyó la actual torre Felipe de la Cajiga (1598), de la que restan los dos cuerpos bajos. En el siglo XVIII el templo fue renovado: los arcos de la nave central, un chapitel en la torre hoy perdido y el último cuerpo de la misma, obra de Fernando de Compostizo. En 1740 Manuel de la Lastra Alvear construyó el camarín tras el altar mayor que en 1761 se dotó de pinturas murales.
De nuevo en el siglo XIX hubo de rehacerse el edificio: el benedictino Miguel Echano remató los muros laterales y las actuales bóvedas tras el derrumbe de 1853; en 1880 Juan Bautista Lázaro completó la torre. Al estilo modernista (década de 1930) pertenece el chapitel de la torre.
Detalle del ábside románico

Figuras en Virgen del Mercado
El retablo mayor (siglo XVIII) contiene la escultura de la Virgen del Camino (siglo XVI) de gran devoción. Aunque el nombre del templo procede de la ruta jacobea, la tipología de la imagen titular es la Virgen de los Siete Dolores asociada a unos versos del Profeta Jeremías "Vosotros que pasais por el Camino, mirad y ved si hay dolor como mi dolor", culto pasionista propio de la orden franciscana, asentada desde el siglo XIII en el territorio parroquial.

La Piedad de la Iglesia del Mercado.

Los dos altares colaterales son obra de José Suárez Gavilanes y están dedicados a San José (1732) y los Santos Francisco Javier y Eloy (1750).
Parque de S. Francisco. Descanso
Volvimos sobre nuestros pasos y por la calle Trastámara, de recuerdos guerreros, nos dirigimos hacia Calle Fernández Cadómiga  y San Francisco. Nos encontramos en ella parte de restos de muralla de León y cruzando la plaza nos dirigimos hacia la iglesia de San Francisco o de los Padres Capuchinos. Vista la misma, con tranquilidad cruzamos hacia el parque de San Francisco, donde nos sentamos un buen rato. Descansamos, disfrutamos de los olores florales de las plantas y de la tranquilidad del mismo. Bebimos agua en una fuente y dirigimos de nuevos los pasos hacia el Húmedo.
Ss. Francisco

Neptuno en S. Francisco, parque
Por calle Rúa, llegamos hasta un bar, tranquilo, con decoración taurina, nos sentamos en la entrada y nos tomamos una cerveza bien fresquita,
Cervez en el Húmedo, fresquita

Bar con resonancias taurinas.
tranquilos. La mañana iba pasando con tranquilidad, sin prisas, pero sin pausas. El barrio Húmedo, casi lo habíamos andado en su totalidad. El casi que nos faltaba lo haríamos por la tarde.
Ahora tocaba comer y como queríamos hacerlo en la otra parte de León, pasado el río Bernesga y cerca del Parador, cogimos un taxi que nos dejó en la Plaza de San Marcos. A estas alturas nos habíamos dado  cuenta de lo barato que resulta un taxi en León. Más incluso que dos billetes de autobús y con la tranquilidad de no esperar. Inaudito pero perfecto para el turista.
El puente de S. Marcos sobre el río Bernesga
Cruzamos el río Bernesga por el Puente de San Marcos y por el Parque de Quevedo nos dirigimos hacia un bar que nos habían recomendado, Casa Llamas, en la calle de Laureano Díez Canseco. Lo hicimos a través de la calle Hermanos Machado. Comida casera nos dijeron y barata. Ambas cosas ciertas. Unos callos, plato de embutido con chacina, jamón, queso, chorizo, ensalada, vino con gaseosa y una “caña grande” y postre, con café. Todo por un precio de 19’40 euros. Una ganga. Recomendable para los que vayan a León.
Plaza de San Marcelo

Murallas

Dispuesta después de la siesta.
Tranquilamente, después de tan magnífica comida, nos fuimos al Parador. Una buena siesta nos esperaba. Sin prisas.
Levantados de la misma dirigimos nuestros pasos, sin prisas pero sin pausas hacia la Librería de libros de Lance, situada al lado del Bar La Lola. Estuvimos un buen rato mirando varios de ellos y las estanterías, pero no encontramos lo que andábamos buscando. No obstante, alguna compra hicimos. Libros antiguos.
Catedral a la caída de la tarde

Medallón lateral

Puerta lateral. Vista particular
Cerró la librería, y andando nos llegamos como todos los turistas hasta la Plaza San Marcos. Había que comprar algunas cosas, sobre todo Paqui, y yo aproveché para terminar de hacer algunas fotos de la fachada lateral de la catedral.
Vista lateral Catedral León

Vista lateral Catedral León
Desde allí, bajamos por calle Ancha, viendo comercios y la gente, hasta Plaza San Marcelo y por Ordoño II, estuvimos, o mejor- estuvo- Paqui, viendo varias tiendas. La tarde invitaba a ello. Hacia una magnífica temperatura y todo aquello que queríamos ver ya estaba visitado. Alguna compra hizo y con paso cansado nos dirigimos hacia el Parador. Era de noche y estábamos realmente cansados. Pensábamos sobre todo en el día siguiente, Ponferrada, Las Médulas, etc.
San Marcos, de noche

Nuestro segundo día de estancia en León tocaba a su fin y llegó la ansiada ducha y el merecido descanso.
Cándido T. Lorite


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