Dejamos la
Giralda y el Patio de los Naranjos por la Puerta del Perdón y salimos a la
calle Alemanes. Callejeando por la calle francos llegamos a la Plaza de El
Salvador.
La mañana estaba realmente esplendorosa, invitaba a una cerveza en
esa plaza, llena en esos momentos. Decidimos entrar en el Salvador antes de que
cerrara al mediodía y tuviéramos que volver a la tarde, dejando de sitio otros
lugares.
La plaza debe su nombre a la iglesia
de El Salvador,
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El Salvador |
manierista del siglo XVII, que constituye la más grande la
capital, detrás de la catedral. Es una plaza peatonal, abierta al público para
toda clase de actos. En ella se encuentra la estatua dedicada a Martínez
Montañés; se le plantaron naranjos en la década de los 7 y se hizo peatonal en
los 80.
Como segundo templo de la ciudad
tuvo rango de colegiata hasta mediados del siglo XIX, que lo perdió debido a la
desamortización de Mendizábal y la venta de casi todo su patrimonio, Ha tenido
diversas transformaciones y obras; la más importante y que le ha devuelto parte
de su esplendor se realizó desde el año 2003 hasta 2008.
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Calle Sierpes |
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El Salvador, anocheciendo |
El Rey Juan Carlos I y
el Cardenal arzobispo Carlos Amigo Vallejo, en compañía del alcalde y del
Presidente de la Junta, reinauguraron el edificio en septiembre de 2008. Perdió
su carácter parroquial, dejándola en manos de San Isidoro.
Su fachada es manierista, con tres
módulos separados por dobles pilastras, que se repiten en los extremos. Sobre
los módulos se abren tres puertas, siendo la central la más destacada. El
interior tiene tres naves casi iguales; la central con bóveda caída, con un
crucero de tambor poligonal.
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El Cristo del Amor |
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La Virgen |
En su interior tiene 14 retablos.
Los nombres en internet. Destacar: El Retablo del Cristo Amor y el Retablo de
la Virgen de las Aguas. Procesiona el Cristo del Amor el Domingo de Ramos Y
Jesús de la pasión, el Jueves Santo. Cuando estuvimos el Cristo del Amor estaba
expuesto delate del Altar mayor, en la nave central, en un altar realmente
precioso, con adornos florales.
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El Cristo del Amor |
Salimos a la plaza. Una cerveza nos estaba esperando
en el bar de enfrente,
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Lugar idóneo para una cerveza. |
fresquita con unas papas fritas, que le apetecieron a mi
mujer. Continuamos andando, pues buscábamos un lugar para comer tranquilamente,
sin prisas, pero cerca del hotel en Reyes Católicos y descansar después un
rato. Lo encontramos en la calle Zaragoza, a buen precio y comida excelente.
Descanso, siesta reparadora y al camino de nuevo.
Dirigimos nuestros pasos hacia la
Plaza de la Encarnación. Ya la habíamos visto la noche anterior, iluminada y
dejamos su visita para hoy. Sacamos las entradas correspondientes, que iban
acompañadas de una consumición en un bar de la plaza cuando termináramos la
visita.
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"Las setas" de noche |
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"Las setas" de día |
Excelente idea. Cogimos el ascensor y allá que nos subimos a las
“Setas”. Desde el comienzo de su construcción no me gustaron y ahora, después
de varias veces de ir a Sevilla y “pasar” de ellas, estamos en la parte
superior. Las vistas son magníficas, pero no terminan de gustarme las dichosas
“setas” y el lugar en el que se encuentran, emblemático para Sevilla. Hay para
todos los gustos; unos sí, otros, no. Yo, de los segundos.
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Vista de Sevilla desde las "setas" |
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Paseando por las "setas" |
Nos dimos un paseo por la parte
superior, hicimos una serie de fotos, para la posteridad y de recuerdo de
nuestra estancia en ella. Bajamos y en la plaza nos tomamos una cerveza bien
fresquita. Festivo, estaba la plaza hasta los “topes” como solemos decir. Más o
menos como Sevilla. Llena de gente en la calle, comprando, gastando, viendo. En
definitiva, de puente del Día de Andalucía.
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Sevilla desde las "setas" |
Después nos dedicamos a callejear
por Sevilla, sin prisa; cogidos de la mano, disfrutando de las cosas que
veíamos y de nosotros mismos.
La Campana estaba de bote en bote, con sus dulces
y sus nazarenos de chocolate.
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Calle Sierpes |
Sierpes era un hervidero de gente. La plaza del
Ayuntamiento ya se estaba preparando para colocar las tribunas para la Semana
Santa y en Plaza Nueva,
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Ayuntamiento |
los niños jugaban tranquilamente. Por Colón llegamos a
Plaza de Virgen de los Reyes. Iluminada la catedral con las luces de la noche
parecía otra muy distinta a la que habíamos visto durante la mañana, con los
primeros rayos de sol, iluminando su fachada.
Andando con tranquilidad por calle
Zaragoza, de nuevo, ya tarde nos fuimos en busca de un lugar donde tomar una
cerveza fresquita, unas tapas y dormir. Lo encontramos justo enfrente del hotel
donde nos hospedamos. Una ducha, descanso y al día siguiente, para Córdoba.
Cándido T.
Lorite
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