lunes, 4 de mayo de 2015

CÓRDOBA. PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Puente de Andalucía. Un 28 de febrero y nos plantamos en Córdoba procedentes de Sevilla. Una mañana espléndida nos recibió, como se suele decir a los sones del Himno de Andalucía. Pronto llegamos al hotel, cercano a la Plaza de la Corredera.
Restos romanos en el hotel.
Como se portaron muy bien con nosotros, diré el nombre del mismo, Patios de Córdoba.
Restos romanos en el hotel.
Nos llevamos una sorpresa muy agradable, aunque ya lo había visto a través de internet, en la página del hotel. Las vistas en el mismo hotel de los pocos restos romanos que existen en la ciudad. Bastantes de ellos se encuentran en el suelo del hotel y se pueden admirar tranquilamente, pues el hotel ha sabido conservar, perfectamente, lo antiguo y mezclarlo, con la comodidad de lo nuevo.
            Dejamos el coche y nos dispusimos a visitar el Alcázar de los Reyes Católicos.
Vista lateral del Alcázar Cordobés
Como era el Día de Andalucía,
Gruta

Restos romanos en el Alcázar cordobés
la entrada al mismo era gratuita. Había mucha gente, pero se pudo visitar con bastante tranquilidad. Todos los espacios estaban abiertos y a disposición del público.
       Los jardines del Alcázar lindan con las Caballerizas Reales, fundadas por orden de Felipe II en 1570. Ocupan una gran extensión de 55.000 m2 al sur del Alcázar donde anteriormente se encontraba la huerta real, y son de nuevo trazado, pues se remodelaron en el siglo XX. En el trazado destaca un eje longitudinal creado por albercas rectangulares, utilizadas antiguamente para regar las huertas, a cuyos lados hay alineaciones de naranjos y parterres de flor. Había rosales y pensamientos o violas tricolor.
Cipreses perfectamente alineados
Hay un contraste perfecto entre lo ordenado de las formas geométricas con las masas arbustivas de flores de aspecto más informal y silvestre.
Jardines

Jardines altos
 
Foto para la posteridad

Alberca longitudinal

Vista de los jardines del alcázar

            La parte baja es lo que se llama el Jardín Medio. Es donde se encuentra la grupo escultórico de los Reyes Católicos con Cristóbal Colón. La alineación de cipreses era perfecta. Aporta mucha monumentalidad al conjunto y crea unas perspectivas espectaculares. En los cuadros de plantación con bordura de boj hay plantaciones de flores de todos los tipos.
            En el año 1994 la mitad del sur del centro histórico de Córdoba fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Actualmente se celebran obras civiles en los jardines, que los iluminan por la noche. 
Los Reyes Católicos y Colón
         
El jardín y la belleza de mi mujer.
   Terminamos la visita subiendo a la parte alta, sin llegar a subir a la torre. Demasiada gente subiendo y bajando, entre el griterío de los niños. Alguien debería indicarles que hay que saber comportarse en ciertos lugares; sobre todo si hay mucha gente a la que se puede molestar.
            Nos dispusimos a caminar hacia el hotel; bordeamos la Mezquita-Catedral, esa que algunos quieren que se pueda utilizar como rezo para el musulmán. No aprenderemos nunca que el buenismo en religión, como en política, no existe. Si ellos no nos permiten a los católicos (no solo no nos permiten, sino que nos matan), ejercer y rezar como tales en su países, ¿por qué hemos de permitir a ellos hacerlo en el nuestro? Lo dicho, no aprenderemos nunca.
Calle de Córdoba


Calle de Córdoba

            Entramos en la judería y por las calles Deanes, Blanco Hernández, Juan Valera, Sta. Victoria, Pompeyos  llegamos al hotel en diario de Córdoba. Al lado del mismo, en un restaurante muy conocido en la zona, comimos y nos fuimos a descansar. Nos levantamos descansados y retomamos la visita a la ciudad. Como teníamos la visita  a la mezquita Catedral nocturna decidimos dar un paseo por Córdoba, sin prisas, pero sin pausas. El título de ¿llana?
¿Llana?

¿Llana?
Viene a cuento porque desde el rio hasta la Plaza de las Tendillas, la ciudad es un continuo subir, en cuesta. Que luego hay que bajar. Por Claudio Marcelo estuvimos viendo las ruinas romanas que se descubrieron en la ciudad cuando se hicieron las obras de edificación del nuevo ayuntamiento. A alguien se le ocurrió poner allí una serie de columnas, que los turistas han terminado por creer que estaban allí, desde la época romana. Nada más incierto. Se descubrieron en el subsuelo parte de la ciudad antigua, que queda a la vista de los turistas y paseantes, y colocaron las columnas para darle un cierto aire de templo romano a lo que allí quedaba. Queda bonito, pero no es original. Las cosas claras.
¿Ruinas romanas?

            Subimos la cuesta hasta la Plaza de las Tendillas y allí nos encontramos con la estatua del Gran Capitán, Fernández de Córdoba. Tiene una cabeza muy epqueña, en comparación con el cuerpo. La explicación de una guía nocturna, que tuvimos el domingo por la noche, nos dijo que se la hicieron así, por semejanza a la del Gran Lagartijo, torero cordobés, por no se conocía la cabeza del Gran Capitán. Cosa que no es cierta.
El Gran Capitán

Plaza de Las Tendillas.
La cabeza fue arrancada por gamberros, o por quien fuera; se la quedó en su casa o la destrozarían. La cuestión es que le hicieron una más pequeña que es el “hazmerreir” de la gente que la ve. Una cosa es lo que te cuentan y otra lo que sucedió realmente y dicen los cordobeses.
            La Plaza de las Tendillas es el centro comercial de la Córdoba moderna. Llamada así por ser el lugar donde se ponían en la antigüedad las tiendas pequeñas; estaba en el extrarradio, pero con los años se convirtió en el centro de la ciudad. Bajamos por Jesús María, sin desviarnos un ápice hasta toparnos con la Mezquita Catedral.
Triunfo de San Rafael. Custodio de Córdoba
La sorteamos y llegamos hasta el Triunfo de San Rafael. Una especie de monumento típico cordobés, dedicado al Arcángel San Rafael, custodio que no patrón, de la ciudad. Es quizá, junto al que existe en el Puente Romano, de los más conocidos, entre los diez existentes en la ciudad.
            Nos adentramos en el Puente Romano.
Arco al lado del Puente Romano.
Ha sufrido en los últimos años un cambio que, a muchos turistas, incluido un servidor, no le gusta. Hubiera bastado con lo que se hizo: Una limpieza en profundidad del puente y de sus aledaños; prohibición de circulación por el puente y cuidado diario del mismo. ¿A qué cambiar, dejando en el subsuelo, debajo, las piedras originales?
Vista de la Mezquita Catedral y Puente romano

Torre de La Calahorra

Una calzada romana moderna.
Si han durado siglos, ¿por qué no iban a durar otros tantos? En este lugar se encuentra un arco, no original de ninguna época. Moderno, aunque con los pilares antiguos, aunque da el pego bastante bien. Nos hicimos las fotos de rigor, entre nosotros y al río, bastante menguado de agua. Nos dirigimos hacia el otro lado, hacia la Torre de La Calahorra. Declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1931.
Noria árabe en el río guadalquivir
Fue reformada por Enrique II de Trastamara para defenderse de su hermano Pedro I de Castilla. A las dos torres existentes se le añade una tercera, unidas por dos cilindros con la misma altura. El conjunto queda muy defensivo, como era el lugar, puerta de entrada a Córdoba. Fue restaurada, arreglada y limpiada en el año 2007 ella y su entorno, con un gasto de más de 2’5 millones de euros.
Empezando a anochecer sobre la Mezquita Catedral

            Volvimos al lado de la Mezquita Catedral porque a las nueve de la noche teníamos un pase nocturno al interior de la misma. Un poco cara. No nos permitieron hacer fotos, cosa rara, pues si lo permiten de día, ¿por qué no de noche? El espectáculo del interior de la Mezquita Catedral iluminada por tenues luces fue realmente impresionante. La visión que teníamos de ella, de día, era totalmente diferente de noche, aún siendo la misma. Mereció la pena gastarse el dinero que nos costó.
Mezquita Catedral

Mezquita Catedral

Torre de la Mezquita Catedral

Torre mezquita Catedral. Córdoba

Palmera de Patio Naranjos

Interior Mezquita Catedral

Mezquita Catedral

Mezquita Catedral

Mezquita Catedral

Mezquita Catedral

Detalle

            A la salida, cansados, cogimos un taxi que nos llevó hasta el hotel. En la Plaza de La Corredera, en un bar abierto, de los que había, cenamos tranquilamente. A eso de las 12 de la noche estábamos descansando en nuestra habitación.
Bar para cerveza

Plaza para cenar
Al día siguiente nos esperaba un día duro de andar.
     



Cándido T. Lorite

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