miércoles, 20 de septiembre de 2023

SUR DE GALICIA Y NORTE DE PORTUGAL. TORO, ZAMORA

 

 





 

Después de visitar Chavez, hacia el mediodía, salimos de la ciudad con dirección a Toro, Zamora. El motivo de la visita no era otro que conseguir encontrar abierta la Colegiata de Santa María la Mayor y poder disfrutar de su Portada, en el interior, del Pórtico de la Majestad.

Llegamos al hotel, Juan II, buena relación calidad-precio, al lado mismo de la Colegiata, justo a la hora de comer. Nos dirigimos directamente al comedor y nos tomamos un buen chuletón a la brasa, con pimientos y patatas, que estaba magnífico. Dejamos la maleta en la habitación y nos fuimos directamente a La Colegiata. Estaba abierta, por ser domingo y pudimos disfrutarla, tranquilamente.

La Colegiata es de estilo románico tardío y gótico. Su construcción se llevó a cabo desde el último tercio del siglo XII (alrededor de 1170), en tiempos del reinado de Fernando II de León, hasta bien entrado el XIII. Posee tres naves y crucero rematado por un cimborrio, y su portada septentrional es una de las más notables aportaciones del románico de los siglos XII y XIII.

Se pueden distinguir dos épocas: un primer maestro utiliza piedra caliza clara, creando un estilo románico evolucionado; y el segundo maestro, que finaliza la construcción y cubre el templo, que emplea piedra arenisca rojiza y elementos arquitectónicos románicos menos evolucionados.

Son significativas las portadas. La portada norte de la Colegiata de Toro nos muestra al Cristo en Majestad junto a la Virgen, San Juan y los 24 ancianos de la Apocalipsis, en una representación del Juicio Final. La portada sur es más sencilla. Pero entre todas destaca la PORTADA DE LA MAJESTAD, una de las más afamadas portadas de la arquitectura gótica española. fue labrada y policromada en el último cuarto del siglo XIII. Muy interesante es el rico muestrario de instrumentos musicales tañidos por los Ancianos del Apocalipsis en torno a una manifestación de la divinidad de Cristo, la Virgen y Juan.



El museo de la Colegiata, ubicado en la sacristía, conserva importantes obras de arte, como un calvario de marfil y carey de escuela italiana o un relieve de alabastro que representa la adoración de los Reyes Magos. En cuanto a pintura, sobresale la excelente tabla flamenca de la Virgen de la Mosca, del círculo de Jan Gossaert.

Después de fotografiarla a conciencia, nos dirigimos hacia El Alcázar, situado a no más de 200 metros.


Lo hicimos a través de la calle Comedias. Legamos a una amplia plaza, con el Alcázar a la derecha y enfrente nuestro. Al lado mismo se encontraba



la iglesia de San Agustín, una de las muchas que hay en la ciudad de Toro; estaba cerrada y no pudimos visitarla. Una pena, porque la traza es buena.

Nos dirigimos por el Parque de San Agustín a la calle Botellos y de ahí a la iglesia de San Lorenzo el Real. De estilo mudéjar tiene un ábside precioso. Igualmente, cerrada. Era domingo por la tarde y nada abierto. De estilo románico- mudéjar viene a ser una de las más antiguas de Toro, s. XIII. Tiene una sola nave centra, con artesonado mudéjar, según prospecto.

 Por la calle del mismo nombre llegamos a la calle Real, que sí tenía algo de animación, en las terrazas de algunos bares abiertos. El día estaba un poco nublado y la temperatura algo fresca.

Seguimos por la calle hasta llegar a la Torre del Reloj, una de las puertas de entrada a la ciudad antigua.  Este reloj que encontramos en esta sorprendente torre lleva dando la hora en Toro desde mediados del siglo XVI. Esa es la fecha en la que se construyó.


Bien es cierto que tiempo después, durante el reinado de Felipe V, se realizaron una serie de modificaciones respecto a su estructura original. Por lo tanto, en el año 1719, se terminaron esas obras por las que a la Torre se le dio esa forma con la que conocemos en la actualidad.

Algo más alejada nos encontramos en la Plaza de la Paja con la iglesia de San Sebastián de los Caballeros.


Se encuentra en torno al primer recinto amurallado. Es una zona céntrica próxima a la Plaza Mayor y se llega a través del Arco del Postigo.

Fue parroquia desde el s. XII hasta 1806. Sería de ladrillo, de estilo románico-mudéjar, aunque fue reconstruida a principios del s. XVI. La torre fue acabada en 1563, pero una posterior reconstrucción, terminó por ser la ruina de la iglesia. Una pena.

Ya era bastante tarde. Volvimos hacia la calle real y allí, cómodamente sentados nos tomamos un par de cervezas con una buena tapa. Esperamos a que se hiciera de noche para fotografiar la Colegiata y nos fuimos al hotel. Una ducha reparadora y, al día siguiente, cogimos el camino para Bailén; pero con parada en Arévalo.

Cándido Lorite

9_04_2022

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