Con
motivo de los diez de nuestro matrimonio, organicé para nosotros, un viaje de
vuelta a la ciudad de Roma. Algunas cosas se nos quedaron por ver, caminar,
admirar y este fue el motivo del viaje a la Ciudad Eterna, Roma. Iniciamos el
viaje el 16 de octubre y volvimos el 24 del mismo mes.
Unos
datos sobre la ciudad de roma, siempre son convenientes, para todos aquellos
que se dirijan a esta ciudad. Fuera de España hay que tener precauciones.
Datos de interés para viajeros españoles en Roma:
Teléfonos:
Prefijo de Roma: 0039
Ambulancia: 118
Policía: 113.
Embajada española: (0039) 0668440401 y en el Palacio Farnese
Oficina de turismo de España: Plaza de España, 55; (0039)
066783106
Aparte de estos datos hay uno de especial
interés para todos aquellos que se desplacen a Roma. Hace ocho años en muchos
lugares de roma no se admitían tarjetas de crédito para el pago por los
servicios. Afortunadamente esto ha cambiado y el 90% de los establecimientos te
admiten casi toda clase de tarjetas.
El metro de Roma es bastante sucio, sobre
todo la Línea B, la que apenas usan los visitantes. La línea A por usarla más
los turistas está en mejores condiciones. Se está construyendo una tercera
línea, la CC; pero aún no esta en servicio. Quizá para Navidad o año 2020, lo
esté. Como contraprestación existe una red de autobuses y tranvía muy efectivo.
Tan efectivo que nos hemos quedado de piedra. Todos los viajeros de autobuses y
tranvías de la ciudad de Roma, NO PAGAN EL BILLETE. Entran por cualquier
puerta, se sientan y cuando llega el final de su trayecto se baja y, como
decimos en España, aquí paz y después gloria. Los únicos que pagamos o al
menos, los que hemos visto que pagan, somos los turistas, sean de la
nacionalidad que sean. Será porque estamos acostumbrados a pagar cada vez que
nos subimos en el metro y el autobús. Es increíble.
Te dicen que si te coge el inspector te
pone una multa de 100€, pero ¿qué turista va a pagar la multa y dónde si no lo
hacen los propios romanos?. Debe ser una de las características de los romanos
y así le va a Italia.
Otra cosa fundamental para los visitantes
o turistas es que la mayor parte de las cosas o monumentos se han de ver a pie,
con lo que el cansancio es mayúsculo. Se bebe mucha agua y se echa fuera, lo
que es otro problema. No hay lugares donde hacer una micción, o una “meada” o
“mear” u “orinar”; llámelo cada uno como quiera, pero es realmente difícil. Hay
algunas estaciones de metro, como Coliseo que tiene aseos dentro de la
estación. La mayoría de monumentos los tienen, pero una vez en la calle lo
tienes muy crudo. ¿Consecuencia? Mucha gente lo hace en los jardines, o detrás
de un árbol o en alguna calleja vacía. No hay aseos públicos como los hay en
París o Lisboa, o Londres o cualquier otra ciudad europea. Y es un problema
para los turistas. Aunque algunos bares te dejan entrar siempre y cuando lo
pidas con educación y consumas alguna cosa. Por cierto, compren una botella de
agua pequeña, en un súper y luego, la rellenan con el agua de los montones de
fuentes que hay en Roma. El agua es potable, fresquita y en la zona de Via
Apia, puede que salga ¡Hasta con gas!. No es broma. Eso sí, bajo ninguna
circunstancia paguen los dos euros que les piden por una botella pequeña. Es un
robo.
El metro hay que tomarlo con calma;
también te puedes ”colar”, aunque lo normal es que la mayoría de turistas se
compran una Roma Pass, tarjeta que se compra en estancos, quioscos, oficinas de
turismo, etc. Valen 25€ cada una pero sirven para ver museos, la mayoría de
ellos, Monumentos y lugares de interés. Hay una lista de ellos cuando la compras,
te duran tres días y la entrada a los dos primeros es gratis. La enseñas en el
metro o en el autobús y no has de pagar por montarte. Para amortizarla sólo
basta una cosa: has de ver muchas cosas y andar mucho, pero compensa, pues las
entradas a los monumentos cuestan bastante dinero.
Si no quieres hacerlo asi, te puedes
comprar, como hemos hecho nosotros un billete, CIS, de una semana para autobús,
metro y tranvía, montándote todas y cuantas veces quieras. Cuestan 14 euros y
se compran en metros, quioscos, Oficinas de Turismo, etc.
Tengan cuidado, mucho cuidado con los carteristas;
sobre todo en colas y grandes aglomeraciones. Los romanos están hartos de tanto
turista y ellos van a lo suyo. ¿Qué quiere decir esto? Que, aunque tú, como
turista no tengas prisa, ellos sí la tienen para llegar a su trabajo y andan,
dando empujones a la gente. Normal. No se lo tengan en cuenta. Están en su
ciudad, nosotros vamos a disfrutarla y ellos, a sufrirla.
¡Ah!, se me olvidaba. Cuidado con los
bares y restaurantes de Roma. Hay algunos de ellos que ponen los precios de la
comida, pero no la de la bebida. ¿Porqué lo digo?. Por que en la Plaza Venecia,
hay un bar que se llama Brasil, donde estuvimos comiendo el viernes. La lasaña
y los canelones que nos comimos eran "relativamente baratos" (17€
ambos platos), pero pedimos dos cervezas, una con alcohol y otra sin alcohol y
nos cobraron 15'50€ por las dos. Como no tenía puesto el precio no hubo motivo
para reclamar. Así que ya saben los turistas que lean este blog. Pidan el
precio de las cosas antes de tomarlas.
Solo me queda desearles que su visita a
Roma sea tan bonita e interesante como la que nosotros hemos tenido.
Cándido T. Lorite
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