Era un día caluroso en nuestra tierra Bailén, un 19 de julio, día principal para el pueblo, pues son sus fiestas. Se celebran con motivo de la victoria del General Reding sobre el general Dupont, francés, en la que fue la primera derrota de los ejércitos napoleónicos en tierra abierta. Aprovechamos la fiesta para visitar Segovia y dedicarle aunque fueran un par de días. Se necesitan más pero el tiempo es fundamental. Preparé la visita con todo el amor del mundo, para que mi mujer no se perdiera ningún detalle de la ciudad.
Salimos, temprano, muy temprano de Bailén. Apenas amanecía cuando ya estábamos en carretera. El camino era largo, cuatro horas y había que estar temprano en Segovia, para no perder ni un minuto de tiempo. Llegamos hacia las 10 de la mañana y en vez de dirigirnos directamente al hotel, emplazado en la Plaza Mayor , nos dirigimos hacia las iglesias y monumentos situados en el extrarradio; de esta manera tan simple, evitábamos el calor del mediodía y el tener que andar subiendo las cuestas que hay desde la Iglesia de la Vera-Cruz hasta el Alcázar. Los que conocen Segovia saben a qué me refiero. Lo primero que nos encontramos fue la iglesia románica del s. XII, San Lorenzo, situada en la Plaza del mismo nombre y cerca del hospital.. Esta iglesia está construida sobre otra anterior, mozárabe, aunque no hay restos de la misma. Tiene una nave central y tres ábsides. En su interior alberga un interesante tríptico renacentista y un artesonado mudéjar. La misa estaba a punto de terminar y no puede hacer muchas fotos de su interior. Alguna, sin flash queda hecha. Lo que sí hice, como de costumbre es de exterior, de su magnífica torre y claustro exterior.
Nos dirigimos siguiendo la calle Paseo de Santo Domingo de Guzmán o de Sta. María la Real de Nieva, que es su nombre actual, hacia el Monasterio de Santa Cruz la Real , hoy en día, dedicada a la Universidad de Segovia. Entramos en ella y pudimos ver lo que nos dejaron. Nuestra intención era ver la capilla de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores (dominicos). En la universidad nos dijeron que la llave para entrar la teníamos que pedir en el convento de las dominicas, en Segovia, situado en la calle de S. Nicolás y cerca de la Torre de Hércules. Allá fuimos y después nos dirigimos hacia la capilla de Santo Domingo. La fachada es de estilo isabelino con un medio relieve del santo. En la cueva, propiamente dicha, que está en la segunda capilla hay una amplia decoración de hojarasca y una pequeña cueva, rupestre, donde se ha colocado la imagen del santo, en actitud penitencial y otra, de pie, en actitud amable y leyendo un libro. La desamortización del siglo XIX, hizo que decayera esta cueva, pero no las dos imágenes descritas. El monasterio en sí, es del siglo XII-XV, románico en sus inicios y reedificado por los Reyes Católicos para honrar al santo, Domingo de Guzmán. La portada es gótica de Juan Guas. Más tarde devolvimos las llaves.
Dirigimos nuestros pasos, en este caso el coche, hacia la iglesia de la Vera Cruz. Todo lo que yo pueda decir de esta magnífica iglesia está escrito en Internet. Dejo un plano y fotos de la misma. Una pequeña descripción como que es del siglo XII y que su construcción se atribuye a la Orden del Santo Sepulcro. Tiene una estructura realmente original, de forma dodecagonal, en torno a un edículo central, con tres ábsides e inspirada en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. La torre y el cuarto ábside se hicieron posteriormente Tiene fragmentos de pinturas murales. Conservó durante años un trozo del Lignum Crucis y actualmente pertenece a la Orden de Malta. El retablo de la Resurrección que estaba en el ábside central es de la escuela castellana, de 1516, con escenas de Cristo El edículo (templete que sirve de relicario o tabernáculo) tiene una cúpula califal, igual a la de San Martín, con una mesa de altar de arte mudéjar. Se utilizaba para que los caballeros velaran armas antes de su cruzamiento. Desde el Alcázar tiene una vista realmente impresionante. La puerta principal tiene unas arquivoltas de un trazo muy bello. En definitiva una magnífica obra románica.
Andando unos 500 metros nos dirigimos al Convento de Carmelitas Descalzos. Iglesia del siglo XVI fue fundado por San Juan de la Cruz, y aquí se encuentra enterrado el santo, o ”mi medio fraile” como le decía Santa Teresa de Jesús. Se conserva el ciprés plantado por el santo en la ermita donde hacia retiro espiritual. Fue visitada por Juan Pablo II en uno de sus viajes a España. Tiene una urna funeraria situada en un mausoleo, en alto, para que se pueda ver bien. Es rica, pero no suntuosa.
A unos 100 metros y, en medio de una frondosa arboleda y jardín, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Fuencisla, Patrona de la Segovia y su tierra. Construido entre finales del XVI y principios del XVII, tiene una reja labrada, donada por el gremio de cardar y apartar la lana. Tiene, en el lado de la carretera de Arévalo, una puerta de entrada a Segovia, llamada Puerta de Fuencisla.
Cogimos de nuevo el coche y al final de la calle de El Parral, nos encontramos con el Monasterio de Santa María del Parral, perteneciente a la jerónimos. Su construcción data del siglo XV. Y fue una fundación del rey Enrique IV. Tiene una estructura de nave con cabecera poligonal. La torre es plateresca, de Juan Campero. Inspirada en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Tiene cuatro claustros, aunque no todos son visitables: El de la Hospedería, el de la Enfermería, el de la Portería y el principal. Actualmente es la Casa madre de la Orden Jerónima.
Las doce del mediodía y la visita a las iglesias situadas en el arrabal, las afueras, de Segovia, había terminado y de esta manera ya no tendríamos que bajar a visitarlas con el calor de la tarde segoviana. Un acierto.
Cándido T. Lorite
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