lunes, 28 de marzo de 2011

FIN DEL VIAJE A BARCELONA

Después de nuestra agotadora visita a Barcelona, contaré la anécdota que indicaba en el primero de estos artículos de viaje dedicados a la ciudad condal. Digo que nos alojamos en el hotel Barceló Sants, por tener aparcamiento- eso sí al aire libre-, estar encima del metro y ser más cómodo para los desplazamientos. Cuando la tarde del día anterior a nuestra marcha me dirigí a mi coche vi que tenía una “rallazo”, de color rojo, en la parte derecha del conductor que cuando entré no tenía. Me dirigí al gerente y le indiqué el suceso, diciéndole que mirara las cámaras de seguridad, pues cuando dejé el coche no lo tenía. Como así lo atestiguaron las mismas cámaras. Quería saber el autor de dicha “raja”, antes de marcharme y denunciarlo ante la autoridad competente. Me dijeron que me avisarían antes de irme. La imagen del hotel no es mía, es de internet, pero indica, viendo el coche de color blanco, dónde se encontraba el mío. Terminé de visitar Barcelona por la tarde, y cuando de nuevo me encontré en el hotel, llamé al gerente y me dijo que no había visto nada anormal en las cámaras. Sin más dilaciones les pedí una hoja de reclamaciones y me la entregaron sólo en catalán. Les dije que la quería en español y si no tenía, en los dos idiomas cooficiales de Cataluña; me dicen que no hay y ante mi insistencia de que si no me la dan les voy a denunciar por incumplimiento del estatuto ante la comisaría de policía que hay justo debajo, me sacan una en los dos idiomas y antes de poner la reclamación me indican que si no la pongo me darían gratis la estancia del coche en el parking. Precio, tres días a 29 €, un total de 87 €. Mi mujer, Paqui, prudente donde las haya, me dice que acepte y que nos vayamos. Le hago caso y nos vamos de Barcelona con el regusto amargo de que las cosas no se hacen bien en Barcelona en algunos aspectos. No quería dejar pasar la anécdota, mala, que nos pasó en nuestra estancia. Cándido T. Lorite.

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