Coto Las Canteras |
Iglesia de La encarnación |
Salimos de Bailén, hacia Osuna, hacia las 8’15 h. Y después de un rato en la carretera, nos paramos a desayunar en un área de servicio, un buen desayuno que nos dio fuerzas para hacer el camino hasta Osuna. Llegamos a la misma hacia las 10’45 h; dejamos las maletas en el hotel y nos fuimos directos a El Coto de Las Canteras. Sobre una colina, a media ladera, dominando un amplio paisaje de campiña. Esa elevación se conforma sobre un sustrato rocoso de areniscas calcáreas, que aflora en diferentes puntos del territorio. Esa piedra ha servido desde la antigüedad más remota a los habitantes de esta zona para construir sus edificios. Desde hace milenios, el promontorio más elevado ha servido para suministrar los sillares con los que se han levantado casas, palacios, iglesias…
Es así que el lugar recibe el nombre de Cerro de las Canteras. Su color ocre y su porosa textura han prestado su colorido y sabor a la ciudad desde los turdetanos hasta mediados del siglo XX.
Estos terrenos de la antigua Urso, de donde se extraía la piedra para las construcciones desde antes de la ocupación romana, es también conocida como la Petra de Andalucía por sus espectaculares relieves en piedra. Sin duda este sustrato rocoso ha sido empleado como cantera de piedra de manera continuada al menos desde época turdetana, aunque parece que su explotación debió intensificarse a raíz de la importante labor constructiva desarrollada por el IV conde de Ureña en el siglo XVI, hasta la década de los años 60 del siglo pasado que se deja de trabajar en ella.
En el mismo borde de un precipicio abierto por los canteros, quedan las ruinas de lo que hasta el siglo pasado fue la ermita de la Vía Sacra. Hoy, estos lugares son prácticamente no visitables, debido a la enorme suciedad, de todo tipo acumuladas en ella y a las ruinas totales en que se encuentran, la ermita y los alrededores Se levantó a mediados del XVII y en ella finalizaba el Vía Crucis. Junto a ella, a modo de capilla, permanecen los restos de unas tumbas excavadas en la roca, siguiendo el modelo de la necrópolis. Si se pueden visitar, aunque sin excesos la Necrópolis Romana. Dejamos la zona y nos fuimos a visitar la Colegiata, el Monasterio de La encarnación el Museo Arqueológico. La entrada conjunta es de 9 euros. Pero, y, aquí empiezan los PEROS de la visita a Osuna, las visitas han de ser guiadas. O sea, individualmente no se puede entrar a visitar la colegiata, sino en los horarios establecidos (los cuales coloco para conocimiento general de los
En el mismo borde de un precipicio abierto por los canteros, quedan las ruinas de lo que hasta el siglo pasado fue la ermita de la Vía Sacra. Hoy, estos lugares son prácticamente no visitables, debido a la enorme suciedad, de todo tipo acumuladas en ella y a las ruinas totales en que se encuentran, la ermita y los alrededores Se levantó a mediados del XVII y en ella finalizaba el Vía Crucis. Junto a ella, a modo de capilla, permanecen los restos de unas tumbas excavadas en la roca, siguiendo el modelo de la necrópolis. Si se pueden visitar, aunque sin excesos la Necrópolis Romana. Dejamos la zona y nos fuimos a visitar la Colegiata, el Monasterio de La encarnación el Museo Arqueológico. La entrada conjunta es de 9 euros. Pero, y, aquí empiezan los PEROS de la visita a Osuna, las visitas han de ser guiadas. O sea, individualmente no se puede entrar a visitar la colegiata, sino en los horarios establecidos (los cuales coloco para conocimiento general de los
No nos fuéramos a perder o “coger” algo que no fuera nuestro. Aparte de las explicaciones, muy propias de un guía que se lo aprendido de memoria y lo suelta como un papagayo. La información que dejamos es: La Colegiata de Osuna se encuentra en un edificio renacentista en el municipio sevillano de Osuna, que vino a sustituir a la antigua parroquia medieval, alberga una de las colecciones de pintura más interesantes del Barroco. La Insigne Iglesia Colegial está construida en cantería, destacando de sus tres portadas la llamada Puerta del Sol, decorada con grutescos y medallones. En su interior se expone una talla de Juan de Mesa, valiosas tablas flamencas del s.XVI, interesantes piezas de orfebrería y una magnífica colección de pinturas de José de Ribera (el ). El Museo de Arte Sacro tiene en sí mismo tres áreas expositivas: la propia iglesia, el museo de arte sacro en la sacristía y la Capilla del Sepulcro. (Dejo numerosas muestras fotográficas de la visita). Nos fuimos al hotel, la Hospedería del Monasterio, dejamos las maletas en la habitación y cogimos el coche para ir a comer. Lo hicimos en un bar restaurante situado en el interior de un pasaje, enfrente del Hospìtal, en la Avda. de la constitución, esquina calle Rector López Aparicio. Comimos magníficamente, nos atendieron muy bien y la comida esta excelente. El precio, para la comida, fue muy barato. Muy recomendable para los que visiten Osuna, aunque tengan que desplazarse un poco. Por la calle citada y siguiendo siempre la dirección que te obliga, llegamos hasta el hotel. Una buena siesta reparadora. Cogimos de nuevo el coche y conseguimos aparcarlo, con muchísima suerte, al lado del antiguo hospital, en pleno centro. Y sin zona azul ni nada. Suerte.
Visitamos el antiguo Hospital, Hoy Pósito Municipal y, al lado, en el Tetuán Bar nos tomamos un excelente café. Y nos adentramos en la calle S, Pedro, considerada una de las calles más bonitas de la zona. Palacios y casas señoriales y de nobleza, ocupan casi toda la calle. Una característica fundamental de esta calle, como la de calle Sevilla, es que todas las casas tienen marquesinas, con celosías, a la al altura de la calle, lo que le da un aire ciertamente andaluz y muy del siglo XVIII y XIX. El mejor lugar para apreciar la grandeza y la furia constructora promovida por los duques a lo largo de la historia es la calle San Pedro, una galería de grandes casonas y palacios que nos muestran la evolución de casi todos los estilos arquitectónicos que se dieron en España. Por este motivo, se la considera un museo de arquitectura al aire libre. La calle San Pedro es un monumento de piedra y arte. Ancha, recta, elevada en pendiente desde su mitad, en sus aceras se alinean palacios y casas solariegas de gran suntuosidad. Destacan las casas con portadas de recuerdos clasistas, los potentes escudos heráldicos y las labores de forja de sus balcones. La joya de la calle es el palacio de los marqueses de la Gomera, inmenso y de imponente fachada. Sin embargo, cabe mencionar otros edificios como la Cilla del Cabildo, construida en el siglo XVIII, el palacio de los Cepeda, del mismo siglo y marcado estilo barroco, que actualmente alberga los juzgados y un casi interminable catálogo de casas y casonas de todo tamaño y estilo que hicieron que la Unesco considerara esta vía como una de las más bellas de Europa. La calle San Pedro es tan hermosa desde el punto de vista fotográfico que ha atraído el interés de importantes directores de cine, siendo elegida como plató de producciones tan reconocidas como Carmen, de Vicente Aranda o Engaños, de Álvaro Begines; incluso el director italiano Franco Zeffirelli la eligió, por su elegancia y carga histórica, como escenario del rodaje de su película sobre la vida de la soprano griega María Callas. Al final de la calle y en la Plaza de S. Juan XXII,
Nos encontramos la iglesia de S. Pedro, cerrada. Solo se abre en horario de culto o misa. Continuamos por la calle Carmen para adentrarnos en la calle Sevilla. Paralela a la calle San Pedro, monumental y artística, se eleva también en suave pendiente la antigua calle de Sevilla. Su perspectiva es única.
Presidida por la inmensa mole de la Colegiata, parece arrancar esta vía del higueral mismo que rodea al primer templo de esta localidad. En el otro extremo de la calle, se puede observar la torre de la iglesia del Espíritu Santo, por donde se ven, cada tarde, los últimos rayos de sol al ponerse el día. Esta calle constituye todo un museo. El visitante tendría que empezar por la iglesia de la Concepción (cerrada y solo abierta al culto). Queda asomada a la plaza principal con su fachada de sillar, clásico en esta localidad. Un poco más abajo, la fachada rojiza de Santa Catalina, con la imagen de la Santa sujeta a la rueda del martirio. A derecha e izquierda, fachadas de piedra y sillar pertenecientes a casas solariegas, que asoman su historia en escudos labrados, que albergan magníficos patios. Para sorprender, al final, la artística portada barroca de los antiguos juzgados, con soberbias columnas salomónicas. La calle Sevilla representa todo un museo y además de ofrecer al visitante un grato paseo, representa una oportunidad para conocer gran parte de la arquitectura y del patrimonio de este bello municipio. Nosotros hicimos el recorrido, al contrario, pues veníamos de s. Pedro. Nos encontramos el Museo de Osuna y la Oficina de Información. Visitamos el Museo, gratis y pedimos algún que otro folleto para este blog. Hablamos con una encantadora chica, que nos atendió de forma espectacularmente amable. No sé si era Paula o Alejandra. A ella le dije el malestar que teníamos por el modo de visitas que tenía el ayuntamiento. Le dijimos lo que pensábamos y le dije que le haría una sugerencia al ayuntamiento de la ciudad, para que lo modificara en la medida de lo posible. La culpa no es de ellas, obviamente, que, además como he dicho nos atendieron de una manera muy educada, sonriente y espectacularmente amable. Al final de la misma, la Plaza Mayor o Plaza de la Constitución, nos deparó un momento de descanso a la sol y sombra. Nos fuimos hacia el coche y OH, sorpresa, encontramos abierta una iglesia, la de Santo Domingo
. Claro, era la hora de la misa, como no. Pero, al menos, hicimos algunas fotos interiores. Nos dirigimos a la Plaza de toros, para visitar el Museo de Hielo y Luz, consecuencia de la filmación de una parte de Juego de Tronos en la susodicha plaza. Pero, ¡sorpresa!, la visita era guiada y en horario de sábado, a las 16’15 y a las 17’15 h. Nuestro gozo en un pozo. Nos quedamos sin verlo. Ya empezaba a estar cabreado con esta situación. Decidimos recoger el coche situado en el mismo lugar que lo dejamos y por calle Carrera y giro a la deerecha, a calle S. Cristóbal, nos fuimos al hotel. Ducha, cerveza en la terraza del mismo y cena; y, a continuación, a la cama. El cansancio había hecho mella en nosotros. Lo que nos quedaba por ver, Antigua Universidad y Museo Arqueológico, tenían las visitas guiadas en días fuera de nuestra visita. Así pues, esa misma mañana, después de pagar el hotel nos cogimos el coche y nos metimos en carretera. El desayuno, fuerte, pues había hambre lo hicimos en un bar del pueblo. No paramos hasta llegar a Bailén, sobre la hora de la comida. Habíamos llegado a nuestro hogar, dulce hogar. NOTA MUY ESPECIAL. Hacerle llegar al ayuntamiento de Osuna que el sistema de visitas guiadas, en los días y horarios establecidos, hacen, imposible el conocer la ciudad como sería deseable.
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