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El castillo, en las alturas. |
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A la puerta del castillo |
Con motivo
de mi cumpleaños, los hijos nos regalaron un fin de semana en una casa rural en
Cazorla. Y allí pusimos viento en popa el día 26 de noviembre. La casa rural se
llama Plaza de Santa María y pongo el nombre porque está en el centro del
pueblo de Cazorla, es muy acogedora, tranquila y con un servicio espléndido.
Relación calidad/precio, excepcional.
Llegamos
hacia las 10 de la mañana y, aunque no nos correspondía nos sirvieron un café
calentito con lo que quisiéramos. La primera impresión muy buena.
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Patio interior |
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Detalles de aperos. |
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Subiendo. Un alto en el camino |
Llegamos en
el fin de semana que celebra Cazorla la Feria de Turismo Sostenible, con lo
cual había mucha gente. Aparcamos el coche donde no hubiera problema y a la
Oficina de Turismo, en la Plaza de Santa María. Con el callejero en mano,
aunque no me hacía falta, dirigimos nuestros pasos hacia el Castillo de la
Yedra. Ya no me acordaba de la inmensa cuesta que había que subir y los años no
perdonan. En el interior un guía nos enseñó las diferentes estancias del
castillo, subiendo escalones de 40 cm. Enormemente grandes. Subirlos, fácil.
Bajarlos, un suplicio para las rodillas.
El castillo
de la Yedra es un antiguo
enclave de origen defensivo localizado en el municipio español de Cazorla. Se encuentra situado en la parte
inferior del cerro de Salvatierra, sobre el río Cerezuelo, en la provincia de Jaén. Es una construcción que data de la época bereber,
aunque fue terminado tal y como lo conocemos hoy en día por los castellanos. Desde su enclave, a 831 metros de
altitud sobre el nivel del mar, se divisa la ciudad de Cazorla y sus
alrededores.
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Un detalle en la primera planta |
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Tapiz alfombrado |
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Tapiz |
En su arquitectura se
observan varios rasgos musulmanes, aunque a lo
largo de los siglos los cristianos terminaron
de darle su configuración definitiva, por lo que predomina así el estilo gótico. (Descripción de Wikipedia).
Sección
de Historia del Castillo de Cazorla
Está
ubicada en la Torre del Homenaje la cual es la zona más noble de toda la
fortaleza y también la más meticulosamente construida, con mayor riqueza de
materiales y esmero arquitectónico.
Su construcción fue concebida exclusivamente para un uso militar y no
como palacio de un señor feudal o pequeña corte de monarca medieval. Por ello
es de arquitectura sobria aunque compensada por la belleza que aporta la
topografía de su emplazamiento y el paisaje que la circunda.
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Hacha original de doble filo |
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Armario de otra época |
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Rueca para hilar. |
Consta de tres estancias en las que están instaladas las salas que a
continuación comentamos.
En la
Primera Sala se ha instalado una capilla con
un
Cristo románico-bizantino de tamaño natural montado en cruz
de madera de ciprés. Le rodea una completa colección de doce pinturas anónimas
del Siglo XVII que representan a los Apóstoles y una talla barroca del obispo
San Ambrosio.
En la Segunda Sala o
Sala de Armas está decorada con
panoplias en forma de escudo con diversas armas: espadas, ballestas, hachas,
alfanjes, etc. Además dispone de
dos armaduras y arcones
tallados, así como mobiliario de los siglos XVI y XVII.
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Cristo románico-bizantino |
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Cerámica granadina |
La Tercera Sala o
Sala Noble, es la que más
arquitectónicamente destaca por su terminación en una
bóveda de
crucería gótica y sus ventanales de arcos apuntados con parteluz,
también gótico. En ella se exponen tres
tapices flamencos del siglo
XVII, firmados por Ian Raes y cuatro bargueños formando conjunto con sus
correspondientes mesas del siglo XVIII. (copiado de la página Turismo en
Cazorla).
Sección
de Artes y Costumbres populares
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Para medidas líquidas |
Instalada en un edificio anexo a la
Torre del Homenaje, fue primera residencia de verano de la
familia Marín García, quien efectuó varias actuaciones no acordes con la
construcción original, por lo que hubo que restaurar y reconstruir este
edificio antes de destinarlo a Museo.
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cocina tradicional |
Consta también de tres salas, que a continuación
comentamos.
La Planta de Entrada al Museo exhibe tres paneles con
útiles de labranza, así como dos maquetas que representan la recolección de
aceituna y del cereal, respectivamente. Desde esta primera sala se accede al
patio del castillo donde se exponen aperos y utensilios agrícolas como trillos,
arados, ubios...
En la Segunda Sala se muestran tres maquetas de molinos
de aceite de distintas épocas, restos de cerámica árabe encontrada en el
castillo y una colección de cerámica popular de diversas
procedencias.
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Un descanso en la subida a las torres. |
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Aperos de labranza |
Por último, la Tercera Sala ha sido adaptada para
montar una típica y amplia cocina cazorleña con todo su ajuar
y utensilios propios de esta estancia. Se completa con maquetas de dos
cortijos, uno de campiña y otro típico de la sierra y dos paneles con una
vajilla de cerámica granadina (Fajalauza). )Copiada de la página Turismo en
Cazorla).
En su interior se encuentra en las
diferentes salas un Museo de Artes y Costumbres Populares, bien concebido y
tratado, para tan poco espacio. Desde la parte superior del mismo se contempla
una vista increíble de la ciudad de Cazorla. En su visita, subida y bajada,
invertimos como dos horas. Las rodillas y los tobillos notaron el esfuerzo
realizado. A la tarde nos íbamos a enterar del destrozo.
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Un descanso para beber agua muy fresca |
A la bajada en la calle Hoz,
entramos en la panadería Flores. Dulces típicos de la sierra y pan cazorleño.
Nos llevamos para nosotros y los chicos. Y una vez en la plaza, dejamos el
material de la panadería en la Casa Rural y nos sentaos tranquilamente a
disfrutar del mediodía de Cazorla.
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Los chicos de hotelería trabajando |
Estaban por allí, los chicos de la Escuela
de Hostelería, que hacían una degustación de Cordero de la sierra. Imposible
negarse un plato, regado con cerveza fresquita. El día transcurría
plácidamente, gozando de los rayos solares que había, cuando pasaron unas 100
ovejas, y se dejaron caer en la entrada de la Iglesia de Santa María, Un redil,
improvisado las acogió, cosa rara, a esas horas, pero es que había “un paso de
trashumancia” con motivo de la feria. Al poco llegaron los políticos,
Presidente de la Diputación, alcalde, Consejero de Turismo, Delegado, etc, etc,
y se pusieron a degustar el cordero; mientras tanto, las ovejas esperaban.
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Paso de ganado |
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Paso de ganado |
Pero
esperaron demasiado, porque cuando los políticos se dirigían hacia ellas, para
hablar con los pastores, éstas se dispararon del “redil” y salieron en
estampida. Habían estado demasiado tiempo quietas, sin moverse, esperando a los
políticos. Claro que primero era, beber y comer, antes de hablar con los
pastores. Políticos. Yo estaba, como el ´publico asistente y presente en la
plaza, estupefactos por lo que acabábamos de ver.
Comimos tranquilamente y nos fuimos
a descansar los ies un poco. Estábamos al lado prácticamente.
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Antes de la comida, el aperitivo |
Cuando nos
despertamos, nos dimos un paseo, esperando la hora de la visita de las Bóvedas
del Río Cerezuelo, que atraviesan la Plaza de Santa María por debajo.
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Esperando al inicio de la visita |
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Esperando el inicio a las bóveda del rio Cerezuelo |
La visita
guiada fue espléndida, gratis, duró más o menos una hora y se nos explicó el
por qué de las ruinas de la Iglesia y de lo sucedido siglos atrás.
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Antes de entrar |
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A punto para el baaño... |
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Final de la visita |
La tarde-noche se nos echaba encima
y dirigimos nuestros pasos hacia la Plaza de la Corredera y Plaza del
Ayuntamiento,
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Interior Bóveda del rio Cerezuelo |
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Fianl |
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Centro del río |
así como por clle Muñoz a la Plaza de la Constitución y Palacio
de las Cadenas. En el camino encontramos,
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Casa particular |
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Vista desde el Mirador |
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Cosa linda de mujer |
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San Francisco, nocturna |
cerrada la iglesia de San Francisco.
Continuando por calle Gómez Calderón, llegamos al ayuntamiento de Cazorla, a la
Plaza de la Corredera y a la iglesia de San José o de la Inmaculada Concepción.
Nos volvimos, cerca de las 10 de la noche y compramos algo de comer. Los restaurantes
habían cerrado.
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San José, nocturna |
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Plaza de Santa maría. |
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Regalo de la dueña, Rocío, de la Casa Rural Plaza de Santa María. Gracias |
Nos dirigimos al hotel, nos dimos una ducha calentita,
relajante y cenamos. Entonces es cuando nos dimos cuenta, ambos, del dolor que
teníamos en las piernas de subir, bajar, escaleras y cuestas. Las piernas no
nos obedecían. Así que cenamos, nos tomamos un Nolotil y a dormir. El día
siguiente iba a ser largo y andante.
Cándido T. Lorite