Por la mañana temprano
nos levantamos y por la calle Diario de Córdoba nos desplazamos hasta un bar
cercano, que ya habíamos visto el día anterior, con chocolate y churros. Nos
tomamos una buenos “jeringos” como dicen en Córdoba.
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Plano de Medina Azahara |
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Vista general |
Cogimos el coche y nos
fuimos hasta Medina Zahara. Dejamos el coche en el aparcamiento y nos
dispusimos a ver el documental dónde explican detenidamente, como era la vida
en la ciudad a visitar. Mucha imaginación hay que echarle al asunto, pues está
muy deteriorada. Durante años, la ciudad de Medina ha sufrido el expolio de sus
piedras para la construcción de las casas y cortijos que la circundan.
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Salón de Abderramán |
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Salón de Abderramán, en restauración. |
Hoy en
día se encuentra en restauración una de los edificios más emblemáticos, el Salón
donde recibía el califa a los embajadores de los países que visitaban la ciudad
de Córdoba. Muchos de ellos, cristianos.
El autobús que hace de lanzadera nos
dejó a las puertas del complejo. La entrada para los habitantes de la UE es
gratis, así como el autobús. Una forma de evitar el que los coches suban hasta
la misma entrada, pues hay poco espacio.
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Tres partes o terrazas |
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Salón alto |
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Entrada al recinto |
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Explanada de entrada al recinto. |
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Salón alto. |
Medina Azahara, la fastuosa y misteriosa ciudad que Abd-al Rahman III mandó construir a los pies de Sierra
Morena, a ocho kilómetros de Córdoba capital, encierra, incluso en
su nombre, historias legendarias. La tradición popular afirma que,
autoproclamado Abd al-Rahman III califa en el 929
d.C., y tras ocho años de reinado, decidió edificar una ciudad palatina en
honor a su favorita, Azahara.
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Salón rico |
Se dispone la
ciudad en tres terrazas rodeadas por una muralla, situado el Alcázar real en la más superior y la intermedia. La
zona más baja se reservó para viviendas y la mezquita,
edificada extramuros. Las fuentes históricas apuntan a la participación de unas
diez mil personas que trabajaban diariamente en su construcción.
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Detalle de entrada |
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Arco principal de entrada |
Parte del
alcázar tenía carácter público y era donde se sucedían las visitas oficiales.
En la parte más alta se sitúa el Salón Alto, dispuesto en cinco naves
con arcadas. Más abajo se encuentra el Salón
Rico. La estancia se divide en tres naves con arcos de mármol rojo y
azulado, siendo las laterales ciegas y, abierta la central. La decoración de
ataurique (motivos vegetales labrados) y la riqueza e los materiales han
configurado el nombre del engalanado recinto, completado con baños y abierto al Jardín Alto, de gran hermosura.
Se desarrolla este jardín en
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Mezquita, en las afueras |
cuatro zonas, quedando el punto de intersección
ocupado por un pabellón y cuatro albercas.
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Salones del palacio |
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Viviendas de los criados |
Una de éstas, la enfrentada al Salón
Rico ha pasado a la leyenda por cobijar en su interior mercurio y bañar el grandioso
recinto con destellos de mil colores. Un complejo de calles en rampa empinada
nos conducen al gran pórtico oriental, por donde accedían las grandes embajadas
que recibía el califa. Delante del mismo se abría una gran plaza en la que se
concentraban las tropas y el personal de las ceremonias protocolarias. A
extramuros de la medina se emplazó la
mezquita,
levantada en poco más de un mes.
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Salón principal |
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Horno para elpan. |
Este solemne recinto sufrió grandes destrozos a
través de las sucesivas guerras que asolaron al-Andalus a principios del siglo
XI, transformando en ruinas Madinat al-Zahra. El esfuerzo por crear una ciudad
ideal tan sólo duró setenta años, efímera vida para la que fuera
"favorita" del primer califa. (de la página de Turismo Córdoba).
Salimos de
la ciudad sobre las 1 de la tarde. Cogimos el coche y nos fuimos hacia el
hotel. Comimos cerca .
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Subida al Cristo de los Faroles |
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Calle Bailio. |
A
las 4’45, más o menos, estábamos andando, dispuestos a hacernos la ruta de las
iglesias cofradieras de la parte alta de la ciudad, camino del Cristo de los
Faroles. Por Alfaros y Bailio llegamos hasta las escaleras que dan acceso a la
plaza. El Cristo de los Faroles se encuentra en restauración, cosa que no
sabíamos. Así que visitamos la capilla de Sta. Catalina. Bajamos hacia Santa
Marina y allí nos encontramos con la iglesia del mismo nombre. Su descripción
es:
Se
iniciaron las obras hacia finales del siglo XIII y es, junto a Santa maría
magdalena una de las iglesias más antiguas de Córdoba, de las denominadas fernandinas.
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Torre de la muralla |
Tiene elementos
protogóticos, mudéjares y tardorrománicos.
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Santa Marina desde Manolete |
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Fachada principal de Sta. Marina |
Su conservación actual hace que
estos elementos sean visibles.
Su
fachada principal, de aspecto sólido, está caracterizada por cuatro potentes y
asimétricos contrafuertes, rematados en pináculos, que marcan la separación de
las naves. La torre campanario se adosa en el siglo XVI, a la derecha de la
misma iglesia, por Hernán Ruiz el Joven.
Delante de la iglesia se encuentra una
escultura realizada en honor al diestro local, Manolete. De gran realce y
extraordinarios trazos.
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Llamando al Palacio de Viana. Cerrado. |
Seguimos andando por Santa Isabel hasta la
Plaza de Don Gome. Esta si que es una situación que no esperaba encontrar en
Córdoba. El Día de Andalucía y el Palacio de Viana estaba cerrado al público
por la tarde. ¿Es que los turistas no pueden visitarlo en una tarde apacible
cordobesa, siendo además el día que era? Intentamos consultar lo horarios y
vimos que el domingo por la tarde solo se abre hasta las 3 de la tarde. Y dice:
Consultar festivos. Pero no se pone nadie al teléfono. Una pena. Lo veremos
seguramente para las fiestas de Los patios, en el mes de Mayo.
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San Agustín. Córdoba |
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Detalle entrada San Agustín. |
Continuando por Baja de Don Gome llegamos a la
Plaza de las Beatillas. Allí nos encontramos la iglesia de San Agustín, en la
plaza de su nombre. Se comienza a construir allá por 1328, estando terminada su
capilla mayor en 1335. Se terminó hacia el siglo XVII.
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Interior de San Agustín |
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Interior de San Agustín |
La fachada tiene un
cuerpo de dos torres, con campanarios. Durante la ocupación francesa sufrió
graves deterioros y saqueos. Actualmente se encuentra en restauración con todo
su patrimonio repartido en otras iglesias.
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Agua fresquita |
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San Rafael. |
Por calle Pozanco y Custodio llegamos a San Rafael,
con una plaza muy coqueta. ¡Ah! Una fuente de agua fresca, adosada a una casa
particular tiene un agua fresquita, fresquita. Con la tarde de calor que hacía
vino muy bien para saciar la sed y el calor que llevábamos. La iglesia tiene
una fachada neoclásica, la última que se hace en Córdoba;
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Cristo en San Rafael |
tiene en su interior
la imagen del arcángel de 1735 y lienzos de Acisclo Palomino del siglo XVIII.
En el altar mayor un baldaquino tiene la imagen del titular de la iglesia, San
Rafael.
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San Lorenzo. |
Seguimos por Roales hasta San Lorenzo, una
iglesia construida sobre una mezquita y
una iglesia visigoda. Se construye durante el siglo XIII y es la última de las
llamadas iglesias fernandinas. Tiene un porche con tres vanos con arcos
apuntados y un rosetón, de los más importantes de la época, gótico-mudéjar.
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Interior de San Lorenzo |
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Interior de San Lorenzo. |
El
retablo del altar mayor tiene episodios de la vida del santo titular. El
artesonado es de lacería mudéjar. Es BIC desde el año 1985. Y seguimos nuestro
camino.
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Cautivo de San Andrés |
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San Andrés |
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Lateral de San Andrés |
Andando, andando por Santa María de Gracia,
llegamos hasta San Andrés. Iglesia fernandina fundada entre los siglos XIII y
XV. Lo más destacado es la portada lateral del siglo XV, la torre renacentista
y el altar mayor. BIC desde 1985, alberga en su interior las imágenes de “Los
Gitanos” y el Buen Suceso. Por calle Villalones llegamos al Palacio Orive.
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Casa de los "Villalones" u Orive |
Llamado también “Casa de los Villalones”, es un singular edificio renacentista,
ubicado en el centro histórico de Córdoba, obra del arquitecto Hernán Ruiz II,
en 1560. Alberga en su interior, para disfrute público hoy en día, de un
magnífico jardín.
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Entrada a Pl. Corredera |
Se atraviesa para llegar, dando la vuelta, a la Plaza de la
Corredera, por su entrada de la capilla del Rosario.
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En el jardín de los Orive |
Seguimos por calle Tomillo y Armas y llegamos a
una plaza emblemática en Córdoba, la Plaza del Potro. Aparece citada por Miguel
de Cervantes, del que se dice que llegó hasta aquí y en la hospedería se alojó.
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Plaza del Potro |
Llamada así por
la fuente situada en el centro de la misma con un potro situado en la parte
superior; aunque realmente su nombre se cree que se debe a la feria de ganado
caballar que se celebraba en la Edad media en ese lugar cordobés y de ahí su
nombre. Tiene un hospital antiguo y el museo de pintura de Julio romero de
Torres, gran pintor cordobés. Dejó su casa para que fuera utilizada como museo.
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Córdoba de noche |
Desde aquí y siguiendo la ribera, cruzamos de
nuevo el Puente Romano para dirigirnos hacia un lugar, donde nos esperaba una
guía que nos enseñaría Córdoba de noche y algunos de sus rincones nocturnos. Un
poco cara para lo que vimos. Lo podríamos haber hecho sin necesidad de guía,
pues pensábamos en otra cosa realmente diferente a lo que nos enseñó. Eso sí,
con mucho mimo y dedicación, todo hay que decirlo. Fue mejor la compañía de la
guía que la misma exposición. Además coincidió, casi exactamente con el
recorrido que habíamos hecho durante toda la tarde. Vimos de nuevo, casi todo
lo visto, aunque ahora de noche y andando de nuevo. Un cansancio terrible. Más
6 horas andando por Córdoba.
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Una pequeña plaza nocturna |
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Calle y la Mezquita Catedral al fondo |
Nos llevó al otro lado del río, al lado del
arcángel San Rafael; luego vimos una mezquita nocturna, parte del barrio judío,
la plaza del Potro, de nuevo. Callejeando por los mismos lugares que habíamos
visto, llegamos de nuevo a La plaza de la Corredera y de aquí a la Plaza de Las
Tendillas. Lo dicho, un viaje de ida y vuelta. Eso sí, acompañados por una
pareja, en la que al terminar la ruta, no conocimos el timbre de voz del
muchacho. Tímido que era. Natural de Melilla.
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Una fuente escondida. |
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Un palacio escondido. Iglesia |
Menos mal que no todos los
melillenses no son iguales, sino la ciudad sería un tormento.
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Plaza del Potro, nocturna |
Y no, no tenía
ningún problema en la voz, pues al final se lo pregunté y me respondió la
pareja, él no; que no hablaba mucho, que no era muy hablador. Jajajajajjaja.
Vamos que nos quedamos con las ganas de oír su voz.
Como se verá, cenamos rápido y a la cama. Los
pies ni los sentía. Joder que día de andar. Al día siguiente nos levantamos
tarde, como no podía ser de otra manera y nos volvimos para Bailén. Hogar,
dulce hogar.
Cándido T. Lorite