Como un homenaje a mi mujer, Paqui, y también para cumplir los 64 años en una ciudad que siempre ha llamado mi atención, Roma, iniciamos este viaje. Lo hicimos el día 16 de noviembre de 2011 y antes estuve consiguiendo algunos datos que siempre hay que tener en cuenta, cuando se viaja fuera de España.
Datos de interés para viajeros españoles en Roma:
Teléfonos:
Prefijo de Roma: 0039
Ambulancia: 118
Policía: 113.
Embajada española: (0039) 0668440401 y
Oficina de turismo de España: Plaza de España, 55; (0039) 066783106
Aparte de estos datos hay uno de especial interés para todos aquellos que se desplacen a Roma. LA MAYORÍA DE LOS LUGARES DE ROMA NO ADMITE TARJETAS DE CRÉDITO. SÓLO DINERO EN EFECTIVO. Esto que digo parece una minucia pero en un momento determinado te quedas sin dinero en metálico y sin poder usar la tarjeta porque los bancos se encuentran en los lugares más insospechados y raros. Salvo que estés en el centro de la ciudad. Así pues, lo repito: CUIDADO CON LAS TARJETAS DE CRÉDITO. NO LAS ADMITEN.
El metro de Roma es bastante sucio, sobre todo la Línea B, la que apenas usan los visitantes. La línea A por usarla más los turistas está en mejores condiciones. Como contraprestación existe una red de autobuses y tranvía muy efectivo. Tan efectivo que nos hemos quedado de piedra. Todos los viajeros de autobuses y tranvías de la ciudad de Roma, NO PAGAN EL BILLETE. Entran por cualquier puerta, se sientan y cuando llega el final de su trayecto se baja y, como decimos en España, aquí paz y después gloria. Los únicos que pagamos o al menos, los que hemos visto que pagan, somos los turistas, sean de la nacionalidad que sean. Será porque estamos acostumbrados a pagar cada vez que nos subimos en el metro y el autobús. Es increíble.
Te dicen que si te coge el inspector te pone una multa de 100€, pero ¿qué turista va a pagar la multa y dónde si no lo hacen los propios romanos?. Debe ser una de las características de los romanos y así le va a Italia.
Otra cosa fundamental para los visitantes o turistas es que la mayor parte de las cosas o monumentos se han de ver a pie, con lo que el cansancio es mayúsculo. Se bebe mucha agua y se echa fuera, lo que es otro problema. No hay lugares donde hacer una micción, o una “meada” o “mear” u “orinar”; llámelo cada uno como quiera, pero es realmente difícil. Hay algunas estaciones de metro, como Coliseo que tiene aseos dentro de la estación. La mayoría de monumentos los tienen, pero una vez en la calle lo tienes muy crudo. ¿Consecuencia? Mucha gente lo hace en los jardines, o detrás de un árbol o en alguna calleja vacía. No hay aseos públicos como los hay en París o Lisboa, o Londres o cualquier otra ciudad europea. Y es un problema para los turistas.
El metro hay que tomarlo con calma; también te puedes ”colar”, aunque lo normal es que la mayoría de turistas se compran una Roma Pass, tarjeta que se compra en estancos, quioscos, oficinas de turismo, etc. Valen 25€ cada una pero sirven para ver museos, la mayoría de ellos, Monumentos y lugares de interés. Hay una lista de ellos cuando la compras, te duran tres días y la entrada a los dos primeros es gratis. La enseñas en el metro o en el autobús y no has de pagar por montarte. Para amortizarla sólo basta una cosa: has de ver muchas cosas y andar mucho, pero compensa, pues las entradas a los monumentos cuestan bastante dinero.
Desde aquí, desde este humilde blog de viajes, dar las más encarecidas gracias a los vigilantes, guardia de seguridad y personal de los Museos Vaticanos. ¿Motivo?. En un momento determinado a mi mujer, en la Capilla Sixtina, y atendiendo a mis explicaciones sobre las pinturas de la misma, se le olvidó el bolso. Es fácil deducir lo que contenía el susodicho bolso. Lo que toda mujer en un viaje suele llevar más tarjetas, dinero, etc. Avisados de la falta del mismo y al cabo de una hora y media, después de visitar la Basílica de S. Pedro, volvimos a los Museos Vaticanos y allí estaba el bolso de mi mujer. Intacto y con todas sus pertenencias. Lo había encontrado el vigilante de la Capilla Sixtina. Muy agradecidos quedamos y como prueba estas líneas en mi blog de viajes.
¡Ah!, se me olvidaba. Cuidado con los bares y restaurantes de Roma. Hay algunos de ellos que ponen los precios de la comida, pero no la de la bebida. ¿Porqué lo digo?. Por que en la Plaza Venecia, hay un bar que se llama Brasil, donde estuvimos comiendo el viernes. La lasaña y los canelones que nos comimos eran "relativamente baratos" (17€ ambos platos), pero pedimos dos cerveas, una con alcohol y otra sin alcohol y nos cobraron 15'50€ por las dos. Como no teenía puesto el precio no hubo motivo para reclamar. Asi que ya saben los turistas que lean este blog. Pidan el precio de las cosas antes de tomarlas.
Cándido T. Lorite