lunes, 30 de mayo de 2011

OTRA VEZ, MADRID




Salimos temprano, después de magnífico desayuno en el Parador de Sigüenza, para poder tener fuerzas a la hora de andar y visitar todo lo que teníamos previsto en Madrid. Llegamos y dejamos el coche en el Paseo de Recoletos, en un aparcamiento público, cerquita de Cibeles. Nada más tomar contacto con la calle nos encontramos con una manifestación, muy graciosa aunque para ellos supongo que no, de bomberos. Iban una gran cantidad de ellos; todos estaban fuera de servicio, como así nos hicieron constar a aquellos que les preguntamos. La diosa Cibeles estaba bien acompañada esa mañana, aunque pude hacerle alguna foto sola, sin mucha gente alrededor, como acostumbra a estar. A continuación y, por el Paseo del Prado nos dirigimos hacia el Museo del Prado; pero antes hicimos una parada en la Plaza de La Libertad; en ella hicimos alguna que otra fotografía, como buenos recreadores que somos. Después al Museo del Prado.
Entramos hacia las 11 de la mañana y salimos, pasadas las dos y media de la tarde. En la visita nos topamos, nunca mejor dicho, con la diputada nacional Soraya Sáenz de Santamaría, que nos saludó muy amablemente. Estábamos viendo una de las salas destinadas a Goya. Vimos igualmente parte de las salas destinadas a Velázquez- las que no habíamos visto en nuestra última visita. También parte de los pintores españoles de los siglos XVIII y XIX. En definitiva un repertorio bastante interesante.
Cansados, cogimos el metro y nos desplazamos a la zona de Plaza España para comer. Lo hicimos en un bar que a la vez era biblioteca. Un lugar realmente interesante. Se encuentra en la calle Martín de los Heros, paralela a Ferraz. Cuando terminamos nos dirigimos hacia el Templo de Debod; traído por Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid, piedra a piedra desde Egipto. Mi mujer, Paqui, no lo conocía y no era cuestión de que no lo conociera después de haber venido a Madrid ya varias veces. Nos paseamos por el espléndido parque que hay alrededor del mismo y nos hicimos algunas fotos, para que quede constancia de nuestra visita. A continuación y, realmente cansados, decidimos coger un taxi, para desplazarnos a visitar la exposición de la Fundación Caixa, situada en el edificio de su nombre, en el Paseo de Recoletos. Se ha aprovechado las obras que está efectuando el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña) y vimos algunas de las obras que ya habíamos visto en nuestra visita a Barcelona unos años atrás. Remito a la visita de Barcelona para ver las obras del MNAC. Las que trajeron a Madrid son realmente interesantes, aunque pocas. A estas alturas la exposición ya ha sido desmantelada. Una lástima.
Terminada la visita y realmente cansados nos dirigimos hacia el aparcamiento y cogimos el coche dirigiendo el volante hacia Guadalajara, la capital de la Alcarria.

Cándido T. Lorite

lunes, 9 de mayo de 2011

DE VUELTA A SIGÜENZA Y ATIENZA



No había hecho mucho tiempo desde la última vez que estuvimos en Sigüenza en el verano de 2010; pero nos quedaron las ganas de visitar de nuevo la ciudad, verla bajo el manto de la noche y descansar en el Parador, del que nos habían hablado magníficamente. Aprovechando el viaje a La Alcarria decidimos pasar una noche en Sigüenza, pasear bajo la luz de la luna por sus calles y dormir en el magnífico, era cierto lo que nos habían dicho, parador.
Dejamos la maleta en la habitación asignada y nos trasladamos a Atienza, distante 40 km. y con un castillo y un románico que había que ver. Así como el de Campisábalos, localidad situada a 15 km. de la anterior. Comimos bien y abundantemente en un asador de Atienza y después, despacio, sin prisas, nos dedicamos a la visita del pueblo. Pequeño pero encantador; con sus casas y calles perfectamente conservadas, con todo el esplendor de los viejos tiempos medievales.
Llegamos preguntando, como a todos sitios se llega, por la Iglesia de S. Gil, para desde allí comenzar la visita al pueblo. Por aquí pasó El Cid camino del destierro. S. Gil es una iglesia románica, del s. XIII, con tres naves centrales y un ábside semicircular, formado su interior por un tramo recto y la exedra. Destaca poderosamente el artesonado de la nave central. En el interior de la iglesia se encuentra un museo de arte sacro al precio de 3€ la entrada. Merece la pena verlo. Siguiendo la calle Real llegamos a la Plaza Mecenas y por el Arco de la Virgen entramos prácticamente a la Plaza del Trigo. Una plaza realmente impresionante por su estructura. Conserva todo el encanto medieval; aquí se realizaba el mercado del pueblo y en ella se encuentra la Puerta de Arrebatacapas, en uno de los lienzos de muralla que aún se conservan en Atienza. Las casas, con balcones esquinados, y casi toda la plaza porticada de madera, con los blasones de la gente importante de Atienza, le dan un aire que impresiona y llama la atención al visitante. Continuando por la calle Cervantes, llegamos hasta la iglesia de la Trinidad. Es un templo románico, construido entre los siglos XII y XV, aunque del
románico sólo conserva el ábside, con capiteles de decoración vegetal, típicamente segovianos. En su interior se encuentra un museo de arte sacro y otro de La Caballada, fiesta de Atienza declarada de interés Regional y Nacional. Destaca la capilla del Cristo, gótica, de cuatro clavos y una rococó de La Concepción. La entrada es de 3E. Merece la pena verlo.
Ascendiendo, y nunca mejor dicho, pues la cuesta es enorme, se llega hasta el cementerio. Un lugar donde se encuentra la iglesia del s. XVII de S. Salvador, que se ve a través de un agujero en la muralla; destruida en su inmensa mayoría por un incendio y por las tropas francesas. Más arriba aún nos encontramos con una joya del románico situada en la iglesia de Santa María del Rey, de la que quedan dos portadas, una del XII y otra del XIII. La del s. XII es realmente preciosa, aunque se encuentra un poco deteriorada. Más arriba aún se encuentra el castillo de Atienza en lo alto de un monte llamado El Padrastro (quizá sea llamado así por la forma que tiene).
De vuelta la Plaza del Trigo y pasando por la Puerta de Arrebatacapas llegamos a la Plaza de España, lugar donde se encuentra el Ayuntamiento y justo enfrente a unos doscientos metros nos encontramos con la iglesia de S. Bartolomé. Templo románico del s.XIII, tiene un pórtico realmente curioso, pues tiene reminiscencias del Cister. En su interior se encuentra un museo de arte religioso y paleontológico. De la iglesia antigua solo pervive el ábside, el pórtico y la espadaña, pero ésta modificada. El precio de 3€ permite ver la iglesia y el museo. Merece la pena verlo.
De vuelta a Sigüenza volvimos a pasar por la carretera que une el pueblo a Sigüenza. En muy mal estado, parece que volvíamos por una vía romana en vez de por una carretera normal, aunque fuera local. Un verdadero desastre.




Nota adicional.-




En Campisábalos visitamos la iglesia de S. Galindo y S. Bartolomé, donde se encuentra una ménsula especial. Se refiere a doce imágenes, en las que se representa las labores a realizar en el campo en los doce meses del año. Es algo único en el románico.

Cándido T. Lorite