En verdad nos llevamos una sorpresa muy agradable. Antes de la comida nos dio tiempo a visitar algunas cosas, pues todas están cerca unas de otras, al ser un pueblo pequeño. Eso sí con calles estrechas. Nada más llegar estuvimos en la Oficina de Turismo, muy coqueta y
ferentes cosas que íbamos a visitar. Efectivamente, nada más salir nos encontramos con la casa Jaspe, el ayuntamiento de la localidad; así llamado por el color de su fachada. Perteneció a la familia Salazar, es del siglo XVIII, de estilo rococó y destaca en ella la enorme puerta de entrada y la escalera imperial de la entrada. Un poco más arriba, en la misma calle, se encuentra el Hospital de la Real Piedad y al lado de ésta, la sinagoga judía, perfectamente conservada en su fachada, pues su interior no pudimos verlo. El casino del pueblo, el Palacio del Duque de Ahumada y el PalaciEn la Plaza del Castillo, en lo más alto del pueblo, nos encontramos con bastantes edificaciones, a saber: El Museo Arqueológico, que actualmente ocupa tres edificios, emblemáticos, la Casa del Concejo, declarado Monumento Nacional, el Palacio de los Fajardo- es

Alrededor de la plaza se encuentran trozos de muralla y puertas con torres que denotan que la ciudad de Cehegín estuvo amurallada. Encontramos lienzos de muralla cerca de la puerta de Caravaca y de la Torre de Martín Pérez, a un lado de la iglesia y al otro lado, la torre de la Calle Nueva y la Puerta o Arco de la Plaza Vieja. Cogimos el coche, pues el tiempo nos apremiaba y nos dirigimos hacia la iglesia de la Purísima Concepción, declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1980. Es de estilo renacentista con tres naves y coro alto. Tiene un artesonado mudéjar muy artístico, con una bóveda octogonal y una capilla barroca dedicada a S. Juan de Letrán.
La visita a Cehegín había terminado y nos llevamos una gratísima impresión de un pueblo poco conocido, pero de un gran interés turístico.
Cándido T. Lorite
